Yo pude haber sido el de la foto. Pero estaba en casa leyendo.

Para mi la rebeldía es boba

Ácrata y Banquero
En el borde de la navaja.
4 min readSep 22, 2016

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A mi la pregunta sobre la rebeldía siempre me persigue. Es como si la llevara en el ADN y no pudiera huir de ella. Como si fuese mi sino. Si miro para atrás, me encuentro con muchas fotografías con pequeñas fábulas de mi boba rebeldía. Porque me parece que no hay nada más rebelde que una rebeldía boba. Porque si fuera inteligente, sería otra cosa y no rebelde.

Eso tuvo sentido para mí hace un par de semanas en un asado. En mi casa incidentalmente tenemos un reloj muy grande y sonoro. Cuando llega la gente y pregunta por él, Vicky se enrojece y me odia en silencio. Yo lo sé porque es la reacción típica que ella tiene cuando abro mi libro de Pessoa procurando no sonar muy misterioso para recitar con voz solemne:

Despierto en la noche repentinamente,
Y mi reloj ocupa la noche entera.
No siento la Naturaleza allá afuera.
Mi cuarto es una cosa oscura con paredes vagamente blancas.

Allá afuera hay un sosiego como si nada existiera.
Sólo el reloj prosigue su ruido.
Y esta pequeña cosa de engranajes que está encima de mi mesa

Ahoga toda la existencia de la tierra y del cielo…
Casi me pierdo, pensando en lo que esto significa,
Pero me vuelvo, y me siento sonreír en la noche con las comisuras de los labios,
Porque la única cosa que mi reloj simboliza o significa
Al llenar con su pequeñez la noche enorme
Es la curiosa sensación de llenar la noche enorme
Con su pequeñez…
Y esta sensación es curiosa porque él llena la noche solo para mí.
Con su pequeñez…

Cuando finalizo dejo salir una ligera burla dejandole saber que una vez más hice que pasara un ridículo. Ella sólo atina a decirme nerd. Y nuestra visita queda en la mitad balbuceando sobre lo que la poesía significa para él. Usualmente los saco de ese apuro diciendo que la poesía es como la ropa. Puede que un par de jeans signifique mucho más que el resto del armario. Y prosigo con algún comentario sobre la carne. O algo por el estilo.

Un domingo almorzaba en una plaza y cuando estaba terminando la entrada, noté que un par de ancianas; una ciega y su hermana le pedían al mozo una acomodación. El mozo le señaló que había una fila y les pidió que la siguieran. Me ofendió que no pudiera ser compasivo con estas mujeres de edad que se tostaban bajo el inclemente sol. Me puse de pie y le dije al mozo que ellas venían a almorzar conmigo y que se sentarían en mi mesa. Así fue. Se sentaron y pedimos todos juntos. Cerca del final me levanté, pagué mi cuenta y dejé suficiente propina para toda la mesa. Ese día le gané al sistema.

Yo fui aprendiendo que la rebeldía se puede ejercer en distintas intensidades. Están las poéticas que son literalmente inútiles pero que marcan la presencia.
O las conceptuales que giran alrededor de la filología y etimología. Está la musical que ante la incapacidad de tocar un instrumento musical decente, me resigné al ukelele y toco música clásica. La politica, que es la ausencia. Mi educación y porte militar junto a mi ferviente pacifismo. Mi condición de capitalista pobre. Escritor que no escribe, poeta que no lee. Así ad infinitum.

Un domingo estaba con mi mamá en Montevideo cuando a eso del mediodía repicaron las campanas de la iglesia anunciando la misa matutina. Mi mamá se alegró y me tomó de la mano rumbo a la iglesia. Frené en seco y le dije que yo no era católico. Que desde hace un tiempo estaba con la onda new age de la meditación y el budismo, así que no tenía nada que hacer en un iglesia. Mi mamá se espantó y sólo atinó a decir

Ay! porque siempre has sido tan así!?Desde que estabas en la barriga dabas patadas por todo. Tu papá y yo pensábamos que ibas a ser futbolista, pero no no. Resultaste siendo un renegado insoportable.

Ese día me enteré que daba patadas cuando era poco más que una larva sobredimensionada. Lo único en común que tenemos ese Andrés y el presente es el ADN.

Ahora bien, el problema es que la rebeldía es implícitamente boba. Porque si fuera inteligente o práctica; no sería rebeldía. Más tarde que temprano se convertiría en un producto de consumo. Tiene que ser ridícula e inútil. Porque dado que no fue favorecida con la inteligencia, ha de ejercer correcta y estrictamente la moralidad. Porque no hay nada más rebelde para la ridiculez e inutilidad que la trascendencia. La rebeldía al servicio de la trascendencia.

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