KEPLER: Konishiwa colisionó con el Green Sky — Cali

Isabella Suárez
El Enemigo
Published in
5 min readOct 18, 2018

Buhodermia, el rapero paisa, visitó Cali para llenar la ciudad de rimas densas y beats atmosféricos.

La noche del viernes 5 de octubre en Santiago de Cali estaba fresca y tranquila, la agenda cultural era variada y permitía a todos los públicos disfrutar de la ciudad desde distintas perspectivas. En mi caso, ya tenía una cita pactada con el Green Sky (evento de hip hop), esa noche “tocaba” en la Fuente de Soda (sitio icónico de lo indie y lo emergente en la ciudad) el Búho, el dueño del Apolo Seven, el mismísimo Buhodermia Belcebúho. Éste MC de Medellín (CO), de corta carrera pero de sólidas rimas, era la primera vez que visitaba la ciudad y todo gracias a las gestiones del MC caleño Wars Aka Bruce Weed, el mismo que trajo hace casi dos meses al misterioso Thomas Parr. La suerte estaba echada y esa noche, con un cartel ya anunciado, el cual incluía dos actos locales: Berlin St y Mk Ultra & 1532, y tres nacionales: Media Sucia (Barranquilla), también por primera vez en la ciudad, Moliman (Pereira) y por supuesto Buhodermia, prometía intensas sensaciones.

Se agolpó desde temprano en el lugar, el público típico de este género, al paisaje contrastaban con el sitio y con su gente habitual que no combinarían en otros escenarios pero que, gracias al poder de la música se pudo y se podrá por siempre. El lugar estaba lleno, a tope, debo decir que comparando al público de la escena hip hop con el “del pop y el rock emergente” el primero es más firme, más “comprometido” en cumplirle la cita a los artistas. Quizás eran las 8:00 p.m cuando los anfitriones estuvieron listos para cantar, divididos en dos bandos, uno detrás del otro, el escenario fue de ellos. La delgada línea entre trap bueno y trap pésimo fue rota y por infortunio la escena local no la rompió, beats escasos de talento y rimas genéricas que narraban escenas de sexo desmedido y la típica ofensa misógina fue lo que dejaron a su paso. No hay que ser obsceno para impactar, fue el pensamiento incubado en ese momento.

Se cerrró el telón y todos salimos a sentir la brisa caleña, tocó ir a buscar cerveza para pasar el trago amargo de la pobreza creativa evidenciada en algunos de los MC’s de la ciudad, por supuesto a gusto personal y comparándolos con los que exportan ciudades como Medellín, Pereira o Bogotá. El acto seguido fue el del pereirano Moliman, quien es de la casa (tiene varios trabajos con Wars), éste se posesinó del escenario entre saludos y apretones de manos con los presentes, sin saber de él previamente fue interesante conocerlo.

Media Sucia, Wars y Buhodermia

Barraquilla hizo presencia en Cali con el trío de rap Media Sucia, según nos contaron después, están radicándose en la ciudad para ampliar o darle otro horizonte a su carrera musical. Media Sucia logró conectarme de nuevo con el concierto, sus beats fueron pegajosos sin ser espectaculares, pero son tres pelao’s que prometen, tocaron desde trap duro hasta baladas romáticas rapiaditas tropicales, algo que evidenció lo amplio de su repertorio y lo versatil de su propuesta musical. Las letras de sus canciones no son su fuerte pero eso no los exime del beneficio de la duda para querer husmear en su proyecto.

Después de una espera de casi cuatro horas y posterior de haberlo visto meditabundo por el lugar, se sube al escenario un tipo de chaqueta impermeable roja y gorra color mostaza, tras haberle dado indicaciones al DJ y de agarrar una cerveza inicia su acto el Búho, no recuerdo muy bien el orden de las canciones pero si sé que cantó “Aves de Paso” canción que hizo con Thomas Parr, luego sonó “Colmena” y tristemente solo la primera parte de “Cuerdos Vocales” mi favorita, que también es una colaboración con Thomas Parr. Cantó “Hotel Yubaba”, siendo éste un momento sublime en la noche, y tambien algunas de su autoría que no están en el EP. El público que iba a verlo, en su mayoría todos los que estábamos ahí, rapeó con él, creando en el MC una sensación de seguridad con el escenario.

De Buhodermia se puede decir un par de cosas: él es como lo que escribe y al mismo tiempo es un errático tanto en el escenario como fuera de él, sin ser éste hecho algo negativo. Durante su estancia en la tarima sostuvo siempre una botella de cerveza y se ‘doblaba en dos’ la mayoría del tiempo para cantar. En unos versos sueltos, algo medio improvisados que hizo, se sentó en una banca y muy al estilo “juglar” o “cantante de nueva trova cubana” rapeó para el público expectante, que casi que sediento por oírlo interpretar una y otra vez las rimas ya enraizadas, se quedó atento y en orden, algo pasmado, solo escuchándolo hablar.

Belcebúho cerró la noche con un sincero y firme agradecimiento, todos aplaudimos en respuesta y prometiendo volver pronto, dijo adiós. Sin dejar bajarlo del escenario “los y las fans” se apiñaron al rededor de él para pedirle fotos y autógrafos en los discos que él mismo había traído para vender, un disco sencillo, en pasta transparente que me hizo pensar que los “raperos de hoy” pertenecen a la vieja manufactura pues hace mucho no veía que los artístas emergentes hicieran copias de sus trabajos en ese formato.

Sin jamás cruzar palabras, solo una foto al final, a petición de Wars, supe que escucho rap por tipos como él, que no es el género lo que me gusta en sí, si no el sentimiento que llevan impresas las composiciones, por eso desecho el bling bling y las canciones que hablan de culos, prostitutas y dinero fácil que siempre, o bueno en su mayoría, han caracterizado al rap. El movimiento y/o estilo que impulsa Buhodermia desde sus creaciones, que también se percibe en lo que hace Parr o N. Hardem, o en toda esta gente que rompe el molde y rapea porque así les sale lo que vinieron a decir; es un movimiento que ha tomado fuerza cada vez más y que, personalmente, espero que se quede y engrose con el tiempo.

Cali no tiene nada similar circulando con fluidez, si bien hay rappers buenos como Emci Rimas, Beto Vidal o la gente de Zalama Crew, el sonido atmosférico, decadente y casi suicida de las tracks de este estilo, aún no tiene un representante fuerte en el escena local. La colisión de Kepler dejó más que respuestas, muchos interrogantes sobre el presente y el devenir del hip hop en la ciudad.

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