Las cosas que no contarás.

Ese día que te pedí te fueras dijiste que yo siempre sería la mala por correrte de mi vida, y es cierto porque sé que hay cosas que no contarás, como las veces que me interrumpiste y cambiaste el tema, o las veces que te abracé por la espalda y comencé tiernamente a besar cada parte tuya y me dijiste que te empalagaba.

¿Recuerdas las veces que comenzaba a llorar y me trataste con desdén?

No dirás nada, porque para ti seré la mala por pedirte que te mantengas alejado, que empeques y te vayas.

No contarás nada de esos momentos en que en medio de todo, te enojaste y te fuiste, dejándome sola ahí.

No te culpo, son cosas que me avergüenzan incluso a mi, la vergüenza de por qué permanecí ahí mientras tú señalabas mis defectos y siempre te jactabas de ser mejor que yo.

¿Realmente te gustó algo de mí? ¿O fue solo porque he soportado tu dualidad, buena y mala, o tu trialidad de bueno, malo y peor y casi siempre las dos últimas o fue ¿porque amaba a tu hija? ¿O por qué me amaba?

La verdad es que nunca supiste ver a través de mis pupilas, nunca supiste leer cada mirada, tantos matices y para ti siempre hubo una verdad: “seguro estás molesta”

En teoría eras el novio perfecto, vaya no tenias vicios, no salías en las noches, amabas la lectura y sabías prácticamente todo lo que te preguntara, respetabas mí individualidad, mí espacio, mis amigos y me seguiste a otra ciudad a seguir mi sueño… era el hombre teóricamente perfecto, pero tu ser pasivo-agresivo me lastimaban, como cuando me hacías sentir pequeñita a tu lado… así como los “no” que te dije mientras dormía y continuabas, y cansada de discutir me dejaba, así como tú “si bien qué quieres” eso tampoco contarás.

Tu oscuridad me arrebata poco a poco mi luz, y si bien recuerdo yo no era así. En tantos sentidos yo no era así.

La culpa fue mía indudablemente, porque aún existe un cariño, pero tampoco quiero estar a tu lado ya, te convertiste en el roomie que echaré de menos, solo eso.

No sé si algún día leas esto, lo dudo porque, así como no te gusta lo que leo tampoco lo que escribo.

Si lo llegaras a leer quiero que sepas que te amé, y vaya que lo hice,traté de comprenderte, de justificarte en tantos aspectos, de explicarte como a un niño el mapa de mi tranquilidad, de lo que me lastimaba y sin embargo continuabas haciéndolo, gozabas el herirme.

Sé que no contarás nada de esto, que cada vez que dije “no más” juraste cambiar, y te volvias frágil para que protegiera de un mundo sin mí, jurando que nadie me amaría más, entonces bajaba mi defensa y tu inseguridad volvia a atacar con aire superior mientras te protegias con “Quiero hacerte más fuerte” pues te felicito, lo has logrado, me has hecho más dura, pero contigo, y no, no quiero un amor que me ame “demasiado” como tú, solo que me ame mejor, alguien con quien no tenga miedo de ser yo misma, y sé que no importa decirlo , porque ya lo sabes, pero no te amo.

--

--

El que a nacido para escribir, escribirá.
El hendir de la ventana

Escribo porque no sé morir de otra manera… Intento seguir muriendo entre mis letras, aunque esta vida me absorba y robe el alma.