Perra Vida

Pilar Rodríguez
El hendir de la ventana
3 min readAug 29, 2018
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Mierda… ¿Qué pasó? Agh me quedé dormida otra vez. ¿Dónde estoy? Oh, ahí estás, debí haberlo imaginado. Otra vez contigo, bueno, la verdad es que nadie se te podría resistir ¿Cierto? Soy tan afortunada de estar contigo, me haces sentir tan bien, tan suertuda. Sé que nunca, NUNCA me traicionarías o me cambiarías por alguien más. Me sorprende que puedo oler tu loción desde aquí, pero me encanta, lo que me recuerda… ya casi es nuestro aniversario. Llevo un mes planeando tu regalo, sé que te va a encantar…

¿Qué es ese ruido? Alguien más está aquí. Me levanto e inmediatamente percibo una segunda respiración. Espera… yo reconozco esa cara, es la mesera del último bar al que fuimos. — ¿¡Qué hace ella aquí!?, ¡Antonio levántate!, ¡Hazme caso! — Bien, ahora — ¿Quieres explicarme qué estabas haciendo con ella? ¡Respóndeme! ¡Aquí estoy! Hey no intentes calmarme con cariñitos en la cabeza, ni que fuera tu perra. Wow, wow, wow y tú, ni te le acerques, ¡No manosees a mi novio!, ¡¿Por qué te dejas Antonio?!, ¡Antonio!, ¿Antonio?, ¿Tan siquiera me estás escuchando?, ¡Oh, ya no puedo más con esto! — Salto hacia esa perra, pero Toño me aparta justo antes de que le caiga encima, ella se asusta y escucho como están hablando de mí, ¡Justo a mí lado!

— Ve lo que me acaba de hacer esa cosa, ¡Debes deshacerte de ella! — Se lo dice tan enojada a MI novio cuando sabe perfectamente que la que no debería de estar aquí es ella.

­ — Tienes razón, se está portando muy extraña. — Y el maldito de Antonio le hace caso a su cosa esa y me saca a empujones del cuarto.

¿Quién se cree ella que es? La detesto, y volveré a saltar sobre su yugular en cuanto pueda, porque Antonio no estará siempre ahí para protegerla, y entonces, aprovecharé para recuperar lo que me fue usurpado.

Han pasado ya dos días desde que las cosas empezaron a estar extrañas. Anoche salí a dar un paseo para despejarme, dirán que estoy loca, pero yo sé que lo que vi fue mi cuerpo inerte en la esquina de un callejón. Y ahora todo tiene sentido, fue Antonio quien me silenció perpetuamente. Obviamente me enojé con él, pero en el fondo algo me dice que ella está detrás de todo esto. Sé que ella es la culpable… y siempre he creído que es mejor cortar la hierba mala de raíz ¿O no?… Pronto se hará justicia.

Hoy es el día, la vigilancia ha valido la pena y vaya que ya no puedo esperar, memoricé sus horarios, en 10 minutos saldrá mi amor, y entonces será el momento perfecto, ella estará desayunando uno de esos estúpidos jugos verdes y saldrá apurada para llegar a tiempo a su otro trabajo, solo que hoy no llegará.

No era la idea original, pero espero que te haya gustado tu regalo. Quién diría que tener colmillos tendría tan buen resultado.

Este monólogo fue escrito en colaboración con Carolina Cardozo, Andrea Guerra y Silvana Rodríguez.

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