¿Qué se siente romper un corazón?

Lorena Valenzuela Sousa
El desvelo tiene tu nombre
3 min readOct 30, 2017

¿Alguna vez te lo has preguntado? ¿Te has detenido a pensar que se siente? Tener un corazón en tus manos, uno que te fue entregado libremente, con la esperanza de que lo cuidaras, de que lo protegieras, de que lo llenaras de emociones y lo hicieras latir con las historias que juntos construirían. Sostener un corazón frágil, vulnerable, pero lleno de confianza en que tú lo harías más fuerte.

¿No te molesta? Saber que fuiste capaz de alcanzar tanto, que fuiste dueño de tanto, y que simplemente lo perdiste. Que un descuido hizo que tropezaras y dejaras caer lo que con tanta inocencia fue colocado en tus manos. ¿No te despierta en las noches el estruendo? Recordar el ruido que causa el quiebre en mil pedazos de lo que una vez estuvo completo, vivo y latiendo por el amor que sentía por ti. Estaba remendado, debemos admitir, pero al menos quedaba en una pieza.

¿No te roba el sueño? Saber que hay lagrimas que tienen tu nombre. Que hay ojos que lloran por la posibilidad de lo que pudo ser, por el quiebre de una burbuja de ilusiones. Que en algún lugar alguien se desvela recordando tus palabras, reviviendo sus pasos para comprender su rol en todo esto y tratando de buscar la forma de remediar algo que simplemente no está destinado a ser.

¿Te sientes tranquilo, sabiendo que la confianza se perdió, y que como los miles de pedazos que se esparcen por el suelo no hay forma de componerla de vuelta a la normalidad?

¿Que se siente romper un corazón? Sentirte dueño de tanto poder sobre alguien más, generar emociones tan intensas en alguien, solo para dejarlas en el aire, esperando una respuesta que nunca has tenido el valor de dar. Saber que es tu mano la que aprieta el pecho, la que corta la respiración, la que golpea una y otra vez la herida que queda en el lugar, ahora vacío, donde habitaba aquello que destruiste.

Yo no sé qué se siente romper un corazón. ¿Cómo podría saberlo, si fue el mío el que con tanta libertad destruiste?. No puedo responder esas preguntas por ti, pero sí puedo confesarte que no sé cómo salir de este lugar en el que tu indiferencia me colocó. Que no hay forma de racionalizar este sentimiento, porque cada vez que te pienso la tristeza gana la batalla. Que no sé si quiero recoger los pedazos, porque ya no creo que pueda volver a enmendarlo.

Sí puedo admitir que me dueles más de lo que deberías. Que no quiero dejarte ir, pero que no tengo fuerzas para quedarme. Que ya llegó el momento de dejar de mentir creyendo que las cosas cambiaran, que volverás para decirme y probarme que todo estará bien. Sí puedo admitir que no vale la pena esperar por quien desde hace tanto decidió renunciar.

Así que hoy me rindo, y si puedo pedirte un último favor es que te vayas a ser feliz. Feliz por los dos, porque no sé si yo pueda volver a serlo. Porque hasta para eso hay que tener corazón.

Originally published at https://eldesvelotienetunombre.wordpress.com on October 30, 2017.

--

--