¿Vivir para Dios o vivir para los hombres?

Cristhian Beltran
El Circulo
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3 min readJan 22, 2023

Análisis del Padre Sergio de León Tolstoi.

Piss Christ. Obra de Andres Serrano (1987).

El autor relata la historia de un joven con un futuro prometedor que, producto de una traición amorosa decide dedicar toda su vida al servicio de Dios convirtiéndose en cura, pero, contrario a lo que el lector pudiese pensar, Stepan Kasatski — el protagonista — no lo hace a partir de un móvil eminentemente espiritual, sino que también se embarca en este oficio para sentirse superior a sus victimarios, tal era el limite que tenia que cruzar pues su contradictor era, nada mas ni nada menos que el mismísimo zar.

Sin embargo, en el camino va descubriendo su propio norte al punto de que su fama como fiel seguidor de los designios de Dios y su contraste célibe con su belleza física se esparce por las calles de Moscú. Sus presuntos milagros se vuelven iconos de su iglesia; su nombre se vuelve un acto de fe y su palabra es sagrada ante las multitudes que se aglutinan para visitarlo.

Transversal a su vida siempre se vio tentado a irrumpir su voto del celibato ante los constantes llamados de la pasión y la lujuria, siempre resistió a toda costa, acudiendo incluso a arduos sacrificios de mutilaciòn sobre uno de sus dedos. Pese a ello, al final de sus días, sucumbe a la tentación de la lujuria, a la que nosotros los seres humanos estamos acostumbrados a caer con una obnubilación absoluta de nuestro raciocinio.

Por ello, y plagado de culpa en su interior emprende la peregrinación hacia un rincón remoto de su infancia a donde una antigua amiga. Es en este punto, en las últimas páginas de la novela, donde se revela el objetivo del autor y de la novela misma; pareciese que Tolstoi construyo toda la historia a efectos de darle contexto y un piso literario a la frase que salmodia el Padre Sergio como una suerte de moraleja al final del texto:

“viví para los hombres con el pretexto de vivir para Dios y ella vive para Dios imaginándose que vive para los hombres”

¿Cuántos de nosotros los lectores y de las vidas humanas en general no dedicamos nuestra vida pensando que vivimos en un clímax de beatitud y beneplácito divino cuando en realidad únicamente satisfacemos la banalidad carnal y esencial de los hombres? y al contrario ¿Cuántos no rigen su vida a una ética tan férrea que pese a su distanciamiento de los postulados de una religión aun así son los verdaderos en aplicarla? supondrá una vida entera saberlo.

Hay obras que son autobiográficas y así se muestran, obras que no lo son pero lo parecen y hay obras que no lo son pero el destino se empeña en retratar la vida del autor en paralelo a su obra, una mofa a aquel escriba que se disfraza de Dios a crear personajes que terminan por ser reflejos de su propia vida.

No puedo evitar pensar en esta obra como una de estas últimas, corolario de ello se alza un símil de su propia transformación vivida en la escritura, de novelas pasionales y excéntricas para la época de Ana Karenina (al mejor estilo de Madame Bovary de Flaubert) y de Guerra y Paz, a una fase de escritos espirituales y metafísicos en búsqueda de una iluminación y una suerte de redención.

Supongo y me gustaría pensar que, como le sucedió al Padre Sergio, después del éxito, después del reconocimiento, León Tolstoi se encontró a si mismo viviendo para los hombres y no para Dios, y fuese por su temor o por su fe, que su descubrimiento lo llevaría a invertir esa premisa colmando sus páginas de la búsqueda de la espiritualidad y la redención perpetua.

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Cristhian Beltran
El Circulo

En busca del alivio a través de los intrincados caminos de la escritura cebeltranb21@gmail.com / ig @beltranb21