María Negroni y la transgresión al orden literario

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4 min readFeb 12, 2024

En su paso por Barcelona, la escritora argentina presenta Pequeño mundo ilustrado y El corazón del daño

Por Catherina Saavedra

Entre risas, la escritora y académica argentina María Negroni (Rosario, 1951) le respondió al escritor catalán Juan Vico que no quiere sistematizarse. Que no es, de manera alguna, su objetivo, al contestar si Pequeño mundo ilustrado (2023) le sirve a ella para sistematizar las anclas de su imaginario.

Esto fue en el marco de la presentación de la edición ampliada del libro, en la librería Laie del CCCB en la tarde del 17 de enero. “A mí me parece que los intentos de sistematización son una de las locuras más extraordinarias de los seres humanos. Ordenar el caos es una empresa condenada al fracaso”, recalcó Negroni.

El éxito, sin embargo, le acompaña. La autora se encuentra en una nueva tanda de publicaciones nacionales e internacionales. El año pasado presentaba su nueva entrega llevada a las tablas, El corazón del daño (2023), bajo la dirección de Alejandro Tantanian en el Teatro Español en Madrid.

Mientras la escuchábamos en Laie, la adaptación de esta novela se estrenaba en el Teatro Picadero en Buenos Aires, donde se presentará durante ocho semanas.

Asimismo, el pasado 22 de enero, finalizó con aula llena y un mar de aplausos el curso Miniaturas del mundo, organizado por el Institut d’Humanitats. Se centró en Jules Verne, en su Capitán Nemo y el Nautilus; en Joseph Cornell y la ciudad; y en Alejandra Pizarnik y sus poemas como miniatura.

Una escritura que difumina los límites entre géneros

La obra de María Negroni, híbrida en su totalidad, se desplaza despreocupada entre el ensayo, la poesía y la narrativa, cuestionando intencionalmente los límites intergenéricos. Circunstancia que inevitablemente nos recuerda a Roland Barthes . El autor recalca la sustitución del concepto de obra literaria por el del texto, noción superior a la de género literario.

Barthes, en un trabajo de 1971, persigue acabar con la concepción de obra como objeto concreto determinado para hablar más bien de texto. Este concepto implica una producción que puede estar presente en varias obras, lo que se traduce en la trascendencia de las limitaciones propias de la idea de género literario.

De esta manera, atiende a la forma en que el lenguaje se alza en diversas actuaciones de creación en las que se visualiza la ausencia de centro y, por ende, de estructura. De modo que al texto lo define la manera en que se revela aquella pluralidad de factores significativos, no la forma en que alcanza una realidad relativa.

Siguiendo esta línea, la escritura de María Negroni se instala libre y desafiante ante los límites intergenéricos, en el espacio de las letras latinoamericanas. Sobre todo, tomando en cuenta su vehemencia cada vez mayor por derrocar la delimitación estricta de los géneros literarios, dado que para la autora no existen.

De la misma forma, su proyecto tampoco es rígido, la diversidad es la conexión en lo que respecta a su posición frente a la industria editorial. Ha publicado tanto en grandes editoriales como en independientes. Desde Seix Barral hasta Alquimia, autónoma editorial chilena que se caracteriza por publicar textos experimentales que problematizan los géneros literarios.

Una autora móvil en el marco de la literatura mundial

En la medida en que la literaturización de lo global requiere estipulaciones diferenciales de producción, surgen proyectos escriturales como el de María Negroni. , en 1971, señaló que un aspecto sorprendente de la revolución del lenguaje fue el surgimiento del pluralismo lingüístico o “carencia de patria”.

Esto es un hecho en la biografía de algunos grandes escritores. La extraterritorialidad se ha vuelto cada vez más un lugar común. Sobre todo, en atención a un buen número de escritoras latinoamericanas con gran proyección internacional que se mueven entre Estados Unidos, Europa y América Latina.

María Negroni no es una excepción. Por más de veinte años vivió en Nueva York, capital del cosmopolitismo, además de efectuar variadas estadías en ciudades europeas. Estos múltiples trayectos, y la permeabilidad persistente del arte y la cultura mundiales expresada en sus textos permiten catalogarla como una autora móvil.

Este concepto en formación, basado en la idea de movilidad sobremoderna que propone , responde en gran medida a la ideología del sistema de la globalización. María Negroni, en específico, lleva a cabo esta movilidad sobremoderna en el plano profesional, que, ciertamente, trasciende a la movilidad de su imaginario.

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