Escribir para cambiar al Mundo
Escribir no solo comunica, persuade, cambia. La escritura es una labor para quien quiere incidir, para quien quiere cambiar el mundo. La escritura es la herramienta para la revolución de las conciencias en un mundo en donde las armas y las revoluciones sociales han sido declaradas obsoletas. En un mundo en donde ha triunfado la hegemonía del capitalismo y los individuos cada vez aceptan ser un engranaje más de un sistema que robotiza la vida de las personas. La escritura en el mejor de los casos, es el medio de resistencia, de revolución y cambio.
¿Por qué cambiar? Porque cada generación se enfrenta a grandes desafíos que, dentro del sistema económico dominante, constriñen sus vidas en diversas formas e intensidades. Sin duda alguna, la generación actual, la de los jóvenes “millennials”, se enfrenta a circunstancias aún más cruentas de las que vivió la generación anterior, la de sus padres, lo cual necesariamente los lleva a la reflexión y a la acción crítica.
Los jóvenes de hoy, son la generación neoliberal, aquella que, según los analistas se encuentra integrada por las personas nacidas a partir de los años 80s, justamente cuando en México el giro hacia el liberalismo desmedido. Baste decir, que hoy el 1% de la población mundial es más rica que el 99% restante. En alrededor de 35 años, esta generación se empobreció 450%, según cifras del INEGI, mientras en 1988 la población requería de 5 horas de trabajo para adquirir la canasta básica, en 2018 se necesitan 25. Es decir, que esta generación se empobreció de manera sostenida durante todos estos años.
Hoy los jóvenes difícilmente pueden llevar una calidad de vida similar a la que vivió la generación de sus padres, quienes sin una licenciatura podían acceder a la adquisición o renta de un departamento, a la compra de un auto y a la manutención de una familia; hoy todo ello es impensable. No es casual que muchos de los jóvenes de esta generación se encuentren decepcionados, tristes, inconformes con el modelo económico actual, cuestionándose y en ocasiones perdiéndose en la desesperanza del futuro incierto que les depara una vejez sin pensiones y con empleos precarios.
¿Contra qué resistirse y qué cambiar? Los jóvenes enfrentan un gran reto, resistirse a ese futuro que les será heredado. Mientras los dispositivos del propio sistema económico intentan instaurar los discursos sobre las bondades de la vida de consumo millennial, aquella en la que no es necesaria la vida familiar y en comunidad, y en la que los viajes y la austeridad son la única meta, las grandes corporaciones continúan acumulando la riqueza que a la generación anterior le permitió vivir con una mejor calidad de vida. La resistencia es intelectual hacia un futuro incierto que tiene muy poco que ofrecer.
Los jóvenes se encuentran en la disyuntiva de generarse un futuro construido por ellos mismos, de abrirse camino en el ámbito de la toma de decisiones públicas, de la formulación de las políticas que los afectan. De criticar y modificar la forma en la que se están construyendo y moldeando sus vidas, la forma en la que están siendo alienados y, sobre todo, el planeta que en ruinas que están heredando. De enfrentarse a ellos mismos, a la conservación de los privilegios que limitan a las mujeres a acceder a la igualdad y la libertad, a los indígenas a los derechos culturales, y a los diferentes a tener un lugar digno en la sociedad.
Escribir para el cambio es entonces una invitación para ser protagonistas de su propio destino. La labor del Ateneo Nacional de la Juventud a través de la edición de una revista que permite expresar los puntos de vista de las distintas ideologías que predican y practican los jóvenes es el primer paso para construir un diálogo que lleve a la acción política, al cambio social. Los jóvenes se merecen un mejor futuro en nuestro país, merecen contar con todas las posibilidades de una vida plena y eso sólo será posible en la medida que ellos cambien el mundo.
Jesús Rivero Casas, Politólogo y Sociólogo. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
