River Plate VS Boca Juniors, mejor que una maratón de Harry Potter

Juan Nicolás Torres O.
El otro
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5 min readNov 25, 2018
@FoxSportsArg

No cabe duda de que algunos canales de televisión por cable son fanáticos de las películas del joven hechicero y por esta razón hacen un par de maratones al mes. Son fines de semana sin levantarse del sofá, observando con aparente sorpresa, después de la n-ésima repetición, las aventuras de Harry, Hermione y Ron. No obstante, el trabajo que han hecho las grandes cadenas deportivas del continente no se queda atrás. ESPN y Fox Sports con sus previas de los partidos, entrevistas, anécdotas, transmisión en directo desde los puntos más importantes fuera del estadio, hacen para quienes disfrutamos del fútbol, un thriller donde el villano siempre será una sorpresa. En este punto de la novela desvelan a un posible villano, “Caverna” Godoy, líder de la barra brava de River los borrachos del tablón. Godoy, al parecer por venganza de una intervención policial realizada el viernes pasado en su casa, planeó y ejecutó con algunos seguidores el ataque al bus que transportaba la plantilla del club Boca Juniors.

Sábado 24 de noviembre 8 am. Como es costumbre, los canales deportivos ESPN y Fox Sports iniciaban la transmisión de la final de copa libertadores entre los dos equipos más importantes de la Argentina. Todo listo para un sábado de fútbol en Buenos Aires, hinchas en la concentración del equipo Xeneize, más de 60 mil personas preparando su trayecto hacia el Monumental de River, Gianni Infantino presidente de la FIFA ya tenía preparado su cómodo palco en el estadio junto con otros directivos, fanáticos del fútbol alrededor del planeta pendientes de sus redes sociales y televisores, pues todo lo que acontecía era parte de la novela del buen fútbol. La cobertura de medios colmaba los puntos estratégicos, había periodistas en el hotel de Boca, a las afueras del estadio, dentro de los pasillos que dan a los camerinos y hasta en la misma cancha donde se jugaría la final.

Un par de horas previas al encuentro empieza la acción, como un buen thriller es toda una sorpresa lo sucedido, la atención parecía no estar en el campo de juego sino a fuera y en los pasillos del estadio. El bus de Boca es atacado con adoquines, piedras, botellas, gas pimienta entre muchas otras cosas. Jugadores con algunas lesiones físicas se bajaban del bus buscando refugio, algunos con limitaciones para respirar, otros con molestias en los ojos por posibles esquirlas de los vidrios rotos y los otros con una molestia evidente al verse agredidos. A los alrededores del estadio se desataba una batalla campal entre presuntos barristas que no pudieron entrar y la policía federal, todos los ingredientes para una buena trama policial estaban listos. El primer encuentro entre presidentes de los equipos por poco termina en golpes. Sin importar lo ocurrido el partido se iba a jugar; primero una hora más tarde mientras se recuperaban los jugadores, luego un par de horas mientras se reunían los directivos, “que le den la copa a River” decían irónicamente los futbolistas del club Xeneize al verse obligados a jugar en esas condiciones. Finalmente, el partido no se iba a dar ese día, sería aplazado para el domingo a las 17 horas de Argentina.

Domingo 25 de noviembre 8 am. De vuelta al ruedo, pero esta vez el ambiente era diferente, nadie hablaba de fútbol, de las posibles alineaciones, el planteamiento técnico, si va a jugar Quintero de titular o esperará en el banco, el fútbol ha pasado a un segundo plano y definitivamente no era el protagonista de la novela. En esta oportunidad, era mayor la cobertura de medios en el lobby del hotel de Boca, se había filtrado la información de que había radicado una solicitud oficial de aplazar o suspender el partido acudiendo al artículo 18 del reglamento. Se abrieron las puertas del complejo deportivo y los asistentes empezaron a ingresar, el club que oficiaría de local ya se encontraba en su camerino, pero pasado el medio día en Colombia se da la noticia, “Se suspende la final”. Ahora se confirma, el centro de la noticia no iba a estar en el balón, estaba en el hotel donde el cuerpo técnico y directivos daban una rueda de prensa. Fanáticos decepcionados salen de nuevo para sus casas, los jugadores rumbo a recuperarse y descansar en sus hogares, pero los medios no paraban, debían estar presentes buscando fuentes, entrevistas, opiniones y estar a la espera de cualquier acontecimiento de última hora.

Luego de casi 30 horas de maratón, de periodistas compartiendo información filtrada, reuniones entre directivos, imágenes de hinchas que entraban y salían del estadio con la esperanza de ver a su equipo, un fin de semana aplazando labores por estar al tanto de lo que iba a pasar; finalmente nunca pasó lo que se esperaba, el balón nunca rodó. Que obra maestra se ha visto en Buenos Aires, un final inesperado, una trama que involucró todo tipo de sentimientos, los protagonistas cumplieron fielmente su papel y qué mejor que los antagonistas, quienes se han hecho odiar y aun nadie sabe con certeza quienes son. Estos últimos han hecho quedar en ridículo al fútbol sudamericano y a todos quienes hacemos parte del reparto como latinoamericanos. Esperemos que se haga justicia y que el fútbol, algún día, se pueda comparar con actos culturales por lo enriquecedor que puede llegar a ser y no por las historias novelescas que pueden surgir a partir de él.

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