Un día normal de un trabajador en remoto

Cristóbal Carnero Liñán
enremoto
Published in
4 min readMar 23, 2020

Durante mucho tiempo viví la frustración de tener que pasar buena parte del día atrapado en un atasco. Cinco días a la semana, pasaba al menos una hora del día metido en el coche, con sueño — porque acababa de levantarme — , o cansado —al final de mi jornada laboral — . Eso era en el mejor de los días… En el peor, podía añadir media hora más a la habitual, por culpa de un atasco, los cuales eran más habituales los viernes. Justo el día que más ganas tenía de llegar a casa.

Todo ello para realizar un trabajo que podía hacer perfectamente en casa…

Photo by Andrew Neel on Unsplash
Foto de Andrew Neel en Unsplash

Por suerte, todo eso cambió y desde hace un tiempo tengo un trabajo full-remote. ¿Cómo ha cambiado mi rutina desde entonces? A continuación te lo cuento.

Para empezar, ahora duermo todos los días hasta las 7:00. Cuando tenía que ir a la oficina me levantaba media hora antes y salía casi corriendo de casa, para llegar al trabajo antes de que se formaran el atasco gordo (los atascos pequeños no había forma de evitarlos jamás). Ahora me levanto sin prisas, me preparo el café —sin comparación con el de la oficina—, le pongo la comida al gato y lo veo comer mientras que yo desayuno.

A las 8:00 me subo a mi oficina con mi taza de café recién hecho. Lo primero que hago es revisar el correo. Respondo a todos los que pueda responder en menos de un par de minutos, y los que me vayan a llevar más trabajo los marco con una etiqueta. También repaso rápidamente los chats que tenga sin leer, por si hay algo importante que no se me deba pasar.

El correo electrónico sigue siendo una herramienta muy importante en el trabajo en remoto. Está muy bien para dejar definidas tareas, cuyos detalles pueden ser concretados por otros medios como el chat, el teléfono o la vídeoconferencia. Pero una vez recibidas las tareas, éstas deben ser consolidadas en algún sistema de organización diseñado para tal propósito. Los que solemos usar son Trello y Jira.

Alrededor de las 9:00 hacemos una daily todo el equipo del proyecto en el que estemos trabajando. Ésta es una reunión que hacemos cada día, de unos 15 minutos aproximadamente, en las que informamos de nuestros avances y de aquello que nos pueda estar bloqueando alguna tarea. La daily debe ser rápida, y los temas que se tengan que tratar con profundidad se podrán discutir más tarde, con una llamada u otra reunión específica para ello.

Tanto las dailys como el resto de “reuniones virtuales”, las solemos realizar por vídeoconferencia. La herramienta que mejor nos ha funcionado para ello ha sido Zoom, que además tiene muy buenas herramientas para compartir escritorio.

Pero cuando tenemos que comunicarnos puntualmente con un compañero, lo más eficaz son programas como Slack, que te permite tener abiertos chats con cada uno de los miembros de tu equipo, así como tener conversaciones grupales o públicas. Además, Slack también tiene la opción de realizar llamadas de vídeo y compartir pantalla.

La parte más importante de la jornada laboral, es el tiempo en el que estás realizando el trabajo productivo de verdad. Por ello te recomiendo que reserves unas cuantas horas al día, libre de reuniones y llamadas. Si es necesario, cambia tu estado en el chat a “ocupado”. Y saca todo el provecho que pueda a esas horas. Dos herramientas de productividad que te serán muy útiles son el time blocking, y la técnica Pomodoro. Las mejores herramientas para ello son, respectivamente, Google Calendar y Pomotroid.

El trabajo enfocado está muy bien, pero es muy importante también tomarse pequeños descansos de cuando en cuando, para ir al baño, ponerse otro café o ir a por algún tentempié,… No es nada sano pasarte sentado las 8 horas de tu jornada, debes estirar las piernas. Yo aprovecho también las llamadas por teléfono para caminar por la casa, usando unos auriculares inalámbricos. O incluso hago algún ejercicio sencillo como el deep squat hold (mantener una posición en cuclillas baja), o colgarme unos segundos de la barra de dominadas.

Sobre las 14:00 realizo la parada para comer que, como mi mujer también trabaja en casa, es un ratito que tenemos la suerte de compartir. Me preparo otro café y devuelta a la oficina, para otro par de horas de trabajo productivo, o alguna reunión de check out.

Es importante que seas igual de estricto con tu hora de salida como lo haces con la hora de entrada. Al estar en casa es muy habitual que te despistes y se te pase la hora de fin de tu jornada. Lo bueno es que si un día — por algún motivo justificado y puntual — decides que echar un par de horas más, tienes la opción de descansar un rato para recargar pilas o merendar, y volver al trabajo, sin tener que estar pensando en que al final tienes que coger el coche para hacer el camino de vuelta a casa tan cansado.

Conclusiones

Obviamente no todos mis días son iguales, pero así es una jornada ideal para mí. Muy lejos quedaron esos días de madrugones injustificados, atascos interminables, cafés de máquina de vending, y de llegar a casa a las nueve de la noche el día que había que apagar algún fuego. Ahora empiezo el día con mucha más paz interior, almuerzo todos los días comida sana con mi mujer, soy más productivo y disfruto mucho más de mi trabajo.

Despedida

Aquí te he presentado algunas opciones de herramientas para tu trabajo, pero si quieres tener más alternativas — incluso de software libre — no te olvides pasar por la web: enremo.to

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Cristóbal Carnero Liñán
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