hospital ochagavía

Crecer hacia adentro

La mala vía en salud

Germán Fuentes
Enfermedades de la Salud Pública
3 min readNov 13, 2013

--

Cada cierto tiempo, no con mucha ausencia, vemos en la televisión que los hospitales de Santiago colapsan en su número de atención a pacientes, llegando a tiempos de espera que son difíciles de imaginar si somos nosotros los que estamos en la sala de espera.

Pinochet era el enemigo número uno de la salud pública. No se construyó ningún hospital nuevo durante su gobierno dictatorial. Es más, detuvo la construcción y finalización del Hospital Ochagavía, el conocido “elefante blanco” de la Unidad Popular. Sus arquitectos, personal técnico y político proyectaban 84 mil metros cuadrados construidos. El Hospital Clínico San Borja — Arriarán tiene 29 mil metros cuadrados.

17 años de retraso en infraestructura hospitalaria pasa la cuenta. Más si en los gobiernos democráticos de esta década y la pasada no avanzaron mucho. Si bien se están construyendo recintos de salud hospitalaria en comunas y ciudades que están alejadas de los grandes centro urbanos, aún falta mucho por hacer. Y rápido.

Quellón, un pueblo al sur de la Isla Grande de Chiloé y Tocopilla, en el norte del país, se levantaron en protestas y manifestaciones que destacaron por la fuerza y determinación que evidenciaron desde el primer momento. Exigiendo una mejor cobertura en salud, a estas ciudades alejadas del centro del país les asfixia elexacerbado centralismo.

Crecer hacia adentro es, que los usuarios de la salud de provincia viajen hacia su capital regional en busca de una mejor salud. Que después los habitantes de capitales regionales deban viajar a Santiago para seguir su tratamiento. Todos van hacia el Hospital Regional, colapsando el sistema.

Por otra parte, aquellas comunas que ya cuentan con su nuevo hospital, no tienen en su planta laboral médicos especialistas. Agravando aún más la situación de saturación. Un ejemplo de esto es Tocopilla, que, contando con un hospital prácticamente nuevo, la administración no cuenta con médicos especialistas. Obligando a los pacientes tocopillanos a viajar dos horas hacia Antofagasta, para ser atendidos si es que hay algún cupo disponible. Sin embargo, este problema es a nivel nacional, afectando a toda la red asistencial del país.

El Ministro de Salud, Jaime Mañalich, describió a los anestesistas médicos como “una vergüenza para la profesión médica” tras evaluar la crisis que vive la Red Asistencial en cuanto a la falta de especialistas en el sistema público de salud.

Por ejemplo, la Universidad de Concepción presenta 17 especialidades médicas. De las cuales sólo una está acreditada, mientras que las otras deben ser aún presentadas ante la Agencia Acreditadora de Programas y Especialistas Médicos.

El atraso del crecimiento está en entregar a aquellas comunas y localidades alejadas de los centros urbanos más importantes de su región, opciones de atención en salud que les permita a los habitantes tratarse sin necesidad de viajar, incluso, más de dos horas.

Si de nuestros gobernantes dependiera, existiría sólo un gran hospital en el país. Capaz de atender a todos los chilenos. Sería tremendamente ineficiente y falto de razón. Pero nadie nos quitaría el orgullo de tener el hospital más grande y moderno del mundo. Algo que no necesitamos, pero que estamos cerca de conocer.

En el país de las farmacias, faltan médicos que receten los remedios y hospitales donde se puedan atender los chilenos. La crisis en la salud pública requiere de los esfuerzos de todas las partes: políticas, académicas y profesionales.

--

--

Germán Fuentes
Enfermedades de la Salud Pública

Medio periodista #UdeC | La mayor parte del tiempo camino con mis ojos entrecerrados, simulando estar enojado