¿Quién carajos es Anto< 3?

Si un cura puede ser guerrillero, ¿podría una gomela liderar su propia revolución?

Juan Diego Barrera Sandoval
El Enemigo
13 min readFeb 1, 2024

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Portada oficial de Regañada. Hecha por Draav.

María Antonia Broderick. Anto< 3. Un nombre común en Bogotá pero con apellido extranjero; un nombre artístico que no se deja pronunciar del todo — “Anto pico tres” sería lo más acertado. Las disonancias de este mundo caótico, ya entrado en la era de acuario, marcan el camino de una de las grandes promesas de la música local.

“Soy Capri. Nací en 2004, hace como cuatro días cumplí veinte años y tremenda crisis me dio, jaja.

A mi papá le gusta decir que nací el mismo día que salió Gasolina de Daddy Yankee. Es mentira [Antonia llegó tres meses antes]. Lo que sí es cierto es que la primera frase que yo dije, y repetía y repetía de bebé, fue ‘dame más gasolina’”.

Fotografías por cortesía de Anto< 3.

La música que ha hecho parece ser un eco de ese ímpetu. Entre sus seis canciones publicadas hay una con un beat casi nightcore, casi gabber, y encima un rapeo lisérgico; un hip-hop con una visión de Bogotá similar a las que tienen las bandas indie en 2018, pero agresivamente coqueto y con dedicatoria a MC Dinero; o un corrido antioqueño chatarrero, con maullidos y la interferencia de una radio descompuesta que celebra el año nuevo en alguna cantina de mala muerte del 2666.

Si proyectos como la Putivuelta o Tratratrax han hecho de la herejía en contra del purismo de los géneros una bandera de la fiesta vanguardista de Colombia, Anto< 3 parece querer romper todos los demás nichos musicales a la vez.

El más reciente video de Anto< 3

La disonancia también aparece esporádicamente en comentarios hacia ella y la atención que recibe.

Su apellido viene de Irlanda del Norte, pero su familia es determinante para la historia de la contracultura colombiana. Por su sangre corren las páginas de la biografía “Camilo, el cura guerrillero”, la organización del festival Bogotraxx, el sabor de Systema Solar y muchísimos más elementos esenciales para entendernos como país.

Por eso, que ella haya arrancado pisando tan fuerte genera sospechas y acusaciones de nepotismo perfectamente sensatas en un país tan asolado por la falta de oportunidades y tan saqueado por las aristocracias.

Primero apareció “Regañada”, sencillo debut de 2022 en el que se come entero y raspa el plato de un beat bestial, de varios ritmos y texturas. Es fácil imaginarla chupándose los dedos después de mandar un ebrio “mua” al final de los dos minutos y once segundos. El 15 de septiembre del mismo año, en Latino Power, Anto< 3 le abrió a La Zowi, una evidente referencia principal para su música. Luego vino Enkryptada, su EP del 2023 que se infiltró en varias listas de lo mejor del año pasado — incluyendo la nuestra. Hace escasos días, Shock la nombró una de sus apuestas para 2024 y a través de su artículo de presentación nos permitió verla como heredera a la altura de un legado.

Nosotros, en la primera edición del año de la serie “¿Quién carajos es tu artista favorito?” queremos invitarlos a fijarse en ella y en su lectura de sí misma a través de la idea del amor eficaz. Les dejo un código sobre ese concepto predicado por Camilo Torres para que descifren lo encriptado en este recorrido biográfico:

“Cuando el amor se torna eficaz, comienza a ser un amor con poder que moviliza por el reconocimiento del sujeto amado, lo apoya incondicionalmente en su autorrealización, asume la autorrealización del otro y la otra como su propia realización. Es un amor con resultados, uno que urge al cambio de estructuras políticas, económicas y sociales, que exige una revolución”.

-Tomado de la página oficial de Católicas por el derecho a decidir.

¿Qué se escuchaba en tu casa cuando eras chiquita?

“Mi papá siempre ha sido una persona que escucha todos los géneros de la vida. Es el más encriptado del mundo. Un papá DJ de techno, pero también productor de cumbia y amante de la música popular. Cuando yo estaba chiquita — a los siete u ocho años — mi padrino, que es productor de rap, me llevó a conocer a la Crack Family y otros grandes grupos locales del género. Fue gracias a ellos, a tanto que escuché rap y rap y rap, que descubrí mi gusto por escribir canciones. Estaba muy chiquita cuando escribí las primeras. Era algo súper familiar y súper creativo, en el estudio de mi papá, pero no era nada serio”.

Si a usted le gusta Nicola Cruz, este proyecto de Dani Boom le va a encantar.

En Colombia suele pasar que tenemos “la familia vallenatera”, “la familia salsera”, etc. En tu caso para nada, pues siempre hubo un interés por la diversificación. Cuéntame quién es tu papá, qué significa para tu proyecto y qué implica crecer en un contexto tan rodeado de música.

“Mi papá se llama Daniel Broderick, alias Dani Boom. Es Dj y es el productor de Systema Solar y de El Leopardo. Significa mucho apoyo para mí pero al mismo tiempo siempre me estuvo alentando a que hiciera todo por mi cuenta. Siempre me estuvo dando las herramientas y no era un ‘Mira, yo te estoy haciendo esto y esto’. Lo que grabé de chiquita en su estudio, por allá desde 2016, está en Soundcloud en privado y hace parte de mi repertorio.

Mi padrino, el que me presentó a Crack Family, se llama Rafa. Además de la música me metió en la escritura. Estaba peque cuando me regaló un libro que se El leopardo [de Raúl Gómez Jattin]. Está lleno de poemas demasiado encriptados que me cifraron el pensamiento.

Poema “El Leopardo”, de Raúl Gómez Jattin.

Mis papás son separados, pero siempre han vivido a pocas cuadras de distancia en el centro de Bogotá. Me crié ahí y de allá viene mi sonido. A la hora de crecer en el área, no es como que tengas un ambiente tan de barrio, con tus amigos de barrio y las vecinas, sino que siempre estás en constante movimiento, en resto de parches muy distintos por todo lo que confluye ahí”.

Ruidaje afuera y adentro de la casa. Eso se nota sobre todo en esta última canción, corazón roto, el corrido antioqueño electrificado del que les hablaba al principio — en plataformas aparece como ‘<\3’ — .

Casi todos los artistas tienen un momento como melómanos en el que se desligan o se oponen a lo que se escucha en su casa. En un contexto en el que estabas tan rodeada por gente tan atenta a estar a la vanguardia de todos los sonidos posibles, ¿cómo se dio el proceso de construcción de identidad musical propia? Lo que me imagino de primerazo es que fue una confrontación boomer del tipo “roqueros en contra del reguetón”…

“Más o menos. Cuando estábamos chiquitos y el reguetón empezó a surgir, todos los melómanos empezaron a decir ‘qué asco el reggaetón, qué genero de mierda’. A mi papá siempre le han preguntado ‘¿no te da pena que tu hija escuche reguetón?’. Pero resulta yo era la más reguetonera de chiquita y era en parte porque mi papá me quemaba discos, me hacía mixes de reguetón con las canciones menos groseras o explícitas.

En diciembre escuchábamos reguetón juntos. A mi papá le encantaba. Me hizo sentir que tenía voz y voto con mis gustos musicales. En las reuniones familiares escuchábamos lo que todos quisieran, incluidos los géneros que yo quería así fuera una literal bebé.

Hubo un quiebre — por lo distinto, pero no por algún tipo de rechazo — , a la hora de querer evolucionar los sonidos. No quería quedarme en el rap, en el trap, en algo con reglas e ideas de que ‘tienes que contarlo así’. Siempre me ha aburrido demasiado. Desde chiquita. Esos primeros temas que hice, mis primeros intentos de rapear, fueron siempre sobre beats que no fueran de rap.

Recuerdo que esto empezó porque mi papá tenía un vinilo de miami bass que me gustaba mucho. Me di cuenta de que en el fondo era como dembow, pero rápido y con un sonido raro.

Mi primera canción completa, que se llama Ina, es sobre un beat similar que hizo mi papá hace como veinte años. Lo tenía olvidado en un disco duro. Yo lo encontré curioseando entre sus cosas, buscando sonidos, y quedé como ‘¡wow!’.

Grabamos esa canción pero nunca salió porque yo era muy chiquita y no entendía que era un poco funable, jajaja. Mi papá a veces la pone en sus DJ sets porque musicalmente es muy buena, así que quizás escuchen a mi yo de catorce años algún día por ahí”.

Tomado del Instagram de Anto < 3

¿Tienes algún tipo de entrenamiento formal en música?

“El año pasado entré a estudiar producción musical en la Escuela Fernando Sor. Siempre me gustó el piano pero nunca fui muy juiciosa con ningún instrumento. Lo único es que estudié maracas como un año y medio, jajaja”.

Sin esas herramientas formales, ¿cómo diste con tu sonido?

“A mis quince años descubrí el gabber e iba a muchos eventos. Fui a uno de Gabber Mafia en la plaza de Suba y me encantó. Quería aprender a bailar y no podía creer esa energía tan chimba. Cuando empecé a pensar en hacer un gabber, estaba en un momento de mi vida en el que escuchaba mucho neoperreo: Tomasa del Real, Ms Nina, etc. me marcaron. Quise crear una fusión entre esos dos géneros que son tan diferentes.

Escribí ‘Regañada’ cuando tenía dieciséis años y no salió hasta cuando cumplí dieciocho porque fue una búsqueda muy larga. Hicimos una primera versión con mi papá pero estaba conflictuada con la idea de trabajar solo él, porque al final somos padre e hija y eso nos va a hacer chocar. Como estábamos en pandemia, afortunadamente había mucho tiempo para darle vueltas.

Eventualmente encontré a los productores: Samuel Huertas — a quien quizás conocen de Not Berlín o como DJ bajo el nombre HUSA — y Torito — Juan Antonio Toro, líder de Armenia. Con ellos pude probar y probar con calma todo: escoger una y otra vez los sonidos, intentar muchos masters… Luego de tres versiones casi que hechas desde cero y terminadas ya me dijeron ‘paila, esta te tiene que gustar´, jaja. Fue una canción que duró tres años haciéndose, más o menos”.

Aparte de los OGs bogotanos que conociste de pequeña y las cantantes de neoperreo, ¿cuáles han sido tus referentes como rapera?

Las mujeres raperas en general, pero en especial la Mala Rodríguez fue ficha esencial en mi cabeza. Ella me enseñó a ir a distintas velocidades y por distintos géneros sosteniendo un carácter. Six Sex, que mezcla hardcore y reggaetón, fue un norte para Regañada y por ende para el resto.

Mi mamá me crió con el flamenco. Sus letras son súper encriptadas: no las logras entender del todo, pero te están diciendo algo muy profundo. Por esa vía también llegó la cantante Bebe. Escuchaba todas sus canciones con mi mamá. Me llenan mucho el corazón y me dan ganas de escribir y escribir.

Mis amigos también son fundamentales. Ángel [Dumile] es demasiado importante en mi cabeza, en mi desarrollo creativo y artístico. Al igual que Yuny. He sido muy fan suya desde que tenía como trece años. Le mostraba las canciones a mi papá y se las farreaba. Él me inspiraba muchísimo cuando escribía mis primeros versos.

Después de tener lista “Regañada” era fácil perder la cohesión estética siendo alguien tan enfocada en mezclar y probar cosas nuevas. ¿Cómo lograste que la línea estética se mantuviera?

Diego Aguilar, Draav, el diseñador gráfico que hizo la portada del sencillo, fue parte esencial. Yo quería que visualmente fuera como la palabra regañada. Me gusta mucho: no tiene traducción al inglés es como súper del español y yo me tenía súper identificada con la sensación que da. Cuando me mostró la portada supe de una que tenía que aprovecharla y ponerla en posters con un QR y en donde fuera.

Fotografías por cortesía de Anto< 3.

Esa primera traducción de la música de Anto < 3 a lo visual puso una piedra fundamental y un delineado de posibilidades para un universo hasta ahora naciente, y que crece sobre buenas bases.

Eres la primera artista lanzada por el sello Little Human Recordings. ¿De qué va eso?

Mi papá siempre quiso tener una casa disquera que diera oportunidades reales a los artistas. Él y nosotros sabemos que es muy difícil ser un artista emergente, no tener ningún tipo de apoyo y luego que el apoyo que te llegue sea de una disquera que te quiere quitar noventa por ciento de todo y hacerte firmar contratos en los cuales estás ahí corriendo sin poder realmente tener el debido proceso creativo de un artista.

Little Human Recordings busca ayudarnos a organizarnos y a cuidar los derechos de nosotros como artistas. En eso estamos, hasta ahora creando toda la disquera y llamando a la gente.

Está [Samuel] Huertas, tenemos una canción de Selva, que es demasiado talentosa… Con ellos y más queremos crear la estructura necesaria para la seriedad y el compromiso que se necesitan si se quiere ser artista.

¿Cómo fue tu debut cantando en vivo?

Fue gracias a mi amiga Muelit4, Miguel González, del colectivo Mala Idea. Ellos me llamaron para cantar Regañada el día que salió. Solo canté esa canción pero hasta ahora ha sido mi toque favorito de la vida por lo emocionante que fue culminar ese proceso tan largo.

Luego de un par de toques vino lo de La Zowi, que creó toda esta polémica respecto a mí. Ahí fue que empezaron a decir que “no, nepobaby”, bah. Igual fue súper divertido: me llenó de nervios, pero también de experiencia. Todos los artistas que acompañamos a La Zowi esa noche somos artistas súper talentosos. Todos los artistas de Colombia se merecen estar en escenarios que los lleven más alto.

La gente se imagina muchas cosas. Esa fecha, por ejemplo no tuvo nada que ver con mi familia sino con Torito, mi productor, que la consiguió.

Más adelante, Little Human Recordings estuvo organizando el lanzamiento de Enkriptada.

Yo quería reunir amigos por la música y a todo lo que a mí me gusta: el mundo del trap representado en Ángel y Carrizal, el mundo de la electrónica y especialmente de la guaracha y la uwuaracha, como Aleroj… Él y CRRDR me gustan mucho, y se los mostré a mi papá y los amó. El punto es que fuimos construyendo el line-up de encriptados y al final éramos como quince artistas en un espacio de seis horas, entonces fue como, dios mío, jaja.

¿Qué piensas de que te llamen nepobaby?

“Es evidente que la gente se va a referir a uno así. Es que igual lo soy y soy orgullosamente. A mí me encanta todo lo que significó mi papá en mi vida y el apoyo que tuve. Ojalá pudieran ir más allá y darle el beneficio de la duda a los artistas que tienen esta situación. Es que en general, en esta posición o no, ser un artista emergente es demasiado duro y complicado. No es como que mi papá llegue, se meta y diga ‘No, a mi reina, no. A mi reina la van a bookear aquí y aquí, y venga muevo esta palanca´, etc. El hecho de que uno se esté parando por lo de uno implica que uno deba aprovechar las herramientas que tiene. Y lo que tengo lo he brindado a gente que me inspira, a mis amigos que he conocido por la música, cuando las han necesitado entonces pues.

Es deshonesto decir ‘ay no, es que no tiene talento, es que es nepobaby’, cuando todos hemos recorrido básicamente los que tenemos un cierto nivel de privilegio en algún contexto recorremos los mismos caminos. Por ejemplo, aunque Bogotá sea muy amplia, grande y diversa, también es súper reducida como mundo musical. Los artistas con los que tú interactúas terminan siendo tus amigos al final; los amigos a los que les gusta la música, que lo van a ver a uno haciendo música, van a decir ‘yo también puedo’, y uno va a tratar de darles el empujón y decir ‘claro que sí puedes hacer música, ven al estudio, trabajemos’, y se van a ir creando esas relaciones.

Al final recibí una bendición de la vida y la aprovecho con todo lo que puedo aprovecharla.

Fotografías por cortesía de Anto< 3.

El surgimiento de Anto< 3 no es reductible a su familia. La discusión de las roscas en Colombia es de vieja data, pero aquí parece existir algo diferente y muy pertinente para analizar en el contexto de guerras comerciales entre los titanes empresariales a los que Little Human Recordings les huye.

Su historia es más bien la de la casi milagrosa posibilidad de que tres generaciones familiares puedan vivir de la cultura en Colombia. Esta no es de los artistas que aparecen de la nada con una infraestructura multimillonaria y arrancan sus carreras en un parpadeo, abriendo conciertos en estadios, y luego compran tierras o sacan su dinero del país y listo. Es la de una familia que ha aprovechado insistentemente su privilegio para ir más allá, por mostrar más caras de Colombia e incluir más y más actores en la conversación hasta ayudar a ir rompiendo las barreras de la hegemonía.

El ejemplo perfecto: el abuelo de Anto< 3, el historiador Joe Broderick, biografo de Camilo Torres, actuó la noche anterior a terminar esta nota con el ensamble anónimo liderado por Edson Velandia, haciendo parte de un elenco de personas de pieles, lenguas y orígenes distintas, pero que evocaban la posibilidad de compadecernos del dolor ajeno a pesar de todas esas distancias que codifican el detalle de cada historia.

Pero sobre todo, esta es la historia de una artista mujer propositiva, trasgresora y hambrienta.

Lo encriptado es lo que no se deja entender a la primera, con un simple tuit o comentario que la ha señalado de “nepobaby”. En Anto< 3 hay pistas de su deseo, de su ambición trasgresora, de la terquedad de quien tiene una visión artística y no cederá hasta plasmarla. Sobre todo hay misterio por decodificar: el de lo que venga para su música y el de lo que su ascenso y el de Little Big Human Recordings puedan generar en una escena musical alternativa que al fin dejó atrás el enfoque de nicho.

Ojalá sí los acompañe siempre el amor eficaz.

Anto< 3 se presenta el 10 de febrero en este evento lleno de artistas locales increíbles. Si les interesa el sonido de Anto< 3, Lila Sky también les va a encantar. Más información: perroperro.col

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Juan Diego Barrera Sandoval
El Enemigo

Me dicen Bal. Editor de Newspresso. Colaborador frecuente de El Enemigo y Shock. Tarotista y politólogo.