Sesiones de escucha: un espacio clave para construir escena musical

Desde la intimidad a la repartición de Chapil, compartir en la cercanía fortalece la escena músical.

Carlos Sánchez
El Enemigo
8 min readSep 4, 2023

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Uno de los aspectos menos difundidos dentro de los medios alternativos en Colombia corresponde, también, a uno de los eventos que menos se destaca dentro de la gran cantidad de esfuerzos en que los, las y les artistas locales incurren para poder hacer de su pasión por la música un medio de subsistencia: las sesiones de escucha de nuevo material por salir o como se les conoce comúnmente por su anglicismo: las listening parties.

Invitación a la sesión de escucha del próximo álbum de Gabriela Ponce “El Sur Del Ser”

Una sesión de escucha consiste en un espacio en el que un artista o una banda invita a personas que de forma activa se encuentran ligadas a la escena musical alternativa [1] a escuchar un lanzamiento antes de su publicación. En este espacio no solamente se genera expectativa por el proyecto o se vende merch oficial de les artistas. Asimismo, se promueven espacios de discusión a lo largo de la escucha y se establece una ruta de lectura directa con respecto a cómo comprender el proyecto desde la perspectiva del artista. En ese sentido, la difusión del material por parte de los medios se informa de manera que sepa situarse en dicho marco discursivo que se plantea desde el material musical.

Estas sesiones suelen ser espacios que promueven la integración y debate dentro de quienes vemos en la industria musical un potencial para artistas, bandas, productores, medios alternativos, artistas gráficos, artistas plásticos y todos quienes puedan aportar de forma activa en la solidificación de un espacio deseable para la oferta musical de forma fructuosa.

Quiénes asisten, por qué y para qué

Dentro de las dinámicas presentes entre los medios de comunicación enfocados en la distribución y cubrimiento de conciertos, festivales, entrevistas, recomendaciones, registros audiovisuales y análisis (todas muy importantes) se encuentra una doble iniciativa. Por un lado, la de poder darle espacio y valor a las propuestas musicales que nos rodean en Colombia y se consideran lo suficientemente valiosas para buscar llamar la atención y participación de nuevos escuchas. Por otro, la de consolidar una industria musical colombiana que históricamente ha sido relegada a un plano irrelevante dentro del desarrollo económico interno.

Ahora bien, por supuesto que en su definición más básica la industria musical está en Colombia. El problema radica en que, salvo contadas excepciones, la cadena de valor depende casi exclusivamente de los artistas, quienes, además de su propuesta, se deben preocupar por otras variables que la hagan rentable. Por otra parte, otro gran problema que se presenta es no poder acoger lo suficiente a los consumidores. Esto es, no poder hacer esfuerzos suficientes para capturar la atención de quienes puedan interesarse por la oferta musical local. De modo que los medios locales deben partir de estas problemáticas desde las primeras fases de desarrollo de cada proyecto.

Por ello es que hago un llamado para quienes participamos de forma activa en estructurar y fortalecer la escena musical alternativa. Hay que darle a los espacios de escuchar el material la importancia que merecen, no solamente por el gusto a la música y estar al tanto de a qué está sonando Bogotá, sino por la necesidad de valorar todos aquellos espacios en que la conectividad y relacionamiento permita colectivizar esfuerzos para apoyar y dar eco a las distintas ofertas musicales, llamar la atención de futuros (en una acepción poco temporal de la palabra) escuchas y sobre todo esclarecer aquella red de relaciones lo suficientemente distinguible para poder caracterizar oferentes de demandantes en lo que la «industria» reclama para poder definirse y establecerse.

Si bien hay muchas recomendaciones de espacios y formas que podrían tomarse para poder aportar de la forma en que muchos ya lo están haciendo no hay que olvidar rescatar las sesiones de escucha como eventos fundamentales pero que corren el riesgo de verse abandonados — al menos parcialmente dentro del estado de las cosas — .

La sesión de «El Sur de Ser»

El pasado 23 de agosto se llevó en Casa Kilele a cabo la sesión de escucha del álbum debut de Gabriela Ponce [2], “El Sur del Ser” (disponible en todas las plataformas el 8 de septiembre). Es impresionante sonido que consiguió Gabriela en este lanzamiento. Con tres sencillos al aire (“Posmodernillo Depredador”, “El Sol de Tus Ojos” y “Mujeres Vuelan en Guitarras”), no dejó de sorprender el disco entero por lo variado de su sonido y lo absorto que resultaba su enfoque narrativo sobre la importancia de los propios esfuerzos que hace ella misma por encontrarse en un suelo propio, en el sur. Además, hay un trabajo instrumental y de producción sencillamente excepcional. Pero, habrá un espacio más detallado por este mismo medio para próximamente desarrollar la discusión que este material merece.

Juna Performer, directora de Noisesion (izquierda), Gabriela Ponce, artista y compositora del LP “El Sur del Ser” en su debut como solista (centro) y Antonio Urdaneta, encargado de la producción de este proyecto (derecha).

Pero, más allá del disco, llama la atención una aglomeración de artistas, periodistas, consumidores, artistas plásticos y demás participes que desde una gran variedad de enfoques alimentan día a día la imagen y respeto de la escena musical. Por lo que, si bien, reunirse a escuchar el próximo lanzamiento de Gabriela Ponce es algo de por sí emocionante también lo resultaba que los lazos y redes de aproximación entre la escena musical se sienta realmente esperanzador de un mejor futuro para todos, todas y todes las personas involucradas dentro de estos epacios que rebosan amor, creatividad y brillo musicalizado sazonado con Chapil*.

Durante la escucha se dieron espacios para preguntas y, por supuesto, para el disfrute de lo conseguido, celebrado con una generosa repartición de Chapil. Todo ello brinda una sensación de que el evento va más allá de solamente escuchar el disco, para tratarse sobre conectar y poder enterarse de todas aquellas personas que se vinculan con la escena de la misma forma aportante en que se requiere para poder reflejar esfuerzos. Como lo veo, en dichos espacios también se celebran pequeñas victorias que permiten dar pie a que estas conexiones y llamamientos de medios, artistas, producciones, sellos y consumidores se tejan en comprender que el resultado de las obras musicales son colectivos. La música es de nosotros.

Esto lo terminé de meditar tras intercambiar algunas palabras con Gabriela Ponce y Antonio Urdaneta (quien se encargó de la producción del disco). Destacaron que el desarrollo sonoro del disco es a la vez uno tremendamente personal por parte de Gabriela, al expresar en sus letras miedos, angustias, emociones extremas y levantamiento en lucha, como uno social, en tanto la familiaridad de artistas involucrados en el proyecto.

Ver la emoción y las expresiones de alegría de quienes participron en el álbum y reconocerlos de otros proyectos resulta en una suerte de comodidad-cultural difícil de describir. Es como si los sonidos evocaran a seguir los pasos dados por otras artistas colombianas en el tramo de lo que entra en el abstracto catálogo de música alternativa. Todo esto me llevó a pensar en los llamados interactivos y relacionales que implica reconocerse como interesado de la escena musical alternativa no solamente para emular las formas que desde hace tiempo se han empleado para referirse mínimamente a la explosión de sonidos que retumban constantemente dentro de nuestro territorio, por lo que la comunicación debe residir también en el afecto, la forma en que nos acercamos a la música local es una experiencia a la vez individual y social.

Interpretación en Noisesion del sencillo “Posmodernillo depredador

Saberme en un espacio cómodo, alegre y dado a la conversación que permitía interactuar y comprender más allá de lo que mi conocimiento o mis propios oídos daban para apreciar lo que estaba escuchando, y entregarme a la sensación de hacer parte de la consolidación de los esfuerzos musicales del país es algo que no solamente sirve para mi propio gusto, sino para mantener vivo dicho objetivo de dar forma a la industria musical que Colombia puede ofrecer.

Sacarle el jugo a las sesionens de escucha

Por ello, así como se hacen llamados a participar de los conciertos, difundir las músicas, (re)conocer a quienes brindan su talento para nuestro disfrute o comprar la mercancía, no hay que perder de vista que nosotros como medios debemos saber dar luz e importancia a estos espacios que resultan tan fundamentales para conectar la escena musical. Fuera de lo agradable que puede resultar compartir Chapil con nuestros artistas favoritos, también lo es apoyar y unirnos entre los diversos medios para poder avanzar en ese objetivo de alcanzar una industria musical que valore en la popularidad aquellos artistas que acompañan nuestras vidas y suelen pasar por debajo de los radares del mainstream.

Recientemente, asistimos a esta sesión en vivo privada de Nicolás y Los Fumadores, que seguía la misma dinámica en torno a su nuevo EP, pero con interpretación en vivo y fans

Con esto, es necesario que los medios alternativos no se comprendan solamente como una herramienta de difusión de la forma pasiva en la que comúnmente los medios de comunicación masiva han actuado frente a las distintas expresiones musicales que nutren nuestro territorio. Debemos comprender que nuestro carácter alternativo debe estar tanto en forma como en fondo. Por ello, la entrega de distintos productos que sirvan al (re)conocimiento del trabajo de los artistas también debe fomentar la discusión y reflexión en torno a aquellas músicas que construyen un nuevo panorama social y cultural.

Es recomendable que los medios sepan encontrarse de forma colaborativa, no competitiva. Que los esfuerzos de conectividad se traduzcan en la colectividad, y que esta se vea reflejada en la entrega de participación conjunta y espacios de discusión que permitan ver en la música algo más que un ejercicio pasivo de escucha. Que se preste para la reflexión e introspección respecto a los proyectos de larga duración que aquí se están presentando. Y no es para menos, no solamente miembros de medios especializados en música sino en temas sociopolíticos diversos como medios feministas o medios noticiosos alternativos en este espacio, abre la posibilidad de lecturas que no se limiten exclusivamente a una comprensión desde lo musical, sino que busca atravesar otro tipos de discursos que puedan situar las músicas que escuchamos dentro de la construcción y consolidación de reflexiones sociales y políticas.

De modo, que entender a la construcción de la escena musical alternativa es también un llamado a alterar esa propia percepción de abordar el desarrollo de la industria como un espacio meramente de comercialización de las expresiones musicales con las que contamos (que es de por sí muy relevante, no pretendo disminuir su importancia), ahunado a esto, es importante que esté imbricado con una cosmovisión distinta de aproximarnos como medios y como consumidores a la música local. Apropiándonos de la narrativa intimista que surge de la esencia de estas sesiones de escucha, entendiendo que el ejercicio de trabajar por la construcción de la escena reside en la construcción colectiva de los esfuerzos. El agenciamiento colectivo que una sesión de pre-escucha implica — e invita — es, a fin de cuentas, la materialización en la realidad de la juntanza vital de la escena musical y saberla sentir, difundir y discutir será el primer paso para que la estructura de la escena musical alternativa se sienta única, en su acepción de espectacularidad.

Arte visual del sencillo “El Sol de Tus Ojos

* El chapil es una bebida fermentada a base de Caña del departamento de Nariño.

[1] Por “escena musical alternativa” me refiero sobre todo a la colectividad que surge dentro de la difusión, apreciación, discusión y, por su puesto, consumo de aquellas bandas y artistas que escapan de aquel mainstream que suele dominar de forma hegemónica los grandes mercados musicales en las plataformas y en el imaginario social.

[2] Artista oriunda de Nariño que encabeza otros proyectos musicales como Buha 2030 o Verbalia. En El Enemigo hicimos una nota biográfica sobre ella que puede consultar aquí.

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