Amor, Dinero y Salud: El “back-to-back” perpetuo del rap colombiano

Una crónica sobre el formato que estrenaron Luis7Lunes y N. Hardem el pasado agosto en Bogotá.

Víctor Lara
El Enemigo
7 min readSep 11, 2023

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Fotografías por: Julián Urrego / @_vagomundo_

Fotografías por Julián Urrego (@_vagomundo_)

El pasado 25 de agosto coincidieron varios hitos: Luis7Lunes compartió su primer B2B con N. Hardem, que celebraba sus treinta años, y el hip hop de Bogotá y de Medellín se abrazaron en una canción y una fecha: Amor, Dinero y Salud.

El formato B2B (back to back) es algo común en la electrónica. Básicamente, es un encuentro de dos DJs en el que uno de ellos mezcla un track de su colección y luego, el otro Dj, toca el siguiente. Pero, ¿cómo es un b2b en el rap? ¿Cómo es un b2b de dos leyendas de esta cultura en Colombia?

Video oficial de Amor, Dinero y Salud feat. N. Hardem, del disco Audio Descriptivo (2020) de Luis7Lunes.

Antes de hablar del toque en forma debo recordar el sold-out fulminante que tuvo la taquilla el evento. A dos semanas de la presentación, Luis compartió un tweet diciendo “Ni +1”. Fue ahí, en ese momento, en el que varios sentimos el verdadero terror y la incertidumbre de perderse algo que no se repite dos veces. Por fortuna, algunos nos pusimos las pilas y logramos dar con un bendito tiquete en reventa.

Alrededor de las diez de la noche el sitio abrió puertas. A la media hora ya se sentía fiesta: una caldera que se encendía a punta de los beats macizos y las intervenciones punzantes que son propias del hip-hop. A eso súmele dos nombres que comandaban la tarima: Mismo Perro & Dj Blanko. De hecho, súmele tres si agregamos el spoiler de tema tan azaroso y aún pendiente por publicar que interpretaron con Gonzalo del grupo Embera Warra.

La pista del club estaba llena de siluetas oscuras y cabecitas expectantes cuando el reloj marcó las once. Si hay una frase que defina esa hora es “sin Dj no hay fiesta o parche”. Parece un poco obvia, pero es muy pertinente (y ejemplar) que en el rap se reconozca al duro que suelta los temas y siente los vinilos. Esta vez, los duros eran dos: el virtuoso de Ecks y Kid Sánchez de Panamá.

La tanda de música de ambos fue un calentamiento propicio para lo que venía; totes de boom bap, transiciones categóricas, e intervenciones con micrófono que hacían sentir al público como un solo parcero. De momento, se escuchó en los parlantes “5–27, VA VA, 5–27 VA VA”. Los asistentes se pusieron como locos al escuchar Manicomio 5–27, un título de La Etnnia que hace parte de la mítica biblioteca del rap colombiano.

Entre polas y pistas se sabía que algo estaba por pasar. Por allá en el fondo, detrás de la tarima, se alcanzaba a ver un espectro de chaqueta verde y pantaloneta roja. Ese no era un tipo “normal”, teniendo en cuenta su mirada hacia al frente y su postura de brazos cruzados. Más bien, eso era un comandante uruk saliendo del foso hacia una batalla determinante. Así, con ese espíritu, fue como Luis7Lunes se subió al escenario fosforescente de Latino Power.

R.A.Y fue el pistolo que disparó los decibeles del coro cantado por los asistentes. “One, two, one Two. Mic check, mic check”, era la sentencia que anunciaba Lunes mientras le agarraba el ritmo a jugar de visitante en Bogotá. Bastaron un caudal de aplausos y unos saludos cordiales para conectar el segundo ponche de la noche: El Armador Del Sol.

Ya se vivía el rigor de la medianoche rapera. Sin embargo, a este B2B le hacía falta un rapero, y a esta fiesta de cumpleaños le hacía falta un cumpleañero. Fue allí, cuando Luis7Lunes se puso la camiseta de MC y presentó a N. Hardem como si fuera su primo de toda la vida. Ambos se dieron un apretón de manos sumado a un abrazo fuerte y, luego, compartieron una mirada súbita que sabía a sueño cumplido.

El zarpazo de N. Hardem con M.I.R.L.I.B fue un aguacero de samples furtivos y barras azarosas. “Make it rain, make it rain. Like it’s Bogotá”, fue el verso que cautivó a una plaza que correspondió con réplicas y brazos arriba. A esas alturas el evento ya no se sentía como una fiesta, por el contrario, se sentía como un estadio dispuesto a alentar y dejarse llevar por el beat bélico de Shajtar Donetsk. De esa forma, Nelson saludó al público y elevó la moral con un “make money, money. Make money money, moneeey”.

Luis sabía que no iba quedar con ningún pendiente en la tarima. Por eso, el rapero de Afterclass se puso al frente para cantar dos totes de su segundo álbum, estos fueron Rezos y Roger Federer. Efectivamente, las personas “alzaron el brazo y movieron el pescuezo”, mientras recitaban con toda voluntad cualquier fragmento de rima grabado en su cabeza. Por último, en el cierre de la tanda, Luis extendió un consejo dirigido a Bogotá: “cada uno tiene una vuelta en esto, ¿verdad? Representen su vuelta”.

Cada interpretación de N. Hardem era un contraste melódico y sensorial para la jornada. En ese orden de ideas, Burundanga fue un título que asombró por medio de sus sinfonías malandras y la intervención cruda de Mismo Perro. Después, le tocó el turno a Seiza Aka Earth, pero no a la versión original, sino a la producida por Charles Haggard. Sonó distinto en vivo: se sintió una bruma de frecuencias bajas que trepidaban la piel de todos los presentes. ¿Pero qué le faltaba a esta parte? “AZUCÁAAR”, gritó Nelson.

Nelson y el rap colombiano no volvieron a ser los mismos después del brindis que aconteció a las 12 y pico a.m. El primero porque cumplía treinta años, y el segundo porque capitalizaba un proceso de varias generaciones. Según el periodista Cristian Cope, el concierto fue un acto simbólico que celebró el vínculo histórico y simbiótico que se ha forjado entre el rap de Bogotá y el rap de Medellín. Asimismo, consideró que “N.Hardem se ha ganado el respeto de Medellín y Medellín se ha ganado el respeto de N. Hardem”.

Llegó el momento indicado para que Luis7Lunes compartiera el repertorio de Audio Descriptivo, el álbum definitivo del 2020. “Lo que es de verdad no se presume” abrió la trocha para Profundo; un tema pesado que todos querían cantar y guardar en sus discos duros personales. Al minuto, llegó el outro provisional del rapero antioqueño con Tiro de Esquina. Eso fue toda una escena reflexiva de película, sobretodo al final, cuando 7Lunes recitó “Luces intermitentes del club un viernes…entre escritores y beatmakers, en el rap, el lugar que nos concierne”.

Ambos parceros rapearon y complementaron al otro con remates amistosos durante casi dos horas. Ya les tocaba unirse para honrar e interpretar Amor, Dinero y Salud. Cuando el título homónimo del evento sonó en vivo se sintió la plenitud y la contundencia de sus autores. Tanto Luis como Hardem conectaron con los suyos y ratificaron la gravidez de sus palabras y sus gestos.

La despedida total de Luis7Lunes fue con Galopa. Al parecer, en el público estaba una persona que Lunes apreciaba mucho y, en su honor, decidió cabalgar su salida con ese tema. Así fue como el Armador del Sol terminó su presentación; portando el rostro del heroísmo y reconociendo la gratitud que tiene hacia una ciudad que lo hace sentir como en casa.

A esas alturas solo faltaba la banda sonora del mes… esa misma que muchos escuchamos en el trabajo, el cuarto, o en el trayecto hacia este toque. En realidad, lo que más recuerdo de ese momento fueron las miradas llenas de fe y a aquel parcero que gritó “Otro Agosto” casi cien veces. Pero por fin, por fin, sonó el himno de rap que le hizo justicia total al encuentro y a un público que replicaba nostalgicamente “otro agosto, cueste lo cueste”.

Una vez salí del lugar me llegaron dos reflexiones que no podían quedar en el aire. En primer lugar, pensé que habría sido excelente que ambos raperos hubieran interpretado versos de las canciones del otro. En segundo lugar, me pareció que aguantaba darle más cuerda al formato del B2B en el rap. Tal vez este sea un punto de partida para nuevos encuentros y espacios más propositivos en dicho ecosistema.

Como le dije a Luis, inicialmente no tenía pensado redactar esta crónica. Sin embargo, después de lo vivido sentí que valía la pena registrar un encuentro inmortal para los artistas, el público, y el rap nacional. Así que agradezco todo lo narrado, y reafirmo frente al lector las palabras con las que N. Hardem cerró la noche del 25 de agosto: Amor, Dinero y Salud.

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