Tu vida cambiará

(Reflexión)

Imagina que te han invitado a una casa. Te detienes frente a la puerta de madera café y la abres. Ingresas y das un par de pasos y lo primero que miras nada más al entrar, es la cocina.

Ingresas muy despacio, caminas poco a poco, lento y observas que el lavadero está lleno de platos, ollas, sartenes, sucios. Parece que nadie ha limpiado en muchos años. Hay moscas volando sobre el ambiente y escurridizas cucarachas que se esconden rápidamente al compás de tus pasos. Todo está muy sórdido. 😝

Inhalas y puedes percibir un mal olor. Esa fetidez de cosas podridas, dañadas, enmohecidas. El hedor nauseabundo🤮 y asfixiante que no se puede ocultar. Toda la cocina, absolutamente toda está completamente sucia y desordenada.

¿Qué sientes al visualizar esta escena? ¿Es agradable o desagradable? 😱
¿Has podido percibir cómo tu cuerpo va sintiendo algún malestar?

De este ejercicio podemos concluir, que somos mucho más que un cuerpo físico que está conformado de huesos, piel órganos, músculos, células.

En resumen diremos que lo que tu mente ha creado y visualizado lo has sentido como real ¿verdad?

Entonces coincidirás conmigo, sobre el poder que tienes para crear emociones, pensamientos y llegar a experimentarlos en tu cuerpo físico.

Los budistas dicen, que nuestra mente es como una jaula llena de monos que pasan constantemente brincando de una rama a otra. Esta condición, hace que muchas veces vivamos distraídas, estresadas y ansiosas.

Casi todas las cosas que nos preocupan no ocurrirán jamás

Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) refleja que, de media, el 91% de las preocupaciones de las personas no se hacen realidad. Y es que nos convertimos en grandes guionistas de novelas de terror, que bien podrían ser postuladas a un premio GOYA.

El pensador estadounidense Earl Nightingale planteó en los años cincuenta del siglo pasado una fórmula: el 40% de lo que nos preocupa jamás ocurrirá, el 30% es pasado por lo que las preocupaciones no lo podrán cambiar; el 12% son preocupaciones innecesarias sobre nuestra salud y el 10% son pequeñas e inconexas. Con estos datos, apenas nos queda un 8% de preocupaciones legítimas a las que debemos prestar atención. Menos de una de cada 10.

¿Quieres seguir cargando la cocina maloliente mental o prefieres organizarla y limpiarla un poco?

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