NO ESTOY SOLA
El asombro y la admiración me han llevado a una conclusión: no estoy sola. Contemplarme desde todo lo que tengo más cercano hasta la inmensidad del mundo con todo lo que me cuesta imaginar, me permite situarme en un espacio y tiempo en el planeta. Qué pequeña e insignificante soy cuando me pienso rodeada de tanta inmensidad. En mi mente resuena la frase “no estás sola”; hay mucho por descubrir todavía, vida que pasa desapercibida, misterios que no se han descubierto y que quizá nunca se descubrirán. Aquí en mi entorno parece que nada cambia, que lo que es ya ha sido y seguirá siendo, pero al ver más lejos puedo ver inmensas posibilidades, tanto valor, tanto que vale la pena rescatar, tanta necesidad, tanto trabajo por delante.
Hacerme consciente de lo que está más cercano a mí, también ha cambiado mi mirada. La novedad del día a día, la diversidad de las personas que están en mi proximidad, los caminos que se conectan y todo tan próximo.
Cuánta soledad se puede sentir cuando no somos capaces de entender que nuestra vida, actos, pensamientos y palabras realmente influyen; no somos islas y nuestras vidas están conectadas con los de a lado. Vale la pena que la huella que vamos dejando sea más grande, que nuestra pisada sea más fuerte, que tenga una dirección, que sea consciente. Porque podríamos pasar por el camino con una vida estéril, incapaz de avanzar y crecer, por esa idea de creernos islas, que nuestra vida no significa y no disminuye o aumenta a nadie. Desde la grandeza que asombra por su inmensidad, hasta lo más cercano y diminuto; se escucha una voz que nos dice a gritos que no estamos solos, que siempre hay nuevos lugares, nuevas personas y que en lo conocido hay misterios, posibilidades y novedad.
“Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promotorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti.” John Donne
