¿NUEVAS TECNOLOGÍAS EN ARQUEOLOGÍA? ¿PARA QUÉ?

Maklabi
ARQUEÓLOGA DE NOCHE
3 min readJun 26, 2018

Como buena profesional me preocupo de estar al día con las novedades dentro de mi oficio. En los tiempos que corren es tremendamente importante saber que se está investigando, qué herramientas se están usando y con qué fin se usan. Esto nos puede ayudar a avanzar en un estudio que estemos realizando, a mejorar u optimizar nuestra forma de trabajar o, simplemente, redirigir nuestra investigación.

Nube de puntos obtenido por la Fundación CyArk de la antigua Corinto. Imagen de www.cyark.org

Dentro de las novedades que podemos encontrar, tenemos todas aquellas noticias o estudios que hablan de nuevas tecnologías. O quizá no tan nuevas, pero que en el mundo de la arqueología son de aplicación reciente. Son ejemplo de ello todos los papers que podemos encontrar sobre la digitalización de objetos históricos mediante escáneres 3D o fotogrametría, el uso de LIDAR aquí y allá o cómo uso tal o cual universidad las SIG (Sistema de Información Geográfica).

Son temas que están de moda. Información muy resultona en ponencias y congresos. Temas que demuestran que estamos al día y que dominamos tecnologías novedosas. Pero siempre, en todos los papers y congresos que veo, me falta lo más importante…¿Para qué?

No me malinterpretéis. Me fascinan las nuevas tecnologías. Pero, al igual que en el mundo industrial, a la arqueología también le afecta el enamoramiento de lo novedoso. Todas las herramientas y productos que salen al mercado sufren el mismo proceso: Creación, promoción, altas expectativas, desilusión y consolidación. Esto se puede aplicar también a las nuevas tecnologías en la arqueología.

Gráfica de Gartner.

Si analizamos las noticias de nuevas herramientas en yacimientos veremos infinidad de artículos sobre drones en excavaciones o impresoras en museos. Pero si ahondamos un poco más en la publicación veremos que en la mayoría de los casos se quedan en meras acciones de márketing. O bien la entidad quiere colgarse la medalla de “lo innovadores que somos” o el estudiante quiere mostrar todo lo que sabe.

A lo que me refiero es que en la mayoría de los casos se explica cómo se ha usado la tecnología, pero no se da el último paso de explicar para qué se ha digitalizado esa pieza o para qué se a impreso ese objeto. El uso de la tecnología se convierte en el mismo fin cuando, en realidad, debería ser un medio, una herramienta.

Digitalizar obras se ha convertido en una práctica habitual para los arqueólogos.

Está claro que es importante que se experimente con las novedades. A menudo, para encontrar la aplicación hay que probar. Considero que la arqueología está en una fase fascinante de enamoramiento donde todo lo que se publica es un avance en el sector, pero luego me encuentro con muchísimos estudiantes especializándose en estas tecnologías sin saber siquiera a donde les va a llevar.

Quizá ha llegado el momento de parar, de estudiar qué partes de nuestros procesos de trabajos en arqueología requieren de una mejora sustancial y ver qué tecnología es la que va a poder ayudarnos, en vez de dejarnos encandilar por todas las novedades existentes. Sino, corremos el riesgo de ahogarnos en un mar de herramientas sin llegar a mejorar nuestro oficio.

--

--