Vigiliae
Reto 5: Insomnio
No recuerdo muy bien cuando llegó. Sí recuerdo que al principio era tímido, aparecía muy de vez en cuando y yo no le daba demasiada importancia. Con algo de resignación, intentaba aprovechar esas horas nocturnas para escribir o leer y al final mis párpados ganaban la partida cerrándose.
Poco a poco fue ganando terreno sin que yo lo defendiera en absoluto. De algún modo, acepté que llegara cada vez más a menudo porque fue tan paulatino que su presencia y mi cansancio no terminaban de afectarme demasiado.
Cuando aquello se puso realmente serio, aunque desesperada, me negué a mí misma a recurrir a la medicación. Confiaba que, de la misma manera que había llegado, terminaría yéndose. Pero todo apuntaba a que había venido para quedarse.
Así que después de un largo tiempo en el que lo odié por llevarme a límites insospechados, lo amé por regalarme los momentos más creativos que he tenido, lo repudié claudicando y tomando todo tipo de química y le agradecí que me diera la oportunidad de conocerme bajo el manto de la noche, decidí abandonarme a él. Debíamos unirnos y dar el paso de convivir sin resistencias y así fue como abracé profundamente a mi insomnio… y así fue cómo éste, de pronto, me abandonó de la forma más inesperada, convirtiéndose así en uno más de todos los amantes que he tenido.
ADVERTENCIA: lea bien las instrucciones de los retos de Español en Ruta. La escritura creativa sobre el insomnio puede producir insomnio. Consulte a su profesora de cabecera sobre los efectos secundarios de sus propuestas.
De los retos más difíciles que he hecho ¡gracias María!