The Rapeman // 1993

Ari P. S.
TEST
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3 min readDec 6, 2016

dir. Takao Naganishi // cp. Pink Pineapple

Basado en un manga de culto, The Rapeman es la clase de franquicia que el clima de corrección política actual, que ha invadido el mundo como una plaga, combatiría a muerte. Un héroe cuya principal labor y razón de ser es violar mujeres, por encargo eso sí, dista mucho de la imagen que la mayoría tiene de un súper héroe. Las historias de Rapeman sin embargo no son un material tan macabro, y perverso como muchos imaginarían. Son relatos cargados de critica social y política, y muchas dosis de humor. Sobra decir que es un humor por demás oscuro, y que no va a encajar con la sensibilidad de mucha gente. La primera de 9 cintas live action es evidencia de toda esta inusual mezcla de estilos y sabores narrativos. Un profesor de día, justiciero encapuchado de noche, The Rapeman atiende casos que le llegan a su agencia, donde lo asiste un apacible señor que pasa sus tiempos libres regando flores o leyendo algún libro. Los casos giran en torno a mujeres promiscuas, que engañaron a sus maridos, a sus novios, o que traicionaron a alguna amiga, de cascos ligeros, y sus actitudes tienen cansados a sus jefes o familiares. Haciendo gala de su lema, justicia por medio de la penetración, el aparentemente enclenque maestro se transforma en un hyper viril vigilante, listo para romper calzones, y hasta algunos corazones. Hay mucho que se puede decir de las connotaciones de la historia, y que dice sobre el subconsciente colectivo del ciudadano japonés que consumiría este producto. Pero dejando los análisis seudo-sesudos, posmodernos, y arrogantes, puedo decir sin un rastro de pena que la primera incursión fílmica de este personaje es una historia entretenida. El compás moral de nuestro héroe está muy marcado, y aunque podríamos entrar en un largo debate sobre lo espinoso que puede resultar esto de “violar por justicia”, lo cierto es que los seres que habitan el mundo de Rapeman son en su mayoría de una ética bastante cuestionable: criminales y yakuzas, mujeres tratando de chantajear a otras personas, tratando de realizar venganzas insulsas, solo para ver dichas venganzas regresárseles con creces. La estética visual de Naganishi es totalmente propia del pink japonés, sin ser muy gráfica pero logrando sugerir diferentes situaciones de corte erótico. Aun con sus obvias limitaciones de presupuesto la película hace mucho con poco. El guión y el reparto logran darle una vida y personalidad a algo que pudo terminar siendo mera chatarra enfocada solo en el shock. La inquisición “progresista” actual no le daría una sola oportunidad a este entre héroe y antihéroe. No por nada la franquicia como tal ha permanecido en hibernación en su país natal. Sin embargo, el cine siempre ha tenido un lugar para relatos morbosos, y políticamente incorrectos. Estoy seguro que el futuro le reserva un resurgimiento a esta figura. Un triunfo reciente de algo como Deadpool puede ir pavimentando poco a poco el camino para el renacer de los héroes malditos, representantes del buen-mal gusto y lo kitsch. ~Rubén Pintos

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