La vida en quincenas

Igual de rápido se acaba.

Mauligno
El día a día
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3 min readNov 27, 2013

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Creo que nadie te había platicado de los temores que existen una vez que te has convertido en “todo un adulto”. Pensabas que tener miedo era algo de cuando eras niño, pero pocas cosas dan tanto temor como tener que decirle a tu mujer que no te alcanza para pagar la renta, o la comida, o la escuela, o lo que sea. Hoy, ya no hay que salir a cazar un pinche mamut para sobrevivir, ahora el mamut se ha convertido en un trabajo que no te gusta y en el que nunca te van a pagar lo que realmente “mereces”, en tarjetas de crédito que nadie te enseñó a usar y en un estilo de vida que no sabes si vas a poder conseguir para sentir que eres alguien “exitoso”. Y por eso no puedes dormir. Todas las noches por más cansado que estés, al momento de cerrar los ojos, lo único que ves son promesas que no has cumplido.

Se ve divertido, ¿no?

Al día siguiente te levantas con el propósito de que ahora sí las cosas sean diferentes. De que por primera vez puedas saber qué se siente llegar al final de un mes sin llorar por el pago de tu preciada quincena. Pero las cosas no cambian. Sigues esperando que tu jefe cambie, se vuelva más generoso y finalmente te de ese aumento de sueldo que lo arreglaría todo; sigues esperando que tu familia cambie y se den cuenta que solamente no has tenido suerte; sigues esperando que tu pareja cambie y sea más comprensiva. Lo único que no has entendido es que para que las cosas cambien tú tienes que cambiar.

Imagina nuestras vidas como barcos de vela en un océano. En ese lugar el viento sopla igual para todos. ¿Cuál es la diferencia para que un barco llegue a su destino y otro no? La forma en que dispone su vela.

Jim Rohn y su filosofía del barco de vela.

La vela es nuestra filosofía respecto a la vida. Es la forma en que vemos al mundo, es saber si responsabilizas a los demás o te haces cargo de tus acciones. Porque estás aquí, en este lugar, por las decisiones que has tomado tú. Nadie más.

Lo que “pasa” le pasa a todo mundo, la única diferencia es la capacidad de decir: ¿qué es lo que voy a hacer con esto?

Lo que no te deja dormir es el miedo a que tu vida pase sin que te hayas dado cuenta, de tener tu vida hipotecada a meses sin intereses. A no saber si estás aquí porque tú lo decidiste o alguien más lo hizo por ti.

Ay, esto está muy cabrón, pero es la verdad.

Pero siempre hay oportunidad de ajustar la vela.Sólo es cuestión de que lo decidas. Un pequeño cambio de curso hoy enfocado a donde realmente quieres ir, no tienes idea de a dónde te puede llevar.

M.

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Mauligno
El día a día

Director Creativo • Diseño & Publicidad • Escritura • @mauligno