Hoy hace un buen día para morir

By @antonReina #enfermerajipi (NEFanzine marzo 2018)

anton Reina
#enfermerajipi desde #FanzinEnfermería
4 min readApr 2, 2018

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-Monsieur l’infirmier, est-ce que je vais mourir?

-Non, madame. Pas du tout. Vous allez vous recuperer, calmez-vous -le respondía cada vez con mucho cariño y paciencia profesional. Sin embargo, cuando preguntó por quincuagésima vez consecutiva, la respuesta fue otra:

-Oui, madame! Bien sûr que vous allez mourir! Et moi aussi, et tout le monde!

¿Te vas a morir? Pues sí. Es un efecto secundario que tiene la vida. Lo pienso cada día que me toca preparar citostáticos, medicamentos biopeligrosos y otras mezclas químicas en el servicio de farmacia hospitalaria donde trabajo. Lo hago dentro de una cabina especial, sentado con mis calzas, batas, múltiples pares de guantes, mascarilla, gorros y demás elementos del EPI. Hago mezclas y preparados personalizados con todas las precauciones recomendadas para el manejo de estos agentes que suelen ser irritantes, alérgicos o tóxicos.

Cada vez que levanto la cabeza, puedo ver estos símbolos negros sobre fondo amarillo. Aparecen bien grandes en el frontal de la campana de flujo vertical. Son muy visibles y vistosos. Y es que los efectos citogenéticos son difíciles de valorar y tienen capacidad teratógena, mutagénica, citostática, carcinógena, mutágena, cardiotóxica, hepatotóxica, nefrotóxica, hemorrágica, vesicante, irritante, emetizante y hematológica demostradas. Eso es lo que me advierte y recuerda esta imagen que tengo ante mis ojos. Tan simpática como escalofriante.

¿Eso te puede animar o desanimar? Están un palmo por encima de mi cabeza y creo que me afectan, claro que sí. No sé si me pueden perjudicar ni cuánto. No sé el efecto que están ejerciendo sobre mí. Por eso he decido darme cuenta y darle la vuelta. Suelo usarlas para meditar. Prefiero ser consciente de la sensación que me generan. Quiero tener presente lo que significa esta descarga de responsabilidad del sistema. Es como estar en una central nuclear de la sanidad, pero con productos químicos peligrosos.

Voy a morir. Lo sé. Lo siento. Todo se rompe. No tengo ganas ni de soltar una sola lágrima. O tal vez sí. Bueno, creo que en realidad siento unas enormes, inmensas, profundas y ahogadas ganas de llorar. Vuelvo aquí. Es ahora. Preparo. Manipulo. Fabrico. Son anticuerpos monoclonales. Toco muestras biológicas para hacer sueros autólogos. Son personas. Siento respeto. Lo hago con cariño. Estoy manipulando algo que ya no me importa. De todas maneras me estoy muriendo. Ha llegado el día. Noto como mi cuerpo se va relajando. Me dan escalofríos. Será la energía vital esa que dicen. Que está recorriendo mis moléculas, células, circuitos, órganos y sistemas para despedirse de mí.

¿Qué va a pasar ahora? No me he despedido de mi familia. ¡Qué triste! Siento angustia. Es una pena. ¡Mi hijo! Ufff… Tanto por aprender y ya no importa. No puedo hacer nada. ¿Y mis compañeros de trabajo? Hace un rato hablando de cosas superficiales y tampoco me podré despedir. ¡Toda esa gente de mis redes sociales físicas y virtuales! Ya da igual. Todo seguirá su camino… ¿Y las enfermeras del Internet? ¡Mierda! Ahora todos esos proyectos actuales y futuros se desvanecen. Ni EnfermerajipidelFanziNE, ni AcciónEnfermera, ni tantas acciones de compromiso y concordancia… Y mi ColegiodeEnfermeras, la comisión de EnfermeríaVoluntaria, el grupo nacional de cuidados holísticos, integrales, integrativos o como puñetas se quieran llamar el día en que se pongan de acuerdo y suavicen sus egos…

¿Hacian dónde vamos? Las ideas se amontonan en mi mente. ¿Cómo podré avisar de que tenemos que defender una EnfermeríaUnida de verdad? Más allá de los cuidados complementarios. Basándonos en la ciencia enfermera, cuidando de verdad y basándonos en evidencia, pero también en humanismo y filosofía de la ciencia… Y a los demás, aún no hemos debatido nada. Ni siquiera sobre aquel reportaje de La 2 cuyo enlace no encuentro. Que habla sobre las investigaciones en la cura del cáncer. Que expone resultados limitados tanto del enfoque quimioterápico como del que pretende cambiar mentalidad, dieta y hábitos de vida. Ninguno es suficiente por sí solo. Un tema muy polémico que está siendo usado para atacar o insultar a unos y otros.

Cualquier día es bueno para morir. Además de darle título a alguna película (Jungla de cristal), tambíen es una canción -es un buen día para morir, gritaba el indio antes de partir- y una novela gráfica que todavía no he disfrutado -¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo que te apasionara realmente? ¿Y si el mundo se acaba?-. Solamente pretendía reflexionar sobre nuestras vidas, la sociedad de consumismo y los dogmatismos. ¿Acaso sabes lo que te motiva de verdad? No sé, tal vez el amor, la esperanza de un mundo mejor…

El camino se encuentra en la muerte. Es un grito de guerra, consciente y servicial. Porque en el corazón de la tradición japonesa está la aceptación del samurái a la muerte. Gracias a esa mirada introspectiva se descubre lo más básico, que el camino está oculto entre las hojas. Cuando te preparas para morir, entoces vives tu vida sin preocupaciones. Cuando aceptas tu propia muerte, entoces piensas, dices y actúas basándote en tus principios y no en el miedo. Prepara tu corazón para morirte cada día. Vive como si tu cuerpo ya no viviera. Así serás más libre y podrás llevar a cabo tu misión, sin culpa ni pesar.

A mi compañero de trabajo, JL, que precisamente hoy está viviendo un duelo por pérdida familiar: Te dedico esta foto de #PaliativosSinPalabras -Alivio-, presentada al I Concurso Nacional de Fotografía Sin Palabras. Un fuerte abrazo. Aquí y ahora.

Alivio. De anton Reina #PaliativosSinPalabras

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