Fracturas en el mito de Carlos Varela
Por Isabel Reina Barreto
Mucho se ha hablado en las últimas horas del concierto de Carlos Varela en el Havana World Music, pero no han sido las letras de sus canciones o la calidad de la presentación lo que ha acaparado los titulares, sino el coro de “libertad” del público.
¿Por qué no hablar de que fue invitado por la EGREM o del repertorio que interpretó? ¿Por qué no hablar de la organización del evento?
Para algunos, el cantautor plasma en verso la Cuba que ellos viven y sienten, el que escribe sobre un sistema intolerante en el que se reprime y censura. Sin embargo, fue en esa misma Cuba donde cantó para clausurar un festival importante de música y donde sus seguidores corearon lo que quisieron, cuando quisieron, como quisieron sin que les pusieran poner freno a su “expresión”.
A otros como a Pedro Jorge Velázquez, periodista cubano, le queda la duda si con la misma valentía que pide detrás de un micrófono en Cuba libertad lo hace en Miami. “En los muchos conciertos que ha dado allá nunca ha dicho más de lo que allí se aplaude. Varela ha sido un cobarde frente a la mafia que nos ataca”, afirma Velázquez en su cuenta de Facebook.
Carlos Varela fue invitado a participar en el evento y le fue remunerada su actuación. Ese es un hecho. Es decir, no fue un acto espontaneo en cualquier parque de La Habana donde reunió a sus seguidores para corear sus letras. Como bien expresó Pedro Jorge: “No lo censuraron, después de todo lo que ha dicho ayer cantó en Havana World Music”.
El domingo 29 de mayo el mito de la censura detrás de la figura de Carlos Varela se fracturó, aunque los “medios alternativos” insistan en elevarlo a héroe de la libertad de expresión. Porque lo cierto es que cantó lo que quiso, ningún policía o funcionario fue a detenerlo, no había nadie esperándolo para esposarlo, no hubo represión alguna a hacia su persona o sus seguidores, solo una muestra del respeto hacia el arte, venga de donde venga.
