Isaac S.A.: el resultado de la perseverancia, la colectividad y la tinta
Con 37 sencillos, un EP y dos álbumes colaborativos, Isaac S.A se posiciona como una de las caras más visibles dentro de la escena del rap antioqueño. Ahora, junto a Niche Ls, hará parte de los raperos que se presentarán en el Kmkaze Fest, evento que traerá por primera vez a Lil Supa y a Dann Niggaz a la ciudad de Pereira el próximo 11 de mayo.
Isaac Bustamante tiene 24 años, y la mayor parte de ellos los ha pasado en la cultura Hip Hop. Proveniente de Sabaneta y caminante de las calles de Envigado, empezó a rayar paredes en su preadolescencia. Comenzó a improvisar en los parches de amigos en común hasta que en el 2015 se adhirió al colectivo Sucia Alianza, agrupación que representa hasta hoy.
Su voz se destaca entre las de sus colegas, pues cada frase se convierte en un punch line si sale de su boca. Pero no solo es el tono lo que hace que Isaac S.A sea un rapero distinguido, sino la capacidad que tiene de hacer cada rima un golpe certero. Canción tras canción ha demostrado que es un digno contrincante para encabezar las listas de los nuevos favoritos porque aunque no quiere compararse, sabe que arrasa. “Me escribo las propias barras/De La Estrella a Exposicione’/ Y ni me interesa meterme en competiciones/Pero cuando la rompamos no vengan con peticiones”, dice en “Qué Se Hace”.
¿Cómo llegaste al rap?
Al rap llegué fue por el grafiti. Empecé como en el 2010.
Por acá había un parche que era una juntada que se hacía los martes y los jueves en una acción comunal cerca a la casa. Llegaba gente a bocetear, a entrenar break dance y a rapear, a improvisar. Mi primer acercamiento con la cultura fue con ese parche. Antes ya escuchaba mucho rap en inglés, pero con el tiempo le fui cogiendo gusto al rap colombiano. De tanto escuchar empecé a buscar instrumentales, a chimbear. Mi primera letra la hice a los 11 años.
Por esa misma época empecé a pintar. Como estaba tan chiquito yo no podía quedarme hasta tarde, entonces madrugaba con mis parceros, ellos amanecían en mi casa y nos poníamos a grafitear a las 4 o 5 de la mañana.
¿Crees que haberte acercado a la cultura por medio del grafiti te dio una perspectiva distinta?
El grafiti me cambió la vida totalmente. Me hizo aprender sobre el respeto, la seriedad en la calle, la sencillez, el carácter… El grafiti fue como una escuela, no solo en el rap sino en la vida. Me dio una identidad, una razón de ser, una motivación, lo que ahora es el rap para mí. Yo no rapeaba porque respetaba mucho el rap como género. Tuvo un impacto demasiado grande, todos los principios que tengo ahora empezaron con eso.
¿En qué momento decidiste empezar a hacer rap?
En mi adolescencia empecé a escribir recurrentemente, nunca con la ambición de querer ser rapero. A medida que crecía, cada vez que había una oportunidad de improvisar, yo me metía. Dentro de mi círculo me empezaron a reconocer, hasta que un día les mostré un par de letras a mis amigos y ellos me dijeron que estaba roncando, que debía sacar eso. Sucedió en el 2015.
Tomé la determinación. Pensé: “voy a buscar un estudio y voy a grabar el tema a ver cómo me va”. Da la casualidad de que a los 15 días vine a dar con la Sucia Alianza.
¿Cómo llegaste a ser parte del colectivo?
El colectivo nació en 2013. Yo ya los conocía porque improvisábamos, pero no ingresé hasta el 2015. Un día me propusieron hacer parte y me presentaron al resto del grupo, seguía teniendo mis dudas sobre lanzar canciones porque una cosa es estar solo y otra es representar una agrupación. Me daba un poco de susto, pero me decidí y el primer tema lo saqué en diciembre de ese mismo año.
Cuatro años después llegó tu primer álbum de larga duración junto a ellos, Gafufos. ¿Cómo fue el proceso?
No fue un proceso ambicioso, como de debutar. Simplemente hacíamos mucha música. Recopilamos los temas que más nos gustaban y salió. Para ese entonces no teníamos la mentalidad de hacer un trabajo conceptual o de revolucionar la escena, era solo nuestra forma de rapear y consolidarlo en un trabajo que nos representara.
Luego vino en la postpandemia el EP Esquirlas (2022) con Inko Beats. Tienes un tono diferente, ¿algo cambió en ti en ese tiempo?
Sí, claro, demasiado. Fue una transición de personalidad y de carácter. También fue otra forma de ver la música, una mucho más madura.
El EP lo trabajé bajo un concepto sobre las huellas del pasado, comportamientos anteriores y esas cosas que no se van del todo. Tuve un problema porque en pandemia empecé a hacerlo y a Inko se le perdieron todos los proyectos de su computador. Barbátoz los tenía y también se les borró, entonces Esquirlas terminó siendo las mezclas que quedaron, lo que se pudo rescatar. Curioso porque al final las canciones son eso, esquirlas, lo que quedó.
¿Cómo surgió Make It Happen?
Yo estudiaba con un parcero que tenía un grupo con Barbátoz, que se llamaba Underhood. Antes él era rapero también. Nos conocimos mediante ese amigo en común. La primera vez que nos juntamos fue en 2018, en un tema que se llama Aporía. Desde entonces, empezamos a hacer ser socios, a parchar en la calle. Seguimos en contacto y sacamos otra colaboración con su agrupación. De tanta cercanía, a principios del año 2022 me propuso hacer un colectivo que fuéramos el parcero que teníamos común, él y yo. Ellos dos se ingeniaron el nombre.
Después, no sé él cómo conoció a Oblivion’s, pero yo lo conocí por él. Diablitx vivía en La Ceja y se vino a Envigado a vivir, entonces ahí Barbátoz y él empezaron a trabajar mucho. Para entonces la movida de MIH estaba frenada, ya solo éramos Barbátoz y yo, pero igual lo teníamos presente.
Eventualmente, Barbátoz se interesó en incluir a Diablitx con Obli, pero Diablitx (quien tiene un grupo con Adam Walsh, No Fun) dijo que entraba, pero si se incluía a Salomé (Adam). Se dio así. Empezamos a hacer canciones, primero iba a ser un EP, ya después le agregamos otros y terminó siendo lo que salió.
Desde que entraste a la cultura te has movido en agrupaciones, ¿esa colectividad tiene alguna relevancia en el desarrollo de tu carrera?
Sí, claro, es fundamental porque yo creo que uno solo no hace nada, uno debe tener un equipo y si son los parceros mucho mejor. En esto empezamos con los amigos, sin la mentalidad de hacer plata, un parche de disfrutar hacer música. Mantener esto con las mismas personas es una bendición.
Por ahí dicen que el triunfo es individual, pero yo creo que todo en equipo es mejor. Obvio, uno tiene roces, malentendidos y opiniones divididas, pero ahí está el reto de trabajar en equipo, aunque en ello también hay aprendizaje.
Los proyectos en los que trabajas y tu carrera como solista han tenido un crecimiento visible en los últimos años. ¿Cómo te sientes con eso?
Me siento muy agradecido con la vida y con la gente que me escucha. A veces no me las creo porque empecé sin ninguna aspiración ni ambición. Nunca pensé que fuera a cobrar una regalía, un show… es algo muy loco. También me alegra que los parceros estemos ganando cierta relevancia porque es trabajo de muchos años. Se siente chimba, ¿a quién no le gustaría vivir de esto? Esto da una estabilidad.
También se agradece la gente que llega nueva, como Obli, que en mi proceso ha sido clave. Él me dio la mano en un momento que quise dejar la música y su determinación me motivó. Además, me ha abierto a otro tipo de público. Lo chimba es que alguien más nuevo que yo, que lleva menos tiempo, me ponga a vivir nuevas cosas a mí. Yo le agradezco mucho a él y a su equipo por eso.
¿Tienes alguna meta fijada dentro de tu carrera?
En ese momento mi mayor meta es terminar el álbum que estoy haciendo en solitario. Se va a llamar Mil Oyentes. Ya tengo nueve temas hechos, hay beats de Pocket Tincho y de Saygi, pero el principal beatmaker es Giorgio. Tengo canciones con Sebas (Oblivion’s), Zábaz, el Niche ([Ls]) y otros personajes que llevan sus años en la vuelta y que es un honor tenerlos en el proyecto. Está premeditado para lanzarse en junio o julio.
Junto a Niche Ls participarán en el Kmkaze Fest abriéndole a Lil Supa y a Dann Niggaz. ¿Cómo te sientes?
Yo estoy que no me las creo. Es un sueño cumplido, es un logro por cómo empezamos, por la forma que hacíamos la música antes, todo lo que nosotros vivimos en el proceso… uno jamás se imaginó compartir tarima con un personaje tan influyente en el rap.
A Supa la primera vez que lo vi en vivo fue en 2021 acá en Medellín y ver a ese man es como ver al profesor. Es un animal, su presencia regaña. Es un referente tanto en la calidad como en el estatus que uno quisiera darle a la música. Una meta mía es representar el rap así, con seriedad. Es un honor estar allá con mis parceros, sobre todo con el Niche Ls, que hemos venido con un proceso guerreado, que no ha sido fácil. Estoy muy contento y agradecido.
