«Justo a tiempo (una conferencia contrarreloj)», lo que no sobra nunca es el tiempo

Síndrome Clown vuelve—si es que alguna vez se fue—, al asalto de la Sala Cero repitiendo fórmula y abordando con su habitual desparpajo uno de los mayores dolores de cabeza de nuestra sociedad.

Fernando Lucena
El Farolillo
4 min readApr 28, 2017

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Víctor Carretero y Práxedes Nieto protagonizan «Justo a tiempo (una conferencia contrarreloj)». Foto: Myriam Ávila Rozas

Actores: Víctor Carretero y Práxedes Nieto
Idea original y guión: Fernando Fabiani, Víctor Carretero y Práxedes Nieto
Técnico luces y sonido:
Manuel Morente “Jull”
Diseño cartel:
Enrique Cameno
Fotografías: Luis Castilla
Construcción escenografía:
Aseismanos
Producción: Síndrome Clown
Dirección: Fernando Fabiani

Técnicas de productividad, debates eternos sobre el santo grial de la conciliación laboral… El día no tiene suficientes horas y a menudo nos vemos obligados en este mundo acelerado a hacer malabares para compaginarlo todo y reservar algo para nosotros mismos. Nunca hay suficiente tiempo.

Ese es precisamente el motivo central de la nueva producción de Síndrome Clown, que ha regresado estos meses al que ya es su espacio en la calle Sol. En «Justo a tiempo (una conferencia contrarreloj)»,Víctor Carretero y Práxedes Nieto abordan con su mirada propia un tema tan relevante y, sí, atemporal, como es el paso del tiempo. Y lo hacen con un montaje apuntalado por la química entre sus protagonistas y las distancias cortas con un público que se reconoce en cada una de las situaciones cotidianas a las que se presta su punto de partida.

La compañía es desde hace tiempo una de las más destacadas y premiadas de la escena sevillana, en la que lleva prodigándose desde hace cerca de dos décadas. Desde entonces ha ido aplicando a las distintas producciones su estilo desenfadado que tiene en la combinación de sus dos personalidades su principal arma, bien sea bajo la piel de dos supervivientes de una guerra Clownquistadores», 2005), o analizando desde su prisma personal la precaria situación de la cultura y el cine en nuestro país Cineclown 3D», 2011). En su trayectoria se aprecia además inquietud por ir más allá de la risa por la risa (una aspiración que para ellos y para cualquiera es ya de por sí suficientemente meritoria), y abrirse paso con ella entre los temas de hoy y de siempre para acabar introduciendo por vía intravenosa disimulada entre gags una crítica social por medio de los cuentos de Chéjov en «Estocolmo (se acabó el cuento)» (2007), o revisitando sin complejos al Arthur Miller más crítico con tintes metateatrales en «La prematura muerte de un viajante» (2002).

“El tándem consolidado de Nieto-Carretero funciona sin fricciones a base de gags irregulares pero en conjunto positivos en los que todos podemos vernos reflejados y un nivel de complicidad palpable con el auditorio”

Si en «Mejor… es posible (una conferencia sin vergüenza)» (2012), el dúo inyectaba optimismo a raudales rechazando el mero escapismo y riéndose a la cara de un contexto que no invitaba precisamente a la sonrisa, y en «Una de romanos» (2014), nos instruía sobre las vidas ilustres de la Híspalis latina desde el mismo Antiqvarium, ahora Carretero y Nieto presentan una masterclass para sacar el máximo partido a los ratos muertos y llegar al final de la jornada sin despeinarnos. O al menos, esa es la idea.

Desde el primer minuto estos profesionales de la gestión horaria nos demostrarán su expertise con el reto de limitar la conferencia a una hora exacta de reloj, cronómetro gigante incluido. El tándem consolidado Nieto-Carretero funciona sin fricciones ante un público en el que ya se encuentran algunos incondicionales y repasa nuestra relación de amor-odio con esa cosa tan rara llamada tiempo a base de gags irregulares pero en conjunto positivos en los que todos podemos vernos reflejados, sin renunciar al comentario de la actualidad política en el que ya han demostrado defenderse en anteriores lances.

Práxedes Nieto. Foto: Myriam Ávila Rozas

A pesar de contar con una premisa menos sugerente que otras de sus propuestas, la pareja consigue sacar punta a esta conferencia contrarreloj sirviéndose de una escenografía sencilla pero bien explotada donde la pizarra es ya elemento habitual y sobre todo de un nivel de complicidad palpable con su auditorio que constituye el mayor bastión del espectáculo. Y lo hace desde una visión ácida y descarnada que no juega a la condescendencia: si en «Mejor… es posible (una conferencia sin vergüenza)», el secreto para disfrutar de la existencia venía de aserciones tan cáusticas como «todos somos una mierda», en este caso desde un primer momento nos informan de que, por si lo habíamos olvidado, es cosa hecha que no nos vamos a quedar eternamente por aquí. Pensamientos poco halagüeños que Víctor Carretero, en representación del hombre medio que capea como puede los años amontonados, despacha con agilidad. Por lo demás, ocurrencias más o menos acertadas –va siendo hora, ya que de tiempo va la cosa, de superar recursos como el de la parienta–, engarzadas con un ritmo que invita a dejarse llevar y un planteamiento que se toma en serio lo justo para una Sala Cero de la que ya son habituales los de Síndrome Clown.

En algo hay indiscutiblemente que dar la razón a este par de conferenciantes: si tenemos los días contados, lo mejor es ir quemando cartuchos con la risa como compañero.

«Justo a tiempo (una conferencia contrarreloj)». Cía. Síndrome Clown. Hasta el 30 de abril en Sala Cero, c/ Sol, 5. Entradas: 15€

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