“Son los acoples, estúpido”

tuQmano
El pago y la rosca
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5 min readMay 20, 2016
Número Efectivo de Partidos (NEP). Formula: la unidad dividida por la suma del porcentaje de votos obtenidos por cada partido elevadao al cuadrado.El indicador resume el número de partidos que compiten electoralmente, teniendo en cuenta su tamaño relativo.

Por Juan Pablo Ruiz Nicolini /// @TuQmano
Politólogo de la Universidad Torcuato Di Tella

La experiencia electoral de 2015 en la provincia recibió una multiplicidad de calificativos, y se habló de ella con argumentos muchas veces poco fundamentados. El concepto de “feudalismo”, por ejemplo, cobró una centralidad poco usual (acá discutido). Con él se pretendía describir prácticas como el “clientelismo”, o los más autóctonos “acarreo” o “bolsoneo”. El instrumento de votación es otro de los temas populares: se sostiene con frecuencia que el origen de los problemas está en la tecnología que se utiliza para emitir el sufragio. De mayor relevancia, y es en lo que quiero enfocarme acá, fueron los cuestionamientos al sistema de acoples.

La mesa de diálogo para la reforma política lanzada por el gobierno provincial, Tucumán Dialoga, nació como respuesta al problemático proceso electoral del último año. Hace algunas semanas escribí una columna en La Gaceta en la que celebré su puesta en marcha, dado que estoy convencido de que se requiere un profundo debate para avanzar seriamente en un proceso de reforma política. La participación de los partidos políticos, de la sociedad civil, y de referentes técnicos y académicos en los foros seguramente colaborará a que el proceso legislativo sea más y mejor informado. La invitación a reconocidos politólogos como Marcelo Leiras, María Esperanza Casullo y Germán Lodola a Tucumán Debate, en sintonía con el espíritu que queremos propiciar para #ElÁgora, es una buena noticia en ese sentido. Los investigadores, entre otras cosas, discutieron el tratamiento del tema clientelismo en el fallo judicial que suspendió el proceso electoral, relativizaron como problema la movilización de votantes y señalaron algunos efectos que el sistema electoral puede generar sobre los partidos políticos.

En línea los argumentos expuestos por estos investigadores, creo que el corazón de los problemas sufridos en las elecciones provinciales del año pasado se encuentra en el diseño institucional que determina la oferta electoral: la posibilidad que tienen los partidos de presentar candidaturas para cargos legislativos y “engancharse” de una fórmula que compite para los cargos ejecutivos (los acoples). Si a ello se suman requisitos poco exigentes para la formación de etiquetas partidarias, resulta un sistema que es difícil de administrar y poco inteligible para los electores, y que fomenta el conflicto y la faccionalización de los partidos.

Y no es una mera cuestión de opinión. Desde la Ciencia Política se desarrollaron herramientas e indicadores que permiten describir con más profundidad algunas de estas cuestiones. Me gustaría compartir algunos de esos elementos a partir de información que surge del trabajo que realizó el equipo del Observatorio Electoral Argentino de CIPPEC para los Cuadernos Electorales, proyecto en el que tuve el gusto de participar.

El proceso electoral 2015 en Tucumán empezó dando la nota por la gran cantidad de etiquetas partidarias habilitadas para competir, sobre todo para la categoría legislativa. En una columna en El Estadista sostenía : “la oferta electoral provincial arroja, grosso modo, los siguientes números: casi un millar de partidos registrados (entre nacionales, provinciales y municipales); unos 30.000 candidatos (un 3% del padrón provincial) que competirían por 347 cargos en la provincia; 390.000 afiliados a algún partido (casi un tercio del padrón). Además, cerca de 80 acoples quedaron oficializados para la contienda del 23 de agosto: el oficialismo habría autorizado unos 50 y la oposición -conformada principalmente por la revitalizada UCR provincial y una facción del peronismo, comandada por el intendente capitalino Domingo Amaya (hasta hace unos meses un furioso kirchnerista)- unos 30”.

Esos números son impresionantes, pero podrían estar “ocultando” información. El Número Efectivo de Partidos (NEP) es una medida que pondera la cantidad de partidos registrados que compiten en una elección en función de la cantidad de votos que cada uno recibe. La imagen con la que abre este post muestra la serie histórica para las elecciones legislativas en la provincia. Entre 1983 y 2003, el NEP registra que la competencia efectiva por las bancas se daba en un rango de entre dos y cuatro partidos. En el último turno electoral este valor fue cercano a 15.

La gráfica de abajo muestra este indicador para las elecciones de cada una de las provincias argentinas en 2015. Tucumán (en rojo) registra el valor más alto de los 24 distritos, más de tres veces el promedio interprovincial (4,6).

FUENTES> OEAR (CIPPEC) + Atlas Electoral de Andy Tow

Otra medida útil para el análisis es la desproporción, que permite identificar la relación entre el porcentaje de votos obtenidos por los partidos entre las categorías ejecutiva y legislativa. Para este indicador, el registro de Tucumán es solo superado por la provincia de La Rioja. El motivo detrás de esto es, nuevamente, la poco costosa posibilidad de armar etiquetas para los acoples.

FUENTES> OEAR (CIPPEC) + Atlas Electoral de Andy Tow

Mirando únicamente las elecciones legislativas, la desproporción refleja la diferencia de magnitud entre el porcentaje de votos y las bancas que cada partido conquistó. En la siguiente imagen se muestra la serie en el tiempo. Vale resaltar que fue la reforma de la Constitución de 2006 la que incorporó los acoples a la normativa electoral de la provincia.

FUENTES> OEAR (CIPPEC) + Atlas Electoral de Andy Tow

En resumidas cuentas, el argumento sería el siguiente: la introducción de los acoples produjo una fragmentación del sistema político tucumano; se multiplicó la cantidad de partidos y candidatos que se presentaron a elecciones desde 2006. Una oferta electoral de estas características hace más difícil la tarea de los electores que necesitan procesar mayor información para decidir; la creación de estas nuevas etiquetas personaliza las elecciones, debilita las estructuras partidaria y hace más compleja la fiscalización del proceso electoral.

Estas imágenes pretenden ilustrar, aunque sea parcialmente, qué efecto tiene el diseño de las reglas electorales sobre el comportamiento de los actores y, en definitiva, sobre el sistema político de la provincia. Si logramos con estos debates que el proceso de reforma incorpore modificaciones al respecto, habremos dado un gran paso.

Originally published at www.lagaceta.com.ar.

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Politólogo. Nacido en Freiburg im Breisgaü. Criado como tuQmano. Educado como porteño. 4 años de chilango. De regreso. www.tuqmano.com