Presidente AMLO: ¡Qué no se le fugue el cerebro!
Héctor Jair, vive en el sur de Veracruz: es un joven dinámico y disciplinado, pero es un ciudadano de a pie, como cualquiera. Fue a la Olimpiada Internacional de Química en París e hizo historia. Lo conocí hace un par de años en la XXVII Olimpiada Estatal de Química que se realizó en Orizaba — que, por cierto, se lleva a cabo año tras año en Veracruz a través de la Academia Mexicana de Ciencias que dirige la Mtra. Edith Aydee Cárdenas Uribe, Delegada en Veracruz, siempre con el apoyo del Ing. Abel Salvador Granados López, un titán caza talentos — , hoy, Héctor se ha vuelto famoso en México, gracias a las redes sociales y al ánimo que causa el patriotismo que nos caracteriza.
Sin embargo, nuestro país, y específicamente Veracruz, resguarda una serie de mentes prodigiosas que han representado a México en las Competencias científicas más importantes del mundo: Irving en Indonesia 2014, Belén en Colombia 2016 y así una serie cuantiosa de olímpicos mexicanos que han marcado un hito por su juventud y pasión por la ciencia.
Pero, no todo es color de rosa. Para poder trasladarse a este tipo de competencias, hay que decirlo claro: se necesita dinero. Dinero que los ciudadanos de a pie no pueden asumir y, por ello, recurren a instituciones gubernamentales, centros de investigación, iniciativa privada, legisladores y burócratas en fin con el objeto de poder representar a México en las trincheras internacionales y que su trabajo, de meses y años de entrega, sacrificio y disciplina, no se venga abajo.
Hoy, el panorama es todavía más crítico. Para Ciencia y Tecnología se dispuso el presupuesto más bajo en 7 años (0.07% del PIB), golpeando a 97 Institutos, entre ellos el CIDE y el CONACYT (Cifras: El País). Como usted acertadamente está suponiendo, esta racha de “política de austeridad republicana” trastoca fundamentalmente el desarrollo del país en este rubro y su presencia internacional.
Yo creo cuando el Presidente Andrés Manuel nos dice que la corrupción impera en cada rincón del sistema en México. Creo, también, como él ha señalado, que los científicos y académicos pudieron abusar de los recursos para irse de “turismo”. Lo que no puedo aceptar y comprender es que esta política de austeridad golpee las aspiraciones de las y los Olímpicos de México, dado que la Ciencia enarbola una bandera de progreso inigualable e insustituible.
La fuga de cerebros en México aumenta desmedidamente, ya para diciembre del año pasado, se contabilizaban cerca de un millón de “profesionistas, técnicos y personal altamente capacitado” que había emigrado a otros países (OCDE/CONAPRO). ¿Las razones? Inseguridad, escaso empleo y falta de oportunidades. El panorama desalentador sólo nos permite pensar que, si no existe confianza en las instituciones, es tiempo de reestructurarlas y poner en los puestos a personas probadas, pero no dañar a quienes hacen algo por este país, como Héctor, Belén, Irving o el equipo del iGEM de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad Veracruzana que representará a México en el Concurso de Biología más importante del mundo en octubre en Boston, Massachusetts. Si el Presidente no quiere verlo desde el Pathos de esta narrativa, entonces que lo haga bajo el cálculo político porque en un mundo competitivo y dentro del panorama geopolítico actual, nos estamos quedando sin representación.
Presidente AMLO: cuando los cerebros comienzan a fugarse, el desarrollo del país se merma considerablemente, apóyenos. Rescate también el suyo, no lo necesita centroamérica, lo necesita México.
Aquí construimos libertad, hoy le tocó a la libertad científica.
A la libertad de soñar:
Sergio Alcántara Chávez, Actual Premio Estatal de la Juventud: aportación a la cultura política y a la democracia y,
Seleccionado Internacional iGEM, Boston 2019