Anoche te encontré

Lorena Valenzuela Sousa
El desvelo tiene tu nombre
2 min readAug 30, 2017

Anoche te encontré. Fue uno de esos momentos que los tontos llaman casualidad, parece que estaba en el lugar indicado, en el momento preciso, y que la suma de circunstancias permitió que nuestras miradas se cruzaran. En ese instante olvide por completo quien era, quien eras tú… Olvide el contexto ambiguo y amargo que nos rodea, y me permití ser libre, buscarte, hablarte, llamarte por tu nombre y escuchar la dulce melodía que es mi nombre en tus labios.

No pensé que volvería a encontrarte. La última vez sí supo ser la última. Nada de cortesías, nada de ser amables, nada de palabras dulces y promesas de volver a vernos. Fue uno de esos momentos en los que la soga se rompe desde el punto más fuerte, en el que las esperanzas se arrancan de raíz y el espacio que una vez ocupaban se llena de concreto, imposible de traspasar. No se si para ti fue igual, aunque por momentos pienso que no… Pienso que en algún lugar de tu mente quedo espacio para el reencuentro, y en algún espacio de tu corazón quedó la esperanza de esta conversación.

Sin importar lo que creímos, la realidad es que anoche nos encontramos. Y por fin me armé de valor para preguntarte las cosas que tenia guardadas. Preguntarte por qué, a pesar de todo, nunca nada fue. Preguntarte si todo estaba en mi mente, si los gestos que creí ciertos eran crueles tretas de la imaginación. Preguntarte si los momentos que pensé robados me pertenecieron alguna vez. Preguntarte si ciertamente sentiste por mi lo que tus labios dijeron, lo que tus manos profesaron, lo que tus besos testificaron.

Lo sorprendente de este encuentro no fueron mis preguntas… A estas ya debes estar acostumbrado… Lo sorprendente fueron tus respuestas: abiertas, sinceras, sin diplomacia, sin excusas… Algunas fueron dulce melodía, otras amargos descubrimientos. Pero al final, en su conjunto, todas fueron la llave que cerró un capitulo, que permitió poner el punto a una historia que no está llamada a repetirse… Aunque nada indica que no esté llamada a reinventarse.

Anoche nos encontramos, y antes de partir te despediste con un beso en la frente, de esos que se regalan a quienes por siempre ocuparán un lugar especial en tu vida… Un lugar al que nadie más intentaría entrar. Anoche nos despedimos, con la promesa de encontrarnos nueva vez, en el mismo lugar secreto que se desarrolla algunas noches, al cerrar los ojos y escapar de la realidad al encantado mundo de los sueños.

Originally published at https://eldesvelotienetunombre.wordpress.com on August 30, 2017.

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