Baco Entre Mangles: la nueva psicodelia caleña

Isabella Suárez
El Enemigo
Published in
5 min readApr 26, 2019

Desde hace un par de años, el cuarteto caleño ha consolidado un sonido bastante particular para el rock alternativo del Valle. Sonidos lisérgicos y esotéricos permean el primer EP de la banda titulado “Los Árboles”. Hablamos con ellos sobre su proceso creativo, las cuatro canciones que conforman este disquito y su futuro.

La teoría que dice que de jammear no resulta nada, se cae al escuchar a Baco entre Mangles. Este cuarteto caleño afianzado en los sonidos psicodélicos y latinoamericanos, nació de la prueba y el error. Alexis Polanski en el bajo, Juan Sebastián en la batería, Nicolás en la guitarra y David, voz y guitarra, conforman esta joven y vaporosa alineación que lleva haciendo música desde el 2016.

Sus influencias varían desde el rock clásico de Pink Floyd y Led Zeppelin a clásicos de la salsa y el funk como Héctor Lavoe y Jamiroquai, con el gran plus que define el sonido de la banda, abordando los ritmos latinoamericanos como el bolero y la música antillana. Todas estas corrientes se mezclan y se decantan en la cabeza y manos del dios del vino, perdido en un manglar del pacífico, dando como resultado este particular coctel.

“Un gran referente creo que es Spinetta, porque nuestra música en sí es música modal. Las armonías son bastante extrañas, no son armonías convencionales. Intentamos combinar eso con la música antillana y lo que decían ahora. De ahí sale toda esa mezcla extraña.”

— Nicolás

El pasado 22 de marzo, la banda lanzó su EP debut “Los Árboles”, compuesto por 4 canciones. Fue grabado, mezclado y producido en Black Manthra, Dapa, Valle del Cauca, uno de los estudios más claves en los últimos años para la escena caleña.

Isabella: ¿Cómo fue el proceso creativo de éste EP?

Baco Entre Mangles: David siempre trae las canciones en formato acústico, desde su universo. Luego en conjunto todos empezamos a meterle cositas para ir armando cada canción. Vamos tocando encima de lo que toca él a ver que pasa, experimentando. Todo tiende a ser muy progresivo, nos cuesta mucho hacerlas más organizadas con una escala normal, hemos hecho el ejercicio, pero no sucede.

Para este EP fue un reto poder unir canciones que estaban muy separadas. Había unas ocho canciones y el trabajo fue poder decidir cuáles iban y cuáles no. Desde un comienzo no estuvo marcado el concepto, sino que fue producto de la búsqueda. Por un lado intentamos que hubiese una temática, de alguna forma, en todas, así fuese “rebuscada”, pero creemos que el tema central que las agrupa es el tema de la comunicación. Por otro lado queríamos que el primer EP mostrara las cuatro ramas más diferentes de la música, que cada una de las cuatro canciones mostrara diferentes rostros.

¿Cómo relacionan la estética de la banda con el sonido de la misma?

A nivel de imagen, es otra búsqueda que se está haciendo y, como pasa muchas veces, esto empezó después de la búsqueda musical. Es algo que todavía se está configurando, parte de David que pinta mucho, hace unas pinturas muy interesantes y se toman algunos elementos de ahí tanto para la imagen directa de la banda como en los visuales que muchas veces nos acompañan en los toques.

Hablemos de las canciones, les doy el nombre, una impresión y ustedes me cuentan cómo fue la composición.

  • A Sangre Fría: “le he matado en mi mente, el pueblo tiene un límite”. Mucho de lo que se habla en la canción es de cuando se está en un momento en el que no puedes aguantar lo que está pasando, pero tienes el carácter de decir que no vas a llegar a la violencia y todo lo vas a vivir en tu interior. Cuando dice “le he matado, le he matado,” que son palabras muy fuertes, pero finalmente aclara que ha sido solo en su mente. Es un reclamo a algo. La magia es que tiene un ritmo muy guapachoso con una letra bien contundente. Lo interesante, también, es que tiene un sonido muy raro porque siempre baja un semitono, a partir de ahí se fue armando.
  • El Camino Azul: “es triste que te autodestruyas”. Es sobre la relación con uno mismo y a su vez sobre cómo la lleva, ya sea con drogas o con lo que sea. El camino azul tiene una explicación racional/esotérica, ya que el chacra azul es el chacra de la comunicación, entonces es el camino de la comunicación, por ahí es que va esa canción. Es la comunicación con uno mismo y con los demás. Indudablemente esta el tema de las drogas ahí, por una vivencia cercana.
  • Los Árboles: un “grunge andino”. A veces respondemos que somos rock psico-tropical progresivo o post-indie latinoamericano. La canción es compleja porque es sobre cómo hablarían los árboles si lo hicieran. En un momento es totalmente psicodélica, las frases son oníricas, son un sueño, una fantasía, pero también es una especie de advertencia cariñosa, al final la canción es un reclamo también, de parte de los árboles precisamente.
  • Veneno. Esa es la canción de amor de nosotros. Es una canción pasional, imaginativa hacia alguien a quien se desea.

El Camino Azul tiene una explicación racional/esotérica.

— Juan Sebastían

¿Qué anda haciendo Baco entre Mangles por estos días, después del lanzamiento?

Vamos a grabar un video, estamos moviéndonos con prensa y esas cosas y tenemos varios toques locales. Estamos a la espera de la salida de un estímulo para poder grabar un nuevo sencillo y queremos juntarnos con otras bandas para hacer una gira nacional, es decir por el Valle, por el eje Cafetero, pero queremos mucho tocar en Bogotá para visibilizarnos. Vemos que hay un interés grande con la gente de Bogotá, tanto de público como de las bandas, pero sincerándonos un poco, nos ha costado darnos a conocer. En un principio éramos muy encerrados en nosotros mismos, como banda, nos dedicábamos a hacer música no más, lo demás no interesaba tanto, por eso nos ha costado también hacer que fluya y poder salir más. Nos gusta tomarnos el tiempo para hacer nuestras canciones.

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