LA PRÓXIMA VEZ QUE VAYAS A UN MUSEO, GUARDA EL MÓVIL.

Maklabi
ARQUEÓLOGA DE NOCHE
3 min readJun 3, 2019

Neues Museum, Berlín.

Aunque no es el museo más importante de la ciudad, está abarrotado de gente. Extranjeros que, por diversas razones, deciden invertir una suma importante en visitar este espacio. Son tres plantas llenas de reliquias de culturas y épocas diversas. Prehistoria alemana, cultura egipcia, escritos y esculturas de grandes pensadores griegos y romanos… Un sitio como para estar el día entero. Al menos desde mi perspectiva, desde la mirada de a quien le apasiona la historia.

Está claro que no era la visión del resto de los visitantes.

Todos se agolpaban en una pequeña sala en un ala remota del museo. A tal punto que cerraban el paso para continuar la visita por el resto de la planta. Una sala que única y exclusivamente albergaba una pieza. Una escultura. Un busto.

Nefertiti.

No puedo negar que el busto es impresionante. De una belleza que las fotos no le hacen justicia. Tiene unas formas nuca vistas en Egipto hasta la creación de la misma y unos colores que desafían el tiempo. Pero desgraciadamente no fue la escultura lo que más me llamó la atención.

Busto de Nefertiti. Por supuesto nunca conseguirás una imagen como esta salvo que tengas permiso especial para entrar al museo fuera de su horario de visitas. Entre otras cosas porque está prohibido fotografiar dentro de la sala de Nefertiti. Imagen de: Periódico NMX.

Al rededor de la escultura seis personas de seguridad increpaban a los turistas allí agolpados. Frases como “no se acerquen tanto a la escultura” o “prohibido sacar fotos en el interior de la sala” quedaban silenciadas por diferentes idiomas. Se veían flashes por doquier y posturas antinaturales para esconder un móvil que hacia click entre la cazadora y el jersey. La estampa de un montón de personas haciéndose hueco al límite de una línea marcada fuera de la sala, a unos 3 o 4 metros de la escultura, y alzando sus brazos con cámaras de fotos para tomar una triste imagen de la escultura, era lamentable.

No pude evitar en ese momento reflexionar sobre qué hacía allí toda esa gente. ¿Se pararían a observar el resto de obras que albergaba la planta? ¿Sabrían realmente porqué es tan importante el busto de Nefertiti? Lo dudo. Veo constantemente en museos gente que pasa por delante de piezas increíbles, les saca foto y se marcha. Sin leer el cartel que acompaña a la obra, sin mirarla con sus propios ojos, sin prescindir de mirilla u objetivo. Ni hablemos ya de los que pasan por delante sin pararse mientras graban vídeos con el móvil.

Nefertiti no es la única mujer avasallada por los turistas. Debido a los flashes han tenido que cubrirlo con cristales protectores y mantener una distancia de seguridad entre el cuadro y los visitantes. Una situación surrealista para ver un cuadro pequeño. Imagen: Charles Platiau (Reuters), Elpais.com.

En esta era de Internet, donde tenemos miles de documentales a un click de distancia, donde encontramos en la red infinidad de imágenes espectaculares de obras históricas… ¿Qué sentido tiene ir a un museo para fotografiar clandestinamente o realizar un documental amateur? ¿Necesitamos realmente llevarnos ese museo a nuestra casa a cambio de no sentir el museo in situ?

El objeto en si no tiene ninguna importancia. Lo importante es la historia que alberga. Quizá esa pieza representa la creatividad nunca vista hasta entonces, el símbolo de una revolución, el uso de nuevos materiales o la representación de un descubrimiento. Dudo que todo esto se vea en una foto.

Párese. No tenga miedo a pasear por el museo todo el tiempo que quiera. No cobran por horas. Si no apetece leer los carteles en ese momento, coja una audio-guía y disfrute de las batallas de las Termópilas, de los chismorreos de los mercados romanos, imagínese la ciudad de Mesopotamia apreciando los ladrillos color azul marino y dorado…O mejor, contrate a un guía y que le cuente. ¿Hay algo más entretenido que charlar sobre la belleza e historia de lo que te rodea? A día de hoy los profesionales de los museos tienen la capacidad de entretener, enseñar y sorprender. Así que no duden. La próxima vez que vaya a un museo, guarde el móvil, póngalo en silencio y disfrute.

Y recuerde, en la tienda del museo podrá comprarse libros con fabulosas fotografías de las obras que acaba de ver. Por si el día de mañana le apetece recordarlo o aprender un poco más.

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