La interminable lucha de Pekerman contra los periodistas llega a su fin

Juan Nicolás Torres O.
El otro
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5 min readSep 13, 2018

Enero 5 de 2012. José Néstor Pekerman llega a encabezar la selección Colombia de cara a las eliminatorias al mundial Brasil 2014. Este día se marca un antes y un después en la historia futbolística de nuestro país.

“En imágenes: felices 67 años ‘Don José’, sus mejores momentos como DT” tomada de futbolred.com

Para empezar, antes del “profe” las concentraciones del equipo parecían una feria de exposición, entraban y salían periodistas, representantes, directores deportivos, amigos de los convocados, etc. Algunos periodistas tenían el privilegio de tener la lista de convocados días antes que el mismo director técnico de la época; otros, aún mejor, tenían el poder de elegir qué jugador iba a iniciar el partido y algunos pocos lograban obtener beneficios económicos al usar sus medios de comunicación para dar buenas referencias de nuestros representantes cafeteros para concretar sus ventas al exterior.

Ahora bien, todo cambió con la forma de trabajar de José Pekerman, dando un giro de 180 grados y cargándose sus primeros enemigos. El hermetismo total al que el entrenador argentino sometía a sus convocados era razón de inconformidad para un gran número de periodistas deportivos de vieja guardia nacional. Su poco interés de “mojar prensa”, de salir en programas radiales del mediodía, de hablar en privado con periodistas y de recibir consejos de los mismos fue la gran cruz que debió cargar durante los años que compartió con nosotros.

Para hablar un poco de resultados, Pekerman logró en su primer ciclo clasificar a la Selección Colombia de manera anticipada a un mundial y después de 16 años. Con una gran camada de futbolistas logró potenciar jugadores de la talla de Radamel Falcao, Juan Guillermo Cuadrado, James Rodríguez, Carlos Sánchez, David Ospina, entre muchos otros. En Brasil 2014, Colombia fue cabeza de serie por su gran rendimiento en las eliminatorias y obtuvo su mejor participación en la cita orbital llegando a cuartos de final, siendo vencidos por los organizadores del evento. Hasta este punto, éramos más los hinchas de Pekerman y su selección, que sus mismos detractores de hábitos incomprensibles y tácticas improvisadas.

Tomado de lapelotona.com

José, como todos nosotros, es un ser humano y cometió algunos errores después del mundial 2014. Intentando un recambio generacional en la plantilla del equipo convocó a muchos jugadores, de los cuales pocos lograron cumplir con sus expectativas y con el deseo del pueblo colombiano. En estos intentos fallidos donde no se tienen buenas presentaciones en las copas América Chile 2015, eliminados en primera fase tras una derrota, una victoria y un empate, y en USA 2016 logrando un tercer puesto con un rendimiento discreto luego de tres victorias, un empate y dos derrotas, los periodistas que no gustaban del seleccionador argentino tienen las excusas perfectas para ir contra él y fundamentar sus inconformidades personales en “los grandes fracasos” obtenidos en los torneos continentales.

Durante las eliminatorias para Rusia 2018, el DT no encontraba el estilo de juego que nos había enseñado en los torneos anteriores. Se convocaban nuevos jugadores donde algunos cumplían y otros brillaban por su ausencia. Este es un punto de inflexión en la era Pekerman, cuando durante las concentraciones se veía muy activo a Pascual Lezcano, su empresario y mano derecha. En los medios de comunicación nacional empieza un rumor donde señalan a Lezcano como una de las razones por la falta de buen juego en la selección nacional, decían que él con sus influencias sobre Pekerman, ponía ciertos jugadores dentro de la titular para posteriormente ser vendidos al exterior. Versiones que nunca fueron confirmadas, pero sí fueron las banderas de lucha contra el argentino en su último ciclo dentro de la selección.

Finalmente, y a pesar de que los rumores crecían, Colombia logra clasificarse por segunda vez consecutiva a un mundial luego de un partido polémico contra Perú en Lima. En Rusia 2018, una dubitativa selección Colombia supera la fase de grupos en el primer lugar y luego una respetuosa del fútbol inglés cae por penales en los octavos de final. Finaliza la participación cafetera y los medios estallan con sus preguntas retóricas sobre la continuidad del director argentino.

Tomada de eltiempolatino.com

El contrato de Pekerman estaba por finalizar y en todas partes se escuchaba y se leía lo mismo “¿Pekerman debe continuar?”, “¿Es hora de un nuevo rumbo?”, “La federación colombiana de fútbol quiere que Pekerman continúe si cumple con algunas condiciones”, y no faltaban los comentarios de sus eternos enemigos “es hora de que este señor se vaya”, “no queremos más este secretismo dentro de la federación”, “no lo queremos ni con Pascual ni sin él”.

Finalmente, días atrás, se confirmó la noticia de que José Néstor Pekerman no sería más el seleccionador nacional y en su última rueda de prensa deja unos grandes mensajes como lo hizo durante su trabajo en la federación. Él como un hombre humilde y profesional afirma que lo dio todo por la selección y demuestra que nunca quiso obtener beneficios personales sobre los colectivos; muestra toda su gratitud y amor por el pueblo colombiano que siempre lo apoyó y finalmente se defiende, por primera vez, de todos sus detractores diciendo,

“qué todos los que plantean exigencias no se peleen, el fútbol es de mucha pasión y se pierde muy fácil la objetividad [por esta razón] se dañan cosas que cuesta mucho recuperar”

A quien corresponda: ¿es este el tipo de periodismo que se enseñó hace algún tiempo o es la “chochera” de algunos hombres de largo recorrido en los medios nacionales? ¿Esa es la manera de ser objetivamente crítico o es la forma en que muestran su impotencia de no tener los beneficios de antes? ¿Son estos periodistas los grandes referentes de los que debemos aprender o simplemente deben ser los contra ejemplos para lograr salir adelante en esta profesión? Finalmente, qué triste es haber presenciado la falta de respeto de unos periodistas con un argentino más colombiano que muchos. Don José, espero que su futuro le depare muchos más días de gloria y muchas gracias por darle a mi generación un toque de optimismo y fe para lograr grandes cosas.

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