El Síndrome Navideño “Pelo Lindo”
Las navidades son las fiestas mas esperadas del año. No digo que San Valentín, los cumpleaños, ni “el día del pavo” tengan nada que envidiarle, pero la realidad es que la navidad siempre es mágica en comparación con las otras celebraciones. En esta época todos se ponen “menos tacaños”, más alegres y sobretodo… más hambrientos.
Aún siendo la fecha MÁS esperada y tradicional, el 24 de diciembre o Noche Buena es diferente año tras año. Aunque la cena del 24 sea en la misma casa de la abuela o de la tía y que el puerco del año pasado era primo del que comeremos este año, se puede decir que al menos los regalos son diferentes, el sazón de la comida no es el mismo y que los ánimos colectivos tampoco son exactamente iguales a los del año anterior. Pero no me cabe la menor duda de que hay un factor que NUNCA cambia. A éste he denominado “El Síndrome Navideño ‘Pelo Lindo’”.
Ayer, entrando al salón de belleza que acostumbro, se abre la puerta principal y sale el ruido retumbando contra las paredes. Asimismo me recibe una chica con cara de preocupación de no poder atender y agilizar el proceso ‘salonístico’ de cada clienta. Al entrar, observo la cantidad ridícula de mujeres acopladas en un espacio tan limitado y me hizo recordar ese momento de CADA 24 de diciembre sin importar al salón que vaya, la edad que tenga o el estatus económico variado de las clientes.
Desde que tengo memoria, es rutina pasar por el salón a “ponerme bonita” a eso del mediodía. No importa que tenga ocho, once, quince o veinte años, el síndrome del pelo lindo es REAL. Aquellas ansias que trae el espíritu navideño y esa necesidad de vernos deslumbrantes.
Los 24 no hay salón que NO brinde pastelitos de queso, ni salonera que le falte su atuendo festivo. Sin importar los recursos, no hay mujer que con 400 o 3,000 pesos por gastar deje de inviertir sus chelitos en dicho propósito. Y claro está, no hay mujer que no pase a arreglarse los “moños” y contarles a todas sus planes para la noche. En próximos años ya consideraré declarar el 23 o 24 el día internacional del tubi, entre otras cosas.
Aún así, aunque a todos nos guste comer, beber y comprar sin pensar dos veces, es importante recordar el VERDADERO significado de la navidad y porque celebramos estas fiestas. No hace falta ser religioso para reconocer que ésta época del año es mágica y se debe disfrutar al máximo con seres queridos.
Hasta después,
-VeraNova
