En el comienzo hubo plusvalía

A mi me dijeron que nací en abril. Nadie sabe muy bien la fecha, pero dijeron abril. Lo que sí se es que fue hace 4 años, con lo cual debería tener ahora 4 años. Eso sí lo se porque siempre que puedo me escondo atrás de una pared y cuando él pasa le salto al gemelo y lo muerdo. Eso es de no tan grandes. Creo que le gusta porque me empieza a perseguir y se ríe.

Yo al principio estaba en un lugar, luego me llevaron a otro y ahí apareció él. De ahí me llevó a mi lugar de hoy. Desde entonces, desde hace 4 años, no salgo de ahí. Solo cuando vamos a ese otro lugar de olor raro que me pone nervioso, donde hay más como yo y otros que son nuestros enemigos. Creo que son burgueses, siempre nos quisieron dominar y sacarnos la plusvalía. En ese otro lugar hay una persona como él pero que es de otro género porque tiene pelo largo, es más gentil y menos bruta. La deconstrucción no nos llegó aún a nosotros. En ese otro lugar a veces me clavan un pedazo de fierro largo y finito, como el capitalismo cuando te consume tu fuerza de trabajo. Eso le dije a mi vecino el otro día:

-Tenemos que organizarnos. Solo así podremos dar vuelta las relaciones de producción.

-Se me acabó la comida. ¿Me convidas?

Veo que a él no le interesa mucho esto de la revolución.

Me disperso, perdón. Volvamos. Entonces él me llevó a ese lugar que de a poco le empecé a tomar el gusto. Esa primera noche dormí quietito en el brazo de un mueble grande con almohadones. Después empecé a encontrar mis espacios. Un día ese mueble no estuvo más, y vino otro sin brazos. Me gusta más, tiene menos olor a mí y está menos roto.

A ese lugar le digo hogar. Desde acá puedo ver todo, estoy en un piso alto. Cada tanto pasan esas emplumadas que viven de renta financiera y las quiero cazar. Son lo peor de este sistema, carroñeras. Claro que nosotros no volamos, las muy atrevidas lo saben. Entonces solo puedo gritarles improperios burgueses. Además, hace unos años él puso (bueno, él no, vinieron otros él que se encargaron porque no tiene mucha idea) una red para que yo no vea el piso más de cerca. Creo que hizo bien. Me gusta llevar la revolución a distintos lugares.

Desde este hogar es que pienso. A veces más político, a veces más cotidiano, a veces más poético. Me divierto con él. Ahora está más tiempo conmigo. Dijo algo así como que hay un bicho raro dando vueltas. Yo no le presto atención todo el tiempo como él quisiera, sobre todo porque habla más cuando yo duermo la siesta de la mañana para descansar del descanso de haber dormido toda la noche con él en esa frazada peludita que me gusta. Para mí que ese bicho es el espíritu del fascismo que con nuestros hermanos proletarios expulsamos de Stalingrado hace un tiempo. Bueno, yo no estuve. Pero sí mis antepasados revolucionarios. Que época.

Acá les voy a ir contando historias. Justo desde abril, cuando cumplo 4 años. Ya estoy grande. Prrrrrrrrr.