Las ingenieras del Hermoso Ruido

Juan Antonio Carulla
El Enemigo
Published in
7 min readNov 26, 2018

Si no se enteraron del Hermoso Ruido de este año, están viviendo debajo de una piedra. No lo digo porque sea un festival muy grande o de asistencia masiva, ni porque tenga grandes nombres como headliners, de hecho es todo lo contrario, pero este año enterarse de este festival fue inevitable. Todos los medios hablaron de él, los venues sirvieron inclusive de plataforma de difusión a los eventos y hasta influencers hubo en la vuelta. Esto se vio reflejado claramente en la asistencia: lugares llenos con gente coreando y bailando lo mejor de los artistas del cartel.

Hubo algo que, sin embargo, no todos se enteraron. Una gran parte del equipo de producción fueron mujeres. A una persona menos de la mitad, de hecho. Laura, Maria José, Salomé, Maria Paula, Mariana, Manuela, María y Maria Alejandra estuvieron encargadas durante los tres días de tareas que iban desde levantar cables hasta conseguirle hospedaje a los artistas internacionales. Entre las sombras y vestidas de negro pero siempre alertas a cualquier inconveniente que presentaran las tarimas, los lugares y los artistas.

Hablamos con Mariana, Maria Paula, Maria José y Rassa (productor general) sobre cómo les fue trabajando en Hermoso Ruido y sobre las mujeres en la industria musical.

Stallone en The Music Hall / Foto: Toño Cereales

El Enemigo: ¿Cómo terminaron trabajando en Hermoso Ruido?

Mariana Duque: Hace dos años, en la clase de sonido en vivo, estaban reclutando voluntarios para trabajar en el festival. Me interesó de una porque era una experiencia de la vida real, no trabajar en vainas de la clase o eventos de la universidad. Esa vez trabajé solo un día y más que todo en pre-producción. El año siguiente pude trabajar los tres días más de lleno y este año si fue de todo. Junto a Mariale fuimos la mano derecha de Rassa desde antes de que empezara el festival hasta correr de un lado a otro durante el evento para que todo funcionara.

Si bien este ya era el tercer Hermoso Ruido de Mariana, para Maria José y Maria Paula fue la primera edición trabajando en producción.

E.E.: ¿Cómo les fue trabajando en el festival?

Maria Paula Mondragón: Fue brutal, nunca había hecho algo que estuviera tan cercano a la “vida real”. Yo estaba acostumbrada a los eventos de la universidad donde los músicos son tus amigos y las condiciones están siempre dadas para que todo salga bien. Acá tenías que lidiar con personas que nunca habías visto, unas más complicadas que otras y con los egos de los músicos. Uno tiene que tener mucha presteza y ser muy educado. Así seas ingeniero, stage o roadie, tienes que estar pendiente de todo. Es también una forma totalmente distinta de ver un show, donde no eres ni el músico ni el público. Estás tras bambalinas viendo todo: qué cables hay que cambiar, qué micrófono está fallando, que amplificador mover… Al final fue muy chévere, la verdad me veo en unos años trabajando en algo similar.

Maria José: Yo había trabajado alguna vez en un evento pero era algo más pequeño, como un campamento. Este festival fue más extremo en ese sentido, no tanto porque estuvieras haciendo algo todo el tiempo pero el estar alerta desgasta mucho, además de estar siempre de pie o corriendo de un lado al otro. Fue muy fuerte pero muy buena experiencia.

Sebastián y Maria Paula haciendo ingeniería para Urdaneta en El Chamán /Foto: Toño Cereales

E.E.: Mariana, siendo tu la que más tiempo lleva trabajando en este tipo de eventos, ¿alguna vez habías visto a tantas chicas trabajando en producción?

MD: No. En el Hermoso Ruido de hace dos años sólo estaba yo, en la del año pasado si había otras dos chicas de Los Andes, entre ellas Mariale. En otros parches la verdad muy poco. De hecho le preguntamos al stage de Lumiere y nos dijo que era muy raro ver mujeres cumpliendo estas tareas, que conocía si algo a una o dos. Yo conozco a varias por la universidad, pero ya en campo somos muy pocas.

Lo repetían una y otra vez: el mundo de la ingeniería es un mundo de hombres. Tal vez porque muchas de las tareas a cumplir durante los eventos implican arrastrase, ensuciarse, cargar objetos pesados y trasnochar, cosas que, en el gran imaginario de la sociedad en la que vivimos, una mujer no debería hacer. Les pregunté a las tres si se habían sentido discriminadas en algún momento o si alguien las había rayado durante el evento. Todas respondieron que no. Aún así, todas estuvieron de acuerdo que si existía una barrera.

MD: Nadie se rayó ni nos trató mal, pero si se sentía una barrera. Me veían como alguien que supervisaba pero no como alguien que efectivamente pudiera hacer una tarea. En un principio es difícil establecer ese vínculo, pero una vez se dan cuenta de que tu también estás en el piso recogiendo cables, cargando cosas, acomodando amplificadores, te empiezan a tener más en cuenta. Hubo casos donde inclusive éramos nosotras las que mandábamos ciertas órdenes. Es más que todo eso, hacerles ver que uno si sabe. No a las bravas, pero parándose al mismo nivel que los manes y hacerles saber que todo está bien.

MJ: Con las personas con las que estuve todo fue muy chevere, muy bonito. Nunca se sintió discriminatorio ni grosero en ningún momento. No se si eso haya sido en todos los venues, pero creo que en general nunca hubo inconvenientes durante el festival. Tal vez si se sentía que éramos chicas trabajando: teníamos las cosas más organizadas, las cintas bien puestas… todo eso.

Mariana opina lo mismo:

MD: hablando con Mariale nos dimos cuenta que nos daba hasta gusto tener todo más organizado que los hombres. Yo creo que se nota cuando es el trabajo de una chica, los cables bien organizados, las cintas de colores con números lindos, no se, bobadas que al final de día igual marcan la diferencia. Claro, existen mujeres desordenadas así como hombres súper metódicos como Rassa o Jaime, pero en general el orden es muy importante cuando se trabaja en stage.

Arrabalero en Ruda / Foto: Toño Cereales

E.E.: ¿Cómo creen que las mujeres podrían tener más oportunidades en esta industria?

Maria Paula: Yo cero que tiene que ser algo mutuo. Primero que la industria se interese más en contratar mujeres, sobretodo en la ingeniería que ha sido un trabajo casi que reservado para los hombres. Pero también una actitud entre los músicos y la gente del medio en entender que uno de vieja también puede estar al mismo nivel que los hombres. De pronto en tareas de fuerza como cargar monitores que, personalmente yo no puedo sola, si existe una diferencia, pero son vainas mínimas que no dictan quién es mejor ingeniero del otro. Por otro lado, también es importante que nosotras nos paremos duro, demostrar que si podemos y trabajar en equipo. El día de la inauguración todo salió muy bien y éramos solo mujeres.

Bueno, y a todas estas… ¿Quién carajos es Rassa?

Juan Manuel Rassa empezó en la vuelta de la producción siendo ingeniero para bandas amigas. En uno de los toques, conoció a un ingeniero que trabajaba en el Hermoso Ruido, quien lo invitó a trabajar en el evento. Desde ahí se enredó con el festival, con Árbol Naranja y con un sinfín de eventos que van desde conciertos medianos hasta Zoé en el Movistar Arena y el Festival Estéreo Picnic. En su edición 2018, Rassa fue el productor general del Hermoso Ruido, quien junto a Laura Vásquez fueron los encargados de coordinar el grueso del festival.

E.E.: ¿Por qué tantas chicas trabajaron en esta edición? ¿Fue una decisión consciente?

JMR: A mi en general me gusta trabajar con mujeres. Le bajan al voltaje de trabajar con manes, son más tranquilas y saben organizar muy bien las cosas. En ediciones pasadas trabajé de cerca con Maria Alejandra y Mariana en pre-producción y nos fue muy bien. El Hermoso Ruido tiene, además, una filosofía muy chevere de invitar no sólo a artistas emergentes sino también a personas nuevas que quieran hacer parte del equipo de producción. Así es más fácil trabajar con gente nueva en los eventos. Yo a las chicas las conozco porque son mis amigas de la U y confío en ellas. En la cabeza de todos, la ingeniería es un trabajo de manes, porque te ensucias, te arrastras y te toca cargar vainas, pero las viejas también son capaces y hay mujeres muy tesas en esta vuelta.

Ver a tantas mujeres trabajando en un evento así fue sin duda refrescante. Su presencia en la industria no es sólo cuestión de qué tantas bandas de chicas haya, es también todo lo que hay detrás: ingenieras, roadies, managers, bookers, promotoras, etc. Haya sido o no consciente la decisión de Rassa en trabajar con mujeres y hombres a “miti-miti”, me alegra saber que se está dando un paso adelante por tener las mismas oportunidades laborales dentro de la industria musical. El trabajo de sonido y stage durante el Hermoso Ruido fue impecable. Eso sólo demuestra una cosa: que la ingeniería de sonido sea un campo solo de manes es una gran mentira.

De izq. a der.: Maria Alejandra, Mariana y Rassa

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