El tren y yo

Ácrata y Banquero
En el borde de la navaja.
2 min readSep 12, 2013

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Me siento en el borde, en el filo de la navaja. Una paranoia que me acompaña desde que tengo memoria se sienta a mi lado, me dice con su típica astucia que si alguien me empuja seguramente moriría. Imagino como sería si caigo, cuando mi cabeza golpee contra el suelo y muera en el instante. Bastante gráfico para un día tan colorido y soleado. Así que enrollo un cigarrito y dejo que la brisa se lleve el humo, así como la paranoia que corrió con la mala suerte de caer, empujada por sí misma.

Descubro con asombro que es la primera vez que me subo al tren solo. La primera vez que tenemos una relación íntima, y cuando digo íntima me refiero al rugido de su respiración y al silencio de mi difunta paranoia. Me doy cuenta de que disfruto la brisa cálidad contra mi rostro, los remolinos sobre mi cabello y ver como todo se va quedando atrás. No puedo evitar traer de regreso recuerdos de mis viajes por la costa atlantica, con su humedad y su calor, su vegetación y sobre todo su olvido. Pienso en los trenes que han habitado en mis experiencias.

De repente me encuentro con que a pesar de ser completos desconocidos, el tren y yo tenemos una discusión de larga data. Yo más con él que él conmigo. Porque finalmente él no dejará de rugir mientras a mi se me entrecorta la respiración de recordar los rieles oxidados en Colombia, que son un recuerdo de lo que pudo ser y no fue. Tampoco se incomodará al pensar que es en trenes como este que se roban el carbón en mi tierra o más propiamente dicho, que lo recogen y lo regalan. Mucho menos si vamos más lejos, en trenes llevaban a los judíos a cavar sus propias tumbas.

Disfruto la brisa cálida contra mi rostro. Tantos mundos en un mismo sitio. Tantas posibilidades. El destino está infinita e irremediablemente ramificado y sólo queda sentarse en el borde de la navaja, aferrarse para no deslizarse y esperar que el tren llegue a algún lugar, que al menos, sea mejor que la última parada. Caso contrario if your fate is so terrible, embrace it and die well.

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