María Galiana: «En Sevilla para que la gente vaya a una conferencia tiene que ser el pregón de Semana Santa»

Noelia Ruiz
El Farolillo
Published in
5 min readJun 4, 2017
María Galiana (Fotografía: Myriam Ávila Rozas)

Toc, toc, María golpea animosa la cristalera de la cafetería y saluda con energía. Esta actriz a quien no le gusta la música grabada, pide amablemente a la camarera, al igual que lo solicitó en su fiesta de jubilación, que apague la radio. Confiesa que va al Rocío porque no hay música grabada, pero el día que la haya, ya no irá más. «Tampoco se puede hablar en la feria. No voy por eso.»

Bueno, que tenéis un blog…

De cultura en Sevilla.

Pues ya os atrevéis, porque cultura en Sevilla hay poquísima. (Ríe)
También es un problema de las autoridades.

¿Fomentan poco la cultura?

Poquísimo. La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla lleva años en situación de precariedad. El Ayuntamiento, la Junta y la Diputación están intentando regatear lo máximo posible. No veo que haya actos culturales importantes, más bien hay actos lúdicos para que las fiestas se organicen correctamente… La cultura no es eso solamente.

Vivimos en una precariedad cultural, ¿es independiente del signo político?

Creo que el signo político en realidad ha influido muy poco. Yo diría que se trata del carácter sevillano, poco concienzudo, poco riguroso, se improvisa mucho… Aquí, para que la gente vaya a una conferencia tiene que ser el pregón de la Semana Santa. Tiene que ser siempre típico, tipicol, tipicol… Aquí la gente no se preocupa ni por aprender idiomas, de verdad.

En el ámbito estatal, la política tampoco apoya a la cultura.

No y no. Creo que el señor Rajoy no lee más que el AS. Vamos, para mí que no le gusta más que el fútbol (Ríe).

El diario más leído es Marca.

Yo sé de gente que lo compra todos los días. El AS o el Marca, uno de los dos. El AS es de Prisa y el Marca es de los otros (ríe), como siempre. Si un periódico deportivo es el más leído, a lo mejor nos puede decir algo del tipo de sociedad, ¿no?

Usted dirá.

(Ríe mucho) Claro, eso te retrata. Tenemos un gobierno ramplón desde el punto de vista de la cultura. El monstruo ese de Wert, ese al que no echaron, sino que colocaron divinamente en París. Cuando le parecía hablaba de cultura, de deporte, de educación. ¿Esto qué es? No es posible que ese señor esté hablando de educación o de deportes y al mismo tiempo del Museo del Prado. No tiene tiempo para pensar en tantas cosas, me parece una aberración.

(Fotografía: Myriam Ávila Rozas)

Usted llenó muchos teatros en la obra Conversaciones con mamá junto a Juan Echanove a quien, por cierto, ya no veremos más en Cuéntame.

Sí, desde que va gente del mundo de la televisión al teatro, se llenan. Ha habido una reversión. En cuanto a Juan, hay que entender el mundo de la televisión y de las empresas. A mí me ha dado mucha pena por él, le ha costado mucho trabajo asimilarlo porque él no lo ha pedido. En mi opinión, quieren hacer una reestructuración y piensan que se pueden derivar los asuntos hacia tramas entre la gente joven. ¿Qué significa esto? Que le cuesta mucho menos a la empresa. Entonces, al igual que han prescindido de Juan, van a prescindir de Toni Canal, quien hace de párroco (eso no lo han dicho, pero yo me lo figuro…) Y dejarán al chico nuevo, Jimmy Roca, que cobra poco porque acaba de empezar.

¿Esto suele pasar mucho en el mundo de la televisión?

Hay que tener en cuenta que Cuéntame es una de las series en las que mejor pagan. En la televisión y en el teatro nadie sabe lo que cobra nadie, es un misterio, un acuerdo tácito. Trabajando como profesora de instituto me pedí una excedencia de dos años para irme a Madrid y hacer teatro. Todo esto en unas condiciones muy precarias, en la capital dormía en una pensión muy mala, pero yo lo intentaba. Cuando pasó ese año dije: «Las catorce pagas del instituto me dan muchísimo más juego.» Mi marido me preguntó: «¿Mariquita, te vuelves?» Y yo le contesté: «Sí, me vuelvo. No puedo estar en Madrid lampando por un papel.»

Solo un 8% de los actores puede vivir de su trabajo.

No sabes la cantidad de gente que hay muerta de hambre, gente que ha empezado joven, ha tenido posibilidades y ahora se han olvidado de ella. Hemos conocido a actores que todavía a estas alturas siguen compartiendo piso con dos o tres, como si fueran estudiantes. No tienen la posibilidad de constituir una manera de vida.

«No puedo estar en Madrid lampando por un papel»

¿Y las mujeres lo tenemos más difícil?

Los guionistas o las funciones no tienen papeles femeninos, guionistas mujeres hay muy pocas. Los chicos jóvenes siempre hablan de sus experiencias. Muy rara vez a un chico joven le interesa una señora mayor, y si necesita a alguien mayor coge a un abuelo. En España, tradicionalmente, hay determinadas profesiones que han sido desempeñadas por hombres. Para que salga una mujer comisaria de policía, el guionista tiene que ser un hombre moderno, moderno, que haya vivido en la transición y al que le parezca, gracias a Dios, que las mujeres también son juezas.

¿La tauromaquia es cultura?

En un momento determinado lo ha sido, desgraciadamente… Lo fue en la época cretense, cuando se saltaban los toros. Hay una tolerancia a ese rito salvaje y ancestral de matar animales. Creo que la misma tolerancia entre la gente que se va de safari y mata bichos en la selva. Hoy en día, probablemente, no saldría con las pancartas manchadas de colorao, pero si hubiera que firmar, firmaría por la abolición. Ahora sí.

Y las ayudas públicas que reciben…

Eso me parece una barbaridad, porque desde el punto de vista de la organización, el mundo de los toros es putrefacto a todos los efectos, ¿eh? A todos los efectos es un mundo totalmente corrompido.

Ahora celebramos el XXV Aniversario de Expo 92, ¿fue una revolución cultural para nuestra ciudad?

Soy objetora de la Expo. Sitios como el Auditorio Rocío Jurado están prácticamente abandonados. Me parece que fue demasiado ambicioso el proyecto para que la ciudad no haya sabido aprovechar el resultado. No tenía mucho sentido hacer esa magna exposición por el asunto del conocimiento que Europa tuvo de América, pues América ya estaba más que descubierta para ellos. Tenían unas culturas impresionantes. Da la impresión de que nosotros llegamos a un país salvaje, que yo he estudiado historia y tiene mucha mandanga la cosa. Espera, os estoy hablando a vosotras de la Expo, si no la habéis ni conocido…

No estábamos ni pensadas…

Ni planificadas. (Ríe)

(Fotografía: Myriam Ávila Rozas)

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Noelia Ruiz
El Farolillo

Casi periodista. Escribo en @ElSalto_And y locuto en @AulaAbierta.