Lo que guarda el silencio

¡Cuantas palabras guarda el silencio! Palabras sin expresión coherente, que salidas a la luz pueden tener tantos significados como interlocutores. Palabras que, sin ser inciertas, guardan verdades que no estoy dispuesta a revelar. Palabras que ponen en evidencia las zonas de mi alma guardadas, protegidas bajo llave, reservadas solo para aquellos que se demuestren merecedores. Pero el silencio también guarda miedos. Miedo a reaccionar, a dejar ver las cartas en mano. A perder la compostura de quien parece calmado, compuesto, sereno. De quien parece estar justo donde quiere, tener justo lo que desea, compartir justo con quien prefiere.

Si tan solo se rompiera el silencio, y se diera paso al ruido del caos a mi alrededor. Al ruido que dejan las cosas al quebrarse, los sueños al destrozarse, las ilusiones al desvanecerse. Al ruido indiscutible de la realidad cuando choca de frente… ineludible… impostergable.

El silencio a veces guarda preguntas. Tantos por que, para que, cuando… Tantas preguntas que solo buscan hacer sentido del sin sentido… que buscan encontrar lógica en las fosas de la locura, que buscan dar forma a un mundo en espiral. El silencio a veces guarda las impresiones de un mundo que parece salido de un cuento de terror, donde tus pesadillas cobran vida y desfilan frente a ti, día y noche. A veces el silencio solo se desea romper con una expresión de “hazlo de una vez o no lo hagas nunca”, porque la agonía del paso a paso parece ser peor que el temporal malestar de algo que de repente decide desaparecer.Pero, ¡oh triste ironía! Que no se le ocurra a las cosas desaparecer sin razón ni explicación. Que se rompan los silencios con el sonido de desagradables verdades. Que se rompan los silencios con peticiones para que estas verdades salgan a la luz.

Y es justo aquí, en la retorica incierta de hablar sobre lo que se calla, que nace el humor negro de la vida. Ella, a veces tan graciosa, con un humor que hiere pero que te endurece la piel, pasa desapercibida y se roba los momentos que ella misma regala. A veces no se sabe que es mejor, si dejarla pasar o enfrentarla. Y justo eso guarda el silencio: la incesante pregunta de si esto, esta suma de momentos, ilusiones, desilusiones y bromas… Si esto es todo. Si no hay nada que trascienda, que rompa el silencio de no saber si querer es lo correcto, si soñar es lo indicado. Si en algún momento el ruido se transformará en el dulce sonido de la espera recompensada, de dejar de ser un espectador y comenzar a romper el silencio con el dulce sonar de la pluma en las hojas, escribiendo tu propia historia

Originally published at https://eldesvelotienetunombre.wordpress.com on August 30, 2017.