Promesas guardadas
¿Quien lo diría? Si aquel día alguien me hubiese dicho que estaríamos aquí, mirándonos de frente y compartiendo estas promesas, claramente lo hubiese tildado de loco. Pero así de sorprendente es la vida, así te cambia en un instante. Yo no te buscaba, pero te encontré cuando más te necesitaba. Cuando más necesitaba volver a creer en cuentos de hadas, en historias de amor y en la fortuna que siempre supe que sería encontrarte.
En mi defensa, me sonreíste primero. Con esa sonrisa que me desordena los sentimientos, que combate toda lógica y hace que los ángeles y demonios de mi interior se pongan de acuerdo. Te cruzaste en mi camino y se me olvido a donde iba. Fueron tantas las noches que te imagine, tantos los momentos en los que te espere. Tantas las oportunidades en las que pensé haberte encontrado.
Y ahí, donde no se busca nada, te encontré… y contigo todo lo que no sabia que quería. Ahí estabas, y ahora no eras el príncipe azul de mis sueños ni el hombre perfecto que había imaginado. Eras mejor… eras real.
Yo necesitaba quien rompiera mis reglas, quien pusiera cursi a mis demonios, quien encendiera mi cuerpo, revolucionara mis neuronas y acelerara mi corazon. Mientras más te conocía, más me quería contigo. Ese no era el momento para ser cobarde. Era el momento de arriesgarlo todo, de mover todos los relojes hacia tu posibilidad, a pesar de la impuntualidad de tu llegada. Te mire y no me quedaron ganas de mirar hacia otro lado, porque no es lo que siento por ti, es lo que no siento por nadie más.
Contigo comprendí que los ojos son de quien los hace brillar y la piel de quien la eriza. Porque tú no vales la pena. Vales el tiempo, las risas, los sueños. Vales las palabras, las renuncias y los cambios. Tú vales cada momento. Tú, mi nada cuando la gente me encuentra con la mirada perdida y me pregunta en que pienso. Quien me mueve el piso, me centra, quien reta mis excusas y saca lo mejor de mi.
Me enamore de ti, porque no encontré que otra cosa hacer contigo. Me enamore de ti simplemente porque si, porque al mirarte entendí que nos pertenecíamos. Porque te encontré por casualidad y resulta que te estuve esperando toda la vida. Porque estando contigo todo es diferente. No tengo mil razones, solo dos: eres tú quien supo entrar a mi corazón y mi corazón quien no te deja salir.
No puedo prometerte una vida fácil, o que nunca te fallaré o decepcionaré. No puedo prometerte un futuro perfecto, ni que algún día logre diferenciar la izquierda de la derecha, a pesar de lo mucho que te molesta. No puedo prometerte que no te diré que te calmes cuando estés enojado, aunque puedo prometer que intentaré con todas mis fuerzas no hacerlo y simplemente estar ahí para ti.
Sí prometo escucharte, prestar atención y sorprenderme con tus historias, no importa cuantas veces me las repitas. No puedo prometer que lo recordaré todo, pero haré lo posible por no olvidar las cosas que tú si recuerdas, y que juras que olvido a propósito solo para fastidiarte. Prometo no olvidar los pequeños detalles ni las fechas importantes, y buscar siempre la manera de celebrar nuestras pequeñas victorias.
No te prometo que todos los días habrá cosas emocionantes que contar, pero te aseguro que siempre estará el espacio para hablar de nada contigo, que significas todo. Prometo aprenderme las letras de tus canciones favoritas e intentar ver los colores en tus sonidos. Prometo ser tu principal admiradora, tu crítica más objetiva y el apoyo para que logres salir de tu cabeza de vez en cuando.
Hoy quiero prometerte darte lo mejor de mi. Prometo confiar en ti y respetarte por quien eres. Compartir contigo mi tiempo y mi atención, y llenar tu vida de la dicha, fuerza e imaginación que tú has puesto en la mía. Prometo empujarte hacia tus sueños y caminar a tu lado para alcanzarlos. Te prometo crecer contigo, abrazar los cambios, perder el tiempo junto, cuidar tus momentos… Sobre todas las cosas, prometo estar para ti siempre que me necesites, me llames o no.
Hoy puedo prometerte que elegiré amarte cada día, y que dentro de mi siempre estará la persona que hoy tienes al frente. Imperfecta y torpe, pero convencida de que tú eres mi hoy y todos mis mañanas. Esa loca que eligió amarte, y que lo volvería a hacer en miles de vidas, en miles de mundos, en cualquier versión de la realidad. En cualquier universo te prometo que te buscaría y te volvería a elegir.
No te voy a prometer amor eterno, porque de la eternidad no somos dueños. Sí puedo prometerte intentar que cada día mis hechos te demuestren que te quiero y mis besos te expliquen porque me tiembla el alma cuando me miras. Que los espacios vacíos entre tus dedos siempre se llenen con mis manos, y que me esforzaré para que quieras recorrer el mundo sosteniéndolas. Te prometo luchar para al levantarte, me mires y sonrías porque confías que soy todo lo que quieres en esta vida.
Te prometo luchar con todo lo que soy para que cada día me vuelvas a elegir.
Originally published at https://eldesvelotienetunombre.wordpress.com on September 27, 2017.