Harto del acoso telefónico de los bancos.

#HartoDelAcosoTelefónicoBancario

Raúl Baz S.
En Los Espejos De Un Café
5 min readJul 30, 2016

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Pensé mucho en escribir este artículo, pero el día de ayer llegue a mi límite y me convencí.

Antes de las 9:00 AM entró una llamada a mi celular. La lógica me llevaría a NO contestar, pero muchas veces me llaman de larga distancia y aparece “número desconocido” por lo que me veo obligado a siempre tener que responder.

Mi intuición siempre es que me están llamando de alguna empresa para ofrecer productos/servicios… y pues así fue.

Por respeto, y para evitar que luego digan que estoy buscando “algo” de aquella institución imprudente que me llamó, omitiré su nombre pero aquí les dejo la transcripción de la llamada (lo que recuerdo).

Buenos días.

¿Es usted Raúl Baz?

Antes de responder a su pregunta, procedí a preguntar:

¿Quién me habla?

La voz femenina respondió:

Estamos hablando del banco xxx.

¿Es usted Raúl Baz?

Decidí no responder, pero si preguntarles lo siguiente:

¿De dónde sacaron mi número telefónico?

La “señorita” de forma “sorprendida” me respondió:

Le llamamos para ofrecerle una tarjeta de crédito.

A lo que yo procedí a decirle:

Señorita, le pregunté que de dónde sacaron mi número telefónico.

Sorprendida me respondió:

De una base de datos que tenemos, Señor.

Al tener esa respuesta procedí a decirle:

Quiero que me de su nombre y número de cédula ya que no puedo estar seguro de quién es usted ni de dónde me habla.

Es verdad que quizás soné un poco agresivo, pero ellos hacen esa pregunta cada vez que un cliente los llama por teléfono, por lo que creo que mi pregunta fue válida.

No le puedo dar esa información, Señor, pero le puedo comunicar con mi supervisora.

Mi respuesta inmediata fue:

Si, hazlo!

Al contestar otra mujer, me dijo que estaban llamando del “banco xxx” para ofrecerme una tarjeta de crédito.

De inmediato procedí a decirle.

Señorita, le pido que me de su número de cédula solo para estar seguro que esta llamada no es un fraude.

Ella, de nuevo sorprendida como su compañera, procedió a decirme:

No le pueda pasar esa información privada pero si le puedo ofrecer una tarjeta de crédito.

En automático le dije:

Usted me puede llamar con todos mis datos pero cuando yo le pregunto a usted por su número de cédula me dice que no me lo puede dar. Creo que esta llamada es un fraude.

A la “señorita” solo le quedó decirme:

Tenga usted muy buenos días. Hasta luego.

Tema Central

Vivimos tiempos en que los fraudes están aumentando debido a que es MUY fácil utilizar nombres falsos y engañar a una persona que NO puede confirmar la procedencia de la llamada así como su legitimidad.

Así me ha pasado… Varias veces me han llamado con el pretexto de haberme ganado un iPhone, vehículo y hasta vacaciones.

De hecho, una vez me puse a investigar el origen de la llamada que me había llegado y resultó ser de una cárcel.

En fin…

Los bancos han sido reconocidos por utilizar las llamadas telefónicas para ofrecer productos y servicios a sus clientes… natural. ¡Ya son sus clientes!

El problema comienza cuando un banco llama a una persona que NO es su cliente para ofrecerle una tarjeta de crédito, préstamo, etc.

Creo que si estuvieramos en 1970 una llamada telefónica sería -quizás- una buena estrategia para “motivar” a clientes potenciales, pero en pleno siglo XXI, cuando el mundo digital es el medio perfecto para interactuar con todos, es deprimente que aún sigan utilizando las llamadas telefónicas para tratar de aumentar su cartera de clientes.

Además, considero que estar “comprando” bases de datos y llamando indiscriminadamente a personas para ofrecer productos/servicios debería estar penado por la ley.

Es un tema complejo, pero ellos mismos se han vuelto el enemigo público al hostigar a las personas en sus celulares, teléfonos de casa y, sobre todo, en horas del día en las cuales la atención de las “víctimas” está en su familia o en descansar. (Varias veces me han llamado el domingo en la noche).

  • El día que requiera de una tarjeta de crédito, préstamo o cualquier servicio que su institución me pueda ofrecer, tengan por seguro que acudiré a ustedes. No es necesario que me llamen para ofrecer nada.
  • Cuando hablen para hacer cualquier oferta, NO me quieran hacer sentir como el “afortunado ganador” de la lotería. Ustedes NO son soldados de la beneficencia, y yo no soy ningún idiota.
  • Si van a poner a su gente del “Call Center” a llamar, no lo hagan fuera del horario laboral. No es de gente decente y educada llamar a otras personas para tratar temas “bancarios” cuando uno está en familia.
  • Al llamar a alguien para decirle que “ha sido seleccionado” al menos averigüen el nombre de su “víctima”. ¿Cómo podría alguien ser “seleccionado” si ustedes no saben ni su nombre?
  • Las ÚNICAS llamadas que les agradezco son aquellas en las que me avisan que mi tarjeta ha sido clonada o aquellas relacionadas con la confirmación de algún consumo fuera de mi rutina.

Creo que con estas palabras queda claro que estoy totalmente en contra de sus prácticas.

Respeto que -como negocio- estén siempre buscando crecer y aumentar su cartera de clientes, pero háganlo de otras maneras…

¡Sean Creativos!

Nota:

Durante 24 horas puse una encuesta en mi cuenta de Twitter sobre si a la gente le gustaba que los bancos le hablaran por teléfono.

31 personas respondieron y aunque dicha muestra NO es remotamente significativa, creo que muestra “algo” del sentir de las personas. (Estoy seguro que ese 6% que respondió “Si” lo hizo por no haber entendido la pregunta).

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Raúl Baz S.
En Los Espejos De Un Café

Abogado en mi vida pasada, Comunicólogo + Mercadólogo + Periodista Digital + Psicólogo en esta, y personaje de ficción en la próxima.