Lord Byron: pasiones, escándalos y legado del genio rebelde del Romanticismo

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4 min readMay 9, 2024

Entre la inspiración y la infamia, navegamos por la tumultuosa vida del poeta inglés, una de las voces más brillantes del siglo XIX

Por Begoña R. Orbezua

Los poetas ingleses Lord Byron (Londres, 1788-Mesolongi, 1824), Percy Bysshe Shelley (Field Place,1792-Viareggio, 1822) y John Keats (Londres, 1795-Roma, 1821) representan a la perfección los tópicos románticos.

Compartieron una vida apasionada y una muerte temprana, la radicalidad política y su escritura apasionada. Y lo más significativo de la literatura romántica: convirtieron al escritor en el personaje principal de la obra literaria.

Se cumplen ahora doscientos años de la muerte de Lord Byron y su espíritu rebelde sigue resonando entre nosotros. Verdadero héroe romántico por su pasión por vivir sin ceñirse a las convenciones sociales, por recorrer el mundo, por la libertad política y literaria.

Lord Byron alcanzó la fama de golpe con la publicación de su poema Las peregrinaciones de Childe Harold en la primavera de 1812.

El libro marcó a toda una generación, la de los nacidos cuando estalló la Revolución francesa. Los lectores se reconocían en el personaje Childe Harold, el viajero, movido por un ansia de libertad romántica, que rompía con todo. Se trataba, por supuesto, de un autorretrato del poeta.

Realista, libertino y cínico, tal y como él se definía, hombre de acción cuya manifestación social favorita fue el amor, entendido éste como pasión. Aunque manifestaba que su espíritu tendía a la lealtad y a una vida retirada y estable, el amor irrumpió en su vida constantemente.

Alteró su tranquilidad social y le provocó grandes desequilibrios emocionales. Su gran amigo Shelley dijo de él que era un esclavo de los prejuicios más corrientes y bajos. Y que era furioso como el viento.

Infancia y primeras peregrinaciones

George Gordon Noel Byron nació en Londres en 1788. De origen aristocrático, fue educado por su madre en la severa moral calvinista de sus antepasados escoceses. El padre había huido del hogar, perseguido por los acreedores y por las desavenencias con su esposa. Murió cuando Byron tenía tres años.

En 1798 heredó el título de lord y el dominio de Newtead Abbey, en Nottinghamshire, al fallecer su tío abuelo William. Algunos años después tomó posesión de su correspondiente escaño en la Cámara de los Lores, donde sobresaldría como figura del partido liberal.

La infancia de Byron se vio marcada por una deformidad en el pie derecho que lo obligó a calzar un zapato ortopédico. También por la sobreprotección de su madre, quien intentó siempre que no se metiera en líos.

El Byron adolescente estaba ya poseído por el amor a la poesía. Caminaba con soltura, contra todo pronóstico, y montar a caballo era una de sus grandes aficiones.

Estudió en Harrow y en el Trinity College de Cambridge. Allí hizo muchas amistades, entre ellas John Cam Hobhouse, un muchacho de ideas liberales que contagiaron su pensamiento.

En Cambridge aprendió boxeo y esgrima. Como en el college donde residía no permitían gatos ni perros, se echó de mascota un oso amaestrado y pretendió que le otorgasen una plaza.

Su carrera en Cambridge no fue brillante. No se recuerda su asistencia a una sola clase. Despilfarró el dinero de su madre en fiestas y amigos. Pero sus primeros poemas serios datan de esa época.

En 1809 partió con su amigo John Cam Hobhouse a un largo viaje que le llevó por España, Portugal, Albania, Grecia y Asia Menor. Durante ese viaje, recopiló material para algunas de sus mejores obras y comenzó Las peregrinaciones de Childe Harold, su extenso poema en cuatro cantos.

Los amores y la pasión por la poesía

La pasión de Lord Byron se repartió entre muchos cuerpos. Sus amores fueron precoces y muy variados. Su primera relación fue a los nueve años con su institutriz, Mary Gray, devota calvinista aficionada a las orgías.

Composiciones fugaces fue su primer libro de poemas que su amiga Elizabeth Bridget Pigot pasó a limpio y editó. El reverendo John Beceher, clérigo reformista y vicario general de Southwell, a quien Byron estimaba, le aconsejó que no lo divulgara. La razón era que algunas de esas composiciones ponían en peligro la reputación de Mary Chaworth, prima lejana de Byron.

El joven se había enamorado de la muchacha, mayor que él y además comprometida. Ya se había enamorado previamente de otra prima, Margaret Parker, inspiradora de sus primeros trazos poéticos.

Pasiones fugaces y controvertidas

Tras su primer viaje por Europa, murió la madre de Lord Byron y se estrechó su relación con su media hermana paterna Augusta Leigh. Las malas lenguas empezaron a apuntar hacia una relación incestuosa entre ambos.

En 1812 comenzó una relación adúltera con la aristócrata y novelista irlandesa Caroline Lamb, quien se enamoró locamente del poeta y casi acabó todo en tragedia. Lamb escribió una novela titulada Glenavorn como acto de venganza.

Tres años después, se casó con Anna Isabella, también aristócrata. Ella lo abandonó por infidelidad, después de dar a luz a su única hija legítima, Augusta Ada. La familia de Anna Isabella emprendió entonces una batalla legal por miedo a que Byron les arrebatara la custodia de la niña.

Tuvo una hija ilegítima con Claire Clairmont, hermanastra de Mary Shelley, a la que su madre llamó Alba y Byron cambió por Allegra.

En Roma tuvo una aventura con Margarita Cogni. En Venecia llevó una vida disipada. Se enamoró de la jovencísima condesa Teresa Guiccioli, casada con un hombre riquísimo, mucho mayor que ella. Al final lo dejó para irse a vivir con su familia, acompañada por Byron.

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