La impresión 3D, ¿es solamente prototipado rápido?
La tecnología de la impresión 3D en 1976 fue una forma de prototipo rápido, es decir, realizar un prototipo funcional en poco tiempo, pero no fue hasta el año 2004 que el concepto de impresión 3D era claro, “poder materializar cualquier pieza imaginable”. En ese entonces era necesario trabajar por varias horas en el modelo, luego en el proceso de impresión 3D duraba otras buenas horas y el resultado fue medianamente bueno, suficiente para tener una idea de la pieza final que se deseaba, pero aún no listo para Ser usado como una pieza final. Aún después de todo este proceso, se debe modelar la pieza por métodos tradicionales como fundición, inyección y otros. En resumen, la impresión 3D era usada para realizar 2 o 3 prototipos rápidos,
Pasar varios años para que esta tecnología realmente sea un paso adelante, los costos de las impresoras reduzcan y la calidad de la impresión. En este punto, la tecnología vive una revolución, pues quienes se aplicaron se dieron cuenta de que se usó la impresión de la impresión 3D solo como un método de prototipado rápido, se trata de una manera de obtener una pieza final directamente impresa, pues el resultado respecto a la calidad, no era solo aceptable, sino bastante bueno y también esta tecnología contaba con una variedad de colores, materiales y texturas que no se puede lograr con los métodos tradicionales de manufactura.
Pongamos un ejemplo claro, si hace unos 20 años un microempresario quería regalar llaveros a sus clientes para las fiestas de fin de año, poder optar por hacer llaveros de goma. Para ello tiene que realizar un molde, que le costaría aproximadamente unos 3.000 USD. Entonces, para que realmente valga la pena la inversión tenía que mandar a fabricar por lo menos 10.000 llaveros, cada uno con un costo de aproximadamente 0.2 USD, lo que también llegará tarde y llegará aproximadamente 2 semanas. Al cabo de este tiempo, con un costo total de 5.000 USD, que para un microempresario es una inversión fuerte, se obtendrán 10.000 llaveros, que probablemente serán almacenados durante 5 o 10 años y con un modelo que probablemente no sea el ideal.
Por otra parte, si el mismo microempresario se dirige a la impresión 3D para fabricar sus llaveros, podría fabricar solo los 100 llaveros que desee, en 5 modelos y colores diferentes para llegar a todos sus clientes, y podría tener muestras de los mismos en 1 o 2 días. A partir de estas, podríamos realizar mejoras y tener todos los llaveros listos para un plazo de una semana, gastando un total de 60 USD aproximadamente. A esta altura, el beneficio del segundo método, no es solo el ahorro de dinero, sino también la variedad de las piezas, así como el nivel de personalización e iteración que permite esta tecnología. Es más, las nuevas tecnologías se imprimen en el metal, la madera y el tejido humano, y no se puede aplicar el número de aplicaciones de la impresión 3d.
Todo esto hace que hoy en día, no se vea más impresión 3D como solo una forma de prototipo rápido, sino que se convierte en una nueva forma de manufactura con la característica de ser flexible, accesible y en continuo desarrollo.
