El amor a la Patria no se paga con ningún dinero
Por Domingo Pérez
Nuestros enemigos y sus lacayos, los gusis odiadores todos, cuando comentan y atacan nuestras publicaciones, hablan de “ciberclarias”, “asalariados de la dictadura”, “chivatos”… hasta nos tildan de “mercenarios”. ¡Que desfachatez! ¡Cuánta demagogia e hipocresía!
Claro, hay que tener en cuenta que de unos descerebrados vendepatrias no se puede esperar más.
Primero, repiten de memoria el libreto que se les indica por sus amos, es decir, los contratistas que ponen el dinero. Segundo, analfabetos políticos al fin, confunden los términos y a veces, no saben ni lo que dicen, a tal punto que nos critican por no ser fieles al legado de Martí y Fidel, empleando para ello una frase dicha o escrita por ellos, fuera de contexto.
Tercero, los ciega el odio y más que eso, aunque parezca imposible, los desequilibra la envidia. Sí, como se los digo, una simple sonrisa de un niño agradecido, al recibir en un brazo la dosis de refuerzo de una de las vacunas anticovid cubanas, los trastorna.
Sinceramente, los comprendo, no es fácil hacernos tanto daño en medio de la pandemia, en cambio, la Revolución no sólo sigue en pie, sino que avanza.
Por suerte ellos, los fanáticos por destruir este hermoso proyecto social que es el Socialismo, cometen, una y otra vez, el mismo error: subestimarnos y creer que defendemos la Revolución Cubana por dinero.
Que equivocados están, a esta altura en este desigual enfrentamiento, todavía siguen pensando que el amor por la Patria se puede contratar por dinero.
¡Ninguna riqueza del mundo, la fortuna del ser humano más rico del universo, puede ser comparado con el sentimiento de amor a la Patria, de un solo cubano digno! El amor por la Patria no tiene precio.
