Limites
Esos cañones vuelven a estar ahí donde los deje.
Algún gato camina por el techo, y siento sus pisadas.
Sus yemas dibujando en la piel, algún sol cercano.
Otra era de apatía, con el viento despeinando pestañas.
Te prometo lo que nunca podre cumplir, el futuro.
Vos ya sabias eso, sin embargo seguís dibujando.
Con la mirada escarbas bien profundo y dejas todos los precedentes posibles, desordenados. Calma profunda.
De seguro convendría taparnos con mantas pesadas.
El frío que se aproxima será tan terrible, como esta presencia.
Quedamos congelados de espaldas, pero frente a los cañones.
Podríamos pensar un final. El final ya nos pensó.