Con ‘Un Ep de Maat’, Maco y Luis7Lunes homenajean el estudio que construyeron

Los dos amigos del colegio y MCs de Afterclass Records presentan un EP, producido por Vic Deal, con el que cierran la etapa de Maat Records.

Santiago Cembrano
El Enemigo
16 min readSep 27, 2019

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Foto de Santiago Mesa

Ya se conocían de antes, o al menos sabían quién era el otro. Habían jugado fútbol juntos en los recreos del Colegio Alemán, en Itagüí, y eran compañeros de año. Pero fue en 2006, cuando los mezclaron y quedaron en el mismo salón de sexto de bachillerato, que Luis Miguel Vélez y Manuel Álvarez entendieron lo que los unía y los separaba de las 1.200 personas del colegio: ambos escuchaban rap.

Han pasado 13 años, y Luis Miguel y Manuel, conocidos en el rap como Luis7Lunes y Maco Maat, presentan hoy su primer trabajo conjunto: Un Ep de Maat. Es un proyecto que le da cierre al estudio que montaron juntos, Maat Records, llamado así por la diosa egipcia de la verdad y la justicia. Era tal el amor que le tenían al rap que tenían que intentar hacerlo, y luego de grabar en estudios de Envigado e incluso en Moebiuz, decidieron montar el suyo propio. Ahí grabaron nueve proyectos, puliéndose y trabajando para mejorar como MCs. Un Ep de Maat es el décimo disco asociado a Maat, y la transición hacia Afterclass Records, el colectivo del que hacen parte junto con el rapero y beatmaker Vic Deal.

Y vaya si fue necesario pulirse. Luis recuerda, sobre el primer disco que grabó, Este Soy Yo, que tenía 15 años y fueron 17 temas. Y así también fue Rap Sin Formalismos. También recuerda que los beats eran malos y las barras también, eran temas pesados e insoportables. Pero tenían algo que lo hizo confiar y seguir. Cuando establecieron Maat Records en la casa de Maco, y empezaron a sacar más discos, no había ni siquiera donde tocar en Medellín, dicen.

La primera vez que tocó en su vida fue en 2011 en La Casa de la Nada, un espacio en Envigado donde estaban inaugurando una barbería. De ahí fueron encontrando mejores espacios, los toques fueron subiendo de nivel y ellos también. Desde ese entonces ya el rap de Envigado tenía un futuro prometedor, y por ahí estaban raperos con los que parchaban y que luego destacarían a nivel nacional: Mañas, hoy de Doble Porción, estaba con Shalewa; Métricas Frías y El Jose conformaban Polos Opuestos; y claro, un año después No Rules Clan sacó Rap Nativo.

En 2018, Maco publicó Realismo Sucio y Luis7Lunes sacó El Armador del Sol, los mejores trabajos de ambos hasta la fecha. Junto con Vic Deal, ya tocan juntos, como Afterclass Records, un show dinámico y bien preparado. En el parche, Luis es la disciplina y la constancia y Maco es la moral y la energía. Se complementan y reconocen que sus carreras no habrían salido así si no fuera por el otro. Y Un Ep de Maat es un homenaje a esa historia.

“Perro, yo hace muchos años le había dicho a este man que sacáramos un trabajo completo juntos y no se había dado. Nunca pensamos que Maat fuera a pasar a otra vuelta, y que el trabajo de ambos no existiera antes hace este más significativo. Es el cierre merecido a la escuela que nos enseñó a ser constantes, los hábitos, el mérito, el gusto por la vuelta, darse palo porque quedó mal grabado, conseguir todo. Se empieza a convertir en algo que al sol de hoy es el motor de todo: y todo empezó ahí. Este EP es el cierre perfecto, un culto al estudio que nos enseñó el rap como lo vemos ahora”, explica Maco.

Si hacen parte de Afterclass Records es porque tienen más ocupaciones, y llegan al rap “después de clase”. Luis es médico y está especializándose en psiquiatría, y Maco está acabando la carrera de psicología; mientras tanto, Vic Deal trabaja como diseñador. Pero la constancia y disciplina evitan que los trabajos y responsabilidades los alejen del rap. Al contrario, se enfocan y aclaran sus prioridades: seguir sacando discos chimbas. Eso es Un Ep de Maat, producido por Vic Deal.

En la casa de Luis, entre pizza y fútbol en el televisor, ambos raperos hablaron con El Enemigo sobre el proceso del EP, lo que viene y, sobre todo, la historia que los une.

Foto de Santiago Mesa

Destaco de entrada que los beats tienen un color distinto a lo que han rapeado antes ¿Cómo fue la elección de beats para el proyecto? ¿Cuál creen que es el resultado del paisaje sonoro del EP?

M: Los colores que dices no los había experimentado sobre todo porque mi trabajo más que todo ha sido con el Gala, y él ha sido muy fiel a un sonido particular y característico de él. Al trabajar con Vic se abre ese espacio para camellar en beats distintos. El tipo de rapeo no lo saca de lo que uno está acostumbrado hacer, lo que hace es darle un color diferente. Digamos cuando a mí me mandaron el beat del intro, dije qué chimba escribir ya esta vuelta, parce, porque era algo diferente. Me sentí muy cómodo al rapear un drumless por el tempo, me pareció muy chimba.

L: Aunque las baterías no sean como las que casi siempre hemos estado utilizando, creo que el EP no se sale del color que el Maco y yo siempre hemos tenido, lo que ha representado Maat siempre en lo que hemos hecho de rap. Yo creo que la ventaja es que, uno, Vic está en un nivel muy brutal, a punta de disciplina está llegando a poder hacer muchos colores de beats. Dentro de lo que a uno le gusta, es un man mente abierta para hacer cosas brutales y experimentar. Nosotros, quedándonos en el color que nos gusta del rap, estamos tratando también de meternos en las vueltas que estamos escuchando y que nos traman. Digamos que la idea del drumless en el intro es de Vic. La idea siempre fue que Vic hiciera todos los beats porque es la despedida de ese Maat y pasar a ser Afterclass completamente.

Luis, estás muy calidoso en todo el EP. No es que hayas cambiado todo tu estilo desde El Armador del Sol, pero sí te siento más conciso y eficiente, afilado ¿Tú también lo sientes así? ¿Sigues puliendo tus habilidades a la hora de escribir y rapear?

L: A lo que nos dedicamos nosotros es a hacer rap para sacar las cosas de uno, entonces la gente se identifica con la parte general de la historia. Yo cuento cosas mías, pero eso le pasa a mucha gente de otra manera. Nosotros siempre terminamos haciendo una compilación de lo que nos pasa, de lo que hemos visto en determinado tiempo. En ese sentido, El Armador del Sol se fue alargando, nos fuimos demorando más y primero iba a ser un EP; lo hicimos y lo estancamos. Luego pasaron más cosas y mucho de lo que cuento ahí es del camello.

Ahora cuando hicimos este EP estoy en otra cosa totalmente diferente. Ya vivo solo, el Maco podía venir cuando se nos diera la gana, nos parchábamos toda la tarde, hacíamos la letra. Y si no salía la letra pues no salía. El proceso fue totalmente diferente. El ambiente juega demasiado en ese proceso. Un EP de Maat intenta, obvio, que se notara el cambio, pero también que yo no estaba haciendo la continuación de El Armador del Sol. Yo creo que hay gente que se va quedando representada a través de una imagen y yo no quería quemar la vuelta del basket, no tiene sentido.

Un Ep de Maat no tiene como intención ser el disco del año, sino en terminar de cerrar nuestro parche. Fue muy parce, escriba lo que se le dé la hijueputa gana. En uno de los temas digo “como se me da la gana, en el micro escribo esta trama”. . No fue algo que me estuviera sucediendo con mi trabajo o con mis cosas, sino los dos sentados para darle cierre. Lo que sigue es sacar vueltas con Afterclass, llevar la vuelta a otro lugar.

Maco, desde la entrada en “5 Millones” y luego en tu tema solo “Nada Que Perder” te noté con una actitud distinta a la que mostrabas en tu último proyecto, Realismo Sucio; siento que ese es un trabajo amargo y que golpea. Ahora te siento más en paz contigo mismo, se nota desde el tono de voz…

M: Desde la interpretación, hubo una vuelta ahí con el registro, el Russo me ayudó mucho a mejorar la vocalización y la intención. Pero yendo a la pregunta, yo siento que Realismo Sucio fue un cierre de un ciclo de frustración, de algo que yo había querido mover y representar y que tenía que estar en la obra de Maco Maat pero que no había logrado lo que hice ahí desde el sonido y desde las características del rap que quiero hacer. Pero entonces las letras están impregnadas de la carga emocional de 10 años. Después de Realismo Sucio me di cuenta de un montón de cosas que no notaba por estar encerrado en esa frustración. Eso me abrió el espacio para disfrutar de mucho rap que antes no disfrutaba y a hacer un rap que antes no hubiera aceptado hacer, digamos, por el color de los beats, por lo que quería decir. En Realismo Sucio buscaba sonar muy tosco, tenía una rabia atrancada, pero ya no está. Ya cambia la percepción de lo que es la obra, el rap y mi papel en él.

Luis, en “Baladas Añejas” sentí también en tu rapeo una celebración de los frutos que has cosechado, de trabajar duro para que todo salga bien. Yo sé que tu música es competitiva, pero esto lo sentí más situado, como hablándole a los raperos de Medellín, como diciendo aquí estamos y no nos vamos ¿Cómo sentiste que cambió tu lugar en el último año después de sacar un disco tan brutal y tan bien recibido como El Armador?

L: Yo no quiero ponerme en ninguna escala, no creo que venga a lugar, porque yo hago rap para sacarme las vueltas. Las otras cosas han ido llegando. Aunque no hable de basket, siempre estoy hablando de competición, porque creo que al competir estoy poniendo a prueba a la escena en general y me estoy poniendo a prueba a mí. Si me salió “Roger Federer” en El Armador del Sol, que para mí es un tema de competición directo, cachetada tras cachetada, lo que busco es que cuando yo lo escuche diga uy, gonorrea, tengo que sacar un tema con más cachetadas. Y que el que lo escuche diga uy, este man sacó mero tema, hay que sacar un tema más brutal, ¿me entendés?

Yo no estoy compitiendo contra alguien en específico, sino contra que muchas de las cosas se están haciendo mal. No desde el producto, sino que, si la gente les mete la moral, cariño y tiempo a las cosas, salen chimbas. La escena crece porque salen vueltas chimbas, y si esas cosas no salen, la escena se cae. Iba un cohete así el hijueputa y ahorita está como plano, y la única manera de que eso siga es sacando productos chimbas, de rap. Cuando me pongo a escribir barras pienso en no, nos puede pasar esto. Uno no se puede volver crack y entonces cagarla, porque si usted ya está haciendo las cosas muy bien, sígalas haciendo así, no se tiene que poner a inventar. Va más a eso.

¿Cómo fue cuando se conocieron en el colegio y cómo decidieron empezar a rapear juntos?

M: Este marica y yo estudiamos desde chiquitos juntos, y la buena pero no éramos los más cercanos. Y en sexto de bachillerato quedamos en el mismo salón y de una nos dimos cuenta de que ambos escuchábamos rap y éramos los únicos, parce, entre las 1.200 personas del colegio. Él tenía un iPod en el que tenía todo el rap que se conocía fácil de la USA y todo el rap español del momento. Y yo quería salirme del colegio, pero no me querían sacar entonces yo dije voy a perder el año, y este man me patrocinaba la vagancia con ese iPod cuando yo no entraba a clase y ahí empecé a alimentarme.

Pasaron los meses, nos volvimos bien panas y dijimos hey qué chimba hacer rap. Y empezamos a sacar barritas chimbeando, mi cucho tenía un micrófono pa’ hacer karaoke y me conseguí un cable con un adaptador; tratamos de grabar mil veces y nada. Y un día yo iba con otro parcero por Envigado y vimos un estudio que se llamaba Peak Productions y entramos a preguntar y pillamos que la grabación nos daba pa’ pagarla mela entre varios. Y por ahí a los 4 meses Luis, que era muy serio, ya había sacado su primer trabajo. Teníamos como 14 o 15 años. Eso dio la moral pa’ empezar a camellar, yo también empecé a trabajar un camello solo.

Empezamos a grabar y ese estudio lo empezaron a remodelar y por cosas de la vida llegamos a Moebiuz. Y empezamos a entrar al parche de rap e ir a los toques y con los que usted parchaba en una fiesta escuchaban rap: tomar chorro, desatinar, hablar de rap. Todo se volvió muy rap y Maat se volvió más sólido. Seguimos camellando con Ziro, pero era más caro que lo que nos costaba en Peak, el otro estudio, y como Ziro también empezó empírico entonces dijimos nea, vamos a meternos la mano al drill para tener nuestras vueltas. El parcero de Peak era buena gente y lo llamamos y nos explicó qué necesitábamos. Ahorramos y fuimos comprando el micrófono, la tarjeta de sonido… hasta que tuvimos lo que necesitábamos.

Y obvio me echaron del colegio y no me recibían en ninguno otro, solo en uno donde mi tío daba clases en Sabaneta. Y era un colegio muy caja porque todos hacían cosas aparte. Por ejemplo, el profesor de inglés era carpintero y yo me volví muy parcero de él. Ya habíamos grabado y sacado unas cositas, pero el ruido ambiente era muy complicado y nos faltaba mucho manejo de software para poder minimizar eso fácilmente, entonces dijimos hagamos una cabina. Primero hicimos una con cajas de huevo, pegando en las paredes del closet y dejamos un mierdero el hijueputa. Además, había comprado los cartones de huevo ya usados y empezaron a salir hongos. Yo no lo quería quitar, era muy digno con mi estudio, pero mi cucha estaba emputada porque todo olía a mierda. Y ahí pensé en el profesor de inglés que era carpintero, nos hizo la cabina por 200 lucas, quedó mela. Ahí sigue en mi pieza.

L: Era como nea, tengo 17 años, estoy empezando a hacer rap, tengo otro disco pa’ grabar y una cabina la hijueputa. Entonces, en esa época el Maco vivía con el hermano y no teníamos donde poner la cabina y la pusimos en mi casa. Y ahí me grabé mi segundo disco y dos maquetas así de una, me volví loco.

L: Cuando llegó Maat le dábamos, le dábamos y le dábamos. Empezamos con un ritual todos los viernes: Maco salía del colegio y me caía a la casa, y a darle. Luego Maco sacó un disco y yo entré a la universidad y me di cuenta en el primer semestre de que era imposible que siguiéramos haciendo ese parche así tan melo todos los viernes. Entonces pensamos en llevar el estudio a donde Maco, porque el hermano se fue a vivir a Alemania y había espacio.

M: Yo me gradué del colegio, obvio después, y terminé estudiando producción de audio y sonido. Y en la casa de este man la cabina se estaba llenando de polvo entonces me llevé todo pa’ la casa para camellar en lo que me saliera de la universidad.

L: Anécdota caja: yo no estaba cuando llegó a recogerla. Desarme esas planchas las hijueputas. Le dijo a un parcero que le prestara el coche, las montaron encima del techo y le rayó todo el techo. Y ahora suba esas planchas cinco pisos hasta la casa de Maco. Ese man no iba a subir eso ni por el hijueputa, Maco subió las seis planchas. Por eso no se ha movido de ahí, toca es quemarlo.

¿Cómo recordarán, ahora que van cerrando esta etapa, a Maat? ¿Creen que aportó algo al rap de Medellín?

L: Si no nos falla el cálculo sería el disco número 10, ¡qué chimba! Fue la idea de dos peladitos que les gustaba como un putas el rap, porque a lo bien que a mí no me pasaba otra cosa por la cabeza que no fuera rap, todo el día. Cuando tenía el estudio en mi casa fue exagerada la gorra que le dimos a esa mierda. Más que pulir la calidad — porque éramos dos manes que no sabíamos hacer nada — fue pulir la exigencia y el culto que debe tener la música. Perfeccionar la visión de lo que queremos transmitir a través de la música que hacemos.

Ma’at es la diosa egipcia de la verdad y en diez discos no hemos dicho ninguna mentira, ¿me entendés? A la gente le puede gustar o no gustar, la buena, no tengo ningún problema con eso, porque nunca he hecho rap pa’ la gente. Si llega el día en el que a la gente le deje de gustar mi música yo seguiré sacando mis temas. Y creo que hemos dicho la verdad en estos años, hemos sido consecuentes con lo que quisimos hacer con 16 años. Hoy tengo 26, tengo una visión de la vida totalmente diferente, y a pesar de mi trabajo y de todo sigo haciendo el rap que nos gusta y sigue siendo decir la verdad.

No vamos a sacar el disco del año, ese es Pantone, no importa lo que salga. Pero creo que era algo que Maco y yo nos teníamos que hacer. Concluimos y cerramos un capítulo de nosotros. No vamos a cambiar ni a cambiar la música, sino que el espacio ya no es Maat: lo que era tangible, el templo donde este man y yo nos pulimos, ya no es ese. Quedaron los códigos escritos en el Maco y en mí. Y el legado es que si no sacan cosas chimbas nos les vamos a robar la vuelta porque vamos a seguir sacando cosas y al que le guste al rap siempre lo va a encontrar en nosotros. Eso te lo digo con total seguridad: vamos a hacer rap hasta que nos quedemos mudos. El legado es que si usted entró a esta vuelta por billete se va a encontrar con manes como nosotros, que llevamos haciéndolo toda la vida y que le tenemos demasiado cariño. No vamos a dejar que lo cojan de parche ni como método de obtener dinero sin ponerle moral.

¿Y cómo empalma Maat con Afterclass?

L: La transición es porque Afterclass no es el templo donde vamos todos. Afterclass es la casa del Maco, donde sigue la cabina y donde puedo grabar mis maquetas; Afterclass es el estudio del Gala, del Vic, mi casa, el estudio del D.J.H. Es un colectivo, cada uno tiene su vida y después de clase nos vamos a hacer rap. Es algo que ya está mucho más acorde con lo que estamos viviendo. Por el momento nos dedicamos a otra cosa aparte del rap y la gente no tiene que admirar eso, pero sí tiene que valorarlo: le metemos toda la moral que podemos y hacerlo lo más brutal que podamos, y ahora la hacemos a través de Afterclass. Seguiremos con el discurso con beats brutales. Maco y yo ya no estamos contando las vueltas de pelados, cada uno cuenta lo de uno. Se abre el abanico de opciones con Vic también. Ahorita el nivel acá está brutal, y vamos a aportar ahí.

M: Antes tenía el rap como hobby, y un estilo de vida muy diferente: les daba prioridad a otras cosas. El rap a la final fue lo que me sacó de eso y me ayudó a sobreponerme de un montón de actitudes negativas que tenía para mi vida. Yo soñaba con algo como Afterclass y siquiera cuando llegó había cambiado mi comportamiento, porque estoy seguro de que si yo siguiera farreando como farreaba antes me hubieran sacado del parche. El nivel de irresponsabilidad y chirreo…

A finales de 2016 terminé una relación muy caótica, fui y volví de los infiernos. Luego trabajé unos temas con el Gala y ahí empezó a consolidarse eso. Adquirí unos hábitos de vida diferentes y el rap se volvió lo principal, así nació Realismo Sucio. Y al ver lo que hizo con mi vida, yo dije nea, pase lo que pase voy a hacer esto de esta manera porque me siento mucho mejor en un montón de aspectos. Todo me preparó para dar este salto, lo soñaba, estar con mis panas representando lo que creo que es el rap. Me parece muy chimba pillar hasta dónde han llegado esos dos pelados que decían qué chimba hacer temas de rap.

¿Qué significa Luis para Maco y Maco para Luis hoy?

M: Perro, pa’ mí es la complicidad de esa persona en un mundo en el que muchas veces uno no encuentra pares — aunque pensemos muy diferente en un montón de cosas — porque somos muy similares en la parte ética, cómo debe actuar uno mismo. Hay una relación de hermandad. Incondicionalidad, esa es la palabra.

L: Lo más chimba de todo es que nos unió el rap, no otra vuelta. Creo que tenemos una relación que va más allá de ser amigos. Hay muchas cosas frente a la que no tengo la misma mirada que este man, pero los códigos éticos y morales los compartimos. Tenemos padres que nos educaron de una manera similar. Yo cuando veo a Maco no veo a un parcero, y tampoco veo a mi hermano, porque cuando veo a mi hermano es cuando veo a mi hermano. Cuando veo a Maco veo a Maco: no es un parcero, ni un conocido, ni uno de mis mejores amigos, es Maco. Ha estado en cosas que ni son de amistad sino en situaciones económicas, de la música, de qué hay que hacer.

No sé cómo describirlo, han pasado meses en los que no hablamos nada y cuando nos encontramos es la misma mierda. Yo le puedo decir a este man lo que me de la gana, podemos putearnos o agarrarnos. Queremos dirigir la vida por el mismo camino. Siempre ha sido mi polo a la electricidad, lo opuesto al polo a tierra, la parte que me ha hecho más social, la moral para sacar los temas. Yo soy la constancia del parche, pero Maco siempre ha sido la moral. Yo llegaba a los parches y tenía más temas grabados y yo como hey, gonorrea, escribí más temas. Pero luego nos invitaban a un parche y yo no quería tocar y Maco era el que me animaba. Lo tengo claro: si el Maco no hubiera estado en mi vida, quizás no sacaría los temas, los haría para mí. Toda la moral que le meto al rap también es por este man.

Escucha acá Un Ep de Maat de Luis7Lunes & Maco Maat, producido por Vic Deal y publicado por Afterclass Records

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Santiago Cembrano
El Enemigo

Autor de ‘La Época del Rap de Acá’ y ‘Normas Rappa’ // Antropólogo. Escribo de rap, música y cultura.