La vuelta a la isla… en bicicleta

Ale
En La Cosecha
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3 min readAug 29, 2017

San Andrés

Salimos del hostal. Estaba nubado y venteaba frío. Teníamos que ser muy infortunados para que justo el día que alquilamos las bicicletas lloviera en San Andrés, pleno Caribe, en plena época de supuesto verano.

Lo pensamos dos veces. Ya estábamos afuera, con bici en mano… ¿Y es que somos de azúcar? ¡No nos vamos a derretir! Fue la frase que nos dijimos, aunque no muy convencidos. Y arrancamos montados en los caballitos de acero que habíamos conseguido por 15 mil pesos (7 dólares aproximadamente).

A medida que avanzábamos entre algunos carros, desaparecía el frío, y la molesta lluvia se convertía poco a poco en una excelente compañera de viaje. Era una sensación indescriptible escuchar el océano a tu izquierda y con la mirada perderse en su inmensidad, al mismo tiempo que podías oler la frescura del bosque cocotero mientras sentías cómo te empapaba el agua que caía torrencialmente desde el cielo blanco.

En la soledad del camino te encontrabas con unas cuantas casas raizales, que conservan la arquitectura típica del Caribe de influencia inglesa, resaltando entre la naturaleza con sus balcones vistosos y colores alegres. Azul, verde, amarillo, blanco, rojo, son los más comunes.

El panorama nos motivaba a pedalear con fuerza un rato para después disfrutar unos metros avanzando con el impulso y descubrir qué había más adelante. Parábamos en cada playa sin prisa alguna. Observábamos los atractivos de la isla sin contratar nada más que una bicicleta. Sentíamos cómo el lugar renovaba nuestra energía.

Solo estábamos el mar, la serranía, la lluvia, él y yo. De vez en cuando nos adelantaba un carrito de golf lleno de turistas, que se perdían rápidamente en el paisaje.

Era un encuentro con nosotros mismos, ni siquiera pronunciábamos palabra. Era sentir la tranquilidad del silencio absoluto interrumpido solo por el sonido del mar y las gotas de lluvia sobre el pavimento. Una sensación que no encuentras fácilmente cuando vives en la ciudad, tus viajes son a destinos tradicionalmente turísticos y no haces nada para salir de esa rutina.

Esta fue una de las mejores sensaciones de nuestras vidas… ¡Y eso que ni la bicicleta ni el ejercicio son lo mío! Sé que a muchas personas no les gustan estos trajines. Hay quienes prefieren los lujos y las comodidades, y eso está bien, las vacaciones son para descansar. Pero también sé que para muchos otros, estos viajes con mochila al hombro son, más que vacaciones, un estilo de vida.

Termino con una frase que me dijo una conocida hace pocos días: “el que va a San Andrés no repite, allá no hay nada qué hacer”. Creo que hay mucho por disfrutar, solo debes salir del hotel. Yo sí repetiría San Andrés.

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