Reencuentro

Pablo Lucero
El Circulo
Published in
3 min readOct 16, 2023

Donde los corazones se enlazan en el teatro de la vida.

Foto de Joanna Kosinska en Unsplash

En una pintoresca ciudad colonial, llena de teatros y bares clásicos, era un escenario perfecto para el capítulo que estaban a punto de escribir en sus vidas. Dos jóvenes se conocieron por primera vez. Desde el momento en que sus miradas se cruzaron, el destino comenzó a tejer una historia de amor complicada pero inolvidable.

Él se enamoró de su dulzura y ternura. Sin embargo, bajo la superficie de esa dulce fachada, ella llevaba el peso de un pasado tumultuoso, marcado por decisiones erróneas y desaciertos. Sentía que su alma herida no merecía la luz que él irradiaba.

A pesar de su dolor, él vio lo que los demás no podían: vio su risa genuina, su toque suave y su corazón herido que necesitaba sanar. Convencido de que podía ayudarla, se entregó a ella sin reservas. Pero ella no se sentía digna de su amor. Creía que sus desaciertos y autodestrucción la alejaba de él. Aunque lo apreciaba, no podía corresponder a sus sentimientos.

Ellos se separaron, y sus caminos tomaron direcciones opuestas. Ella continuó perdida en una vida de excesos y relaciones pasajeras, mientras que él se dejó llevar por un mundo de placeres terrenales, donde el valor se medía en posesiones y no en esencia.

A lo largo de los años, se encontraron de vez en cuando, el se volvió más frío, sus palabras herían y su indiferencia dolía, algo cambio. Sin embargo, seguían siendo incapaces de resistir la fuerza magnética que los atraía el uno al otro. Se enamoraron, sufrieron y sanaron con otros, pero siempre volvían a encontrarse.

Con el tiempo, ella sanó sus heridas, mientras que él se dio cuenta de que sus acciones anteriores habían causado más daño de lo que jamás imaginó. Se sintió culpable y decidió disculparse, ella acepto sus disculpas gracias a su noble corazón. A medida que se volvían a encontrar, en esa hermosa ciudad, entre la arquitectura colonial, el arte y la cultura, comenzaron a reconstruir su conexión.

Poco a poco, volvieron a compartir sus vidas. Sin palabras, decidieron darse exclusividad. Sus almas se reconectaron, y cada día se volvía más claro que lo que tenían era especial. A pesar de los años perdidos y los errores del pasado, se estaban dando una segunda oportunidad.

Viajaron juntos, exploraron nuevos lugares, tomaron muchas fotos y crearon recuerdos que atesorarían para siempre. La vida siguió su curso, pero esta vez lo hicieron juntos. Ella no sabía que, de alguna manera, lo había salvado, y tal vez algún día él se lo contaría. Por ahora, prefirieron centrarse en el presente y en las aventuras que les esperaban, ansiosos por seguir escribiendo su historia. Juntos, enfrentarían el futuro con valentía, sin saber lo que les deparaba, pero seguros de que estarían juntos en cada página de ese hermoso libro que llamaban vida.

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