Para los reyes de mi corazón
Amados Sofía, Marcos y Carlos:
Ayer sucedió algo. Aunque aún están muy pequeños para entenderlo, seguro papi y mami los alejaron de la TV de todas formas, para que sus inocentes mentes no tuvieran acceso a las noticias. Seguro papi y mami hubiesen querido hacer lo mismo, para no tener que siquiera jugar con la idea de que uno de ustedes hubiese estado dentro, ni siquiera cerca, del vehículo protagonista de la noticia.
Ayer sucedió algo que a muchos adultos nos entristeció, a otros nos enojó. Algo que a todos nos preocupó. No entendemos el mundo que estamos creando para ustedes, donde la vida es tan frágil, donde intentar ayudar a veces hace más daño que bien. Donde no hay horas para la inseguridad, donde no hay zonas de paz. Donde cada vez que salimos de la casa tenemos que abrazarlos, besarlos y recordarles cuanto los amamos… solo por si acaso.
Lo peor es que no sabemos cómo cambiarlo. Marchamos, escribimos, reclamamos, oramos. Pero incluso eso no nos parece suficiente para protegerlos. Porque el riesgo no es solo físico. Tenemos por su inocencia, por su sonrisa, por la dicha qué tal vez no conozcan de jugar libres en el parque o la calle, como lo hicimos nosotros. Porque en el camino, su felicidad se corte por una bala perdida, por una vida mal enfocada, por falta de oportunidades dignas para otros, por falta de prevención o falta de acción.
Ese miedo es el que a veces nos lleva a actuar de manera irracional. Así que por favor tengan paciencia con nosotros. Permítanos besarlos y abrazarlos hasta que se nos cansen los brazos. Respeten un NO dicho a tiempo, y entiendan que nuestro único objetivo en la vida es verlos crecer felices, en un mundo que, a través de lo poco que podamos aportar, brinde oportunidades para otros niños como ustedes, que hoy creen que su único futuro radica en lo ilícito.
Cuando crezcan, oro para que nunca tengan que tener una conversación cómo esta. Espero que puedan invitar a sus primitos que viven fuera del país a pasarse las vacaciones con ustedes, y que puedan salir y jugar libres, que le cuenten lo felices que son aquí, lo seguros que se sienten. Espero que nunca sientan el deseo que muchos adultos sentimos hoy de salir de la isla para buscar mejores oportunidades para ustedes.
Espero y pido de corazón a Dios que les permita crecer felices, sanos y seguros. Y que dentro de unos años estos hechos sean solo un recuerdo del día en que los adultos decidimos de una buena vez cambiar el mundo que les heredamos.
Los ama, Tia Lore
Originally published at https://eldesvelotienetunombre.wordpress.com on August 30, 2017.