Reflexiones sobre “Llegó tu Uber” a Santo Domingo, República Dominicana.
El pasado martes 3 de Octubre, Uber fue “activado” en la República Dominicana y decidí comprobar que dicho “servicio” fuese del mismo nivel/calidad del que había yo visto en Ciudad de México, así como en Nueva York.
En repetidas ocasiones hemos visto que productos y servicios ofrecidos en Estados Unidos y -posteriormente- llevados a América Latina no llegan con la misma calidad… Para mi sorpresa, no fue el caso de Uber.
Por el contrario, no detecté diferencia alguna con lo que ya había experimentado en otros lugares del mundo.
No esperaré hasta el final del presente artículo para decir que el servicio que obtuve fue EXCELENTE.
Ambos conductores fueron amables, y sus vehículos estaban limpios, MUY bien climatizados (algo fundamental en la República Dominicana) y, LO MEJOR DE TODO, fue la forma en como los choferes conducían.
Basta estar 5 minutos en cualquier parte de la República Dominicana para darse cuenta de que tocar la bocina (claxon) es un deporte nacional y, lo que más me sorprendió fue ver que -en ambos trayectos- los choferes NO hicieron uso de dicha herramienta. ¡Sorprendente & Fascinante!
Otra de las cosas que me sorprendió MUCHO fue el precio de los “servicios”. Si bien en ambos casos NO tuve que pagar (ya que hice uso de la promoción ofrecida y mostrada) pude ver que hubiese tenido que pagar una cifra bastante menor a la que normalmente habría pagado en cualquier servicio de taxi tradicional.
Es más, después de un rato de hacer cálculos, entre lo que pago por combustible al mes, así como lo que pago por darle mantenimiento y su depreciación (por supuesto), me percaté que me saldría más económico usar Uber durante un mes típico que usar mi vehículo.
Increíble, ¿no?
Ahora comienzo a entender el éxito de esta empresa que comenzó tan solo en el 2009 y hoy vale más de 50 billones de dólares y está presente en más de 60 países (más de 300 ciudades).
Desde hace unos años, hemos visto en los medios de comunicación que Uber ha tenido ciertos “encontronazos” en varias ciudades, generando un debate en el cual se tiene a las asociaciones de taxistas y transportistas públicos, de un lado, y al público en general, del otro.
¿El Gobierno?
En gran parte del mundo, los gobernantes y políticos se deben a quienes los eligieron, pero nadie puede dudar del poder que tienen las asociaciones y sindicatos del transporte, lo cual los pone en una situación complicada, por no decir incómoda.
A ningún gobierno le gusta pelear con los transportistas, pero tampoco se puede dar el lujo de prohibir un servicio que el público quiere, necesita, apoya y, sobre todo, ayuda en muchos temas, como por ejemplo, el medio ambiente, ya que -de acuerdo con algunos estudios- por cada Uber que anda en la calle, 20 vehículos dejan de circular, lo cual tiene un impacto IMPRESIONANTE con resultados positivos en el corto, mediano y largo plazo.
¿Legalidad en la República Dominicana?
El tema de si Uber es legal o no varía de criterio en criterio, pero ha quedado comprobado que las leyes que regulan el transporte público, en gran parte del mundo, son antiguas y, en este tema, la República Dominicana NO es una excepción.
Si tomamos en consideración que Uber es una aplicación -tecnológica- y que su único propósito es juntar a quienes pueden ofrecer transporte a quienes lo requieren, entendemos que dicha aplicación lo que en verdad está haciendo es creando una comunidad.
Un ejemplo de este modelo de negocio es Ebay, que -justamente- junta a una persona que quiere vender algo, con aquella que está dispuesto a comprarlo.
Por lo tanto, ¿Qué dicen las leyes de la República Dominicana sobre el tema?
Investigando un poco y haciendo uso de los conocimientos legales adquiridos en mi vida pasada, encontré que Uber está amparado por la madre de todas las leyes: La Constitución.
La Constitución, en su Artículo 222 sobre la “promoción de Iniciativas económicas populares”, establece lo siguiente:
“El Estado reconoce el aporte de las iniciativas económicas populares al desarrollo del país; fomenta las condiciones de integración del sector informal en la economía nacional; incentiva y protege el desarrollo de la micro, pequeña y mediana empresa, las cooperativas, las empresas familiares y otras formas de asociación comunitaria para el trabajo, la producción, el ahorro y el consumo, que generen condiciones que les permitan acceder a financiamiento, asistencia técnica y capacitación oportunos.”
¡OJO!
“…y otras formas de asociación comunitaria para el trabajo”.
¡Además!
Lo que Uber hace es formalizar, justamente, a quienes quieren/pueden ofrecer servicio de transporte y que, de otra forma, no lo podrían hacer de forma formal.
¿Así de sencillo?
¡Pues si!
Sé que el debate se mantendrá, pero también estoy convencido de que la llegada de Uber al país representa una gran oportunidad para que los servicios de taxis tradicionales revisen su modelo de negocio, ajusten sus tarifas y eleven la calidad.
Solo así podrán competir con una empresa que está ofreciendo, en todo el mundo, lo que todo usuario de taxis quiere/busca: BUENO, BONITO Y BARATO.
Fuente: Acento Diario
