Marketing grosero

España Bizarra
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10 min readNov 23, 2014

¿Sabéis ese zafio truco de escribir SEXO con letra grande en un cartel, tan sorprendentemente efectivo para atraer lectores? Pues hay empresas que han decidido apostar toda su estrategia comercial y de producto a este único número. He aquí algunas que pueblan el panorama patrio:

Orujo Hijoputa

Foto de jpcegarram

Esta popular marca de licores surgió en la Feria Internacional de Muestras de Asturias en Gijón de 2002, inventada por el empresario local Rubén Lavandera. Junto a su socio el cántabro Federico Cortés del Valle, Lavandera logró dar a conocer este orujo por las tiendas de suvenires de España, hasta que ambos rompieron relaciones en 2008.

Lavandera siguió comercializando el orujo desde Asturias y expandió su línea de productos alcohólicos con otras marcas del mismo pelaje: Que te den por el culo, Chochinos, Dulces Orgías, Cojonudos y Don Pedo con su impagable licor de mierda. Cabe destacar las versiones sólidas de los Chochinos, anatómicamente correctos, y las Dulces Orgías, de corte fálico: ¿cómo no venderlas emparejadas? Firme creyente en la innovación, recientemente ha presentado su línea Art. 155.

Por su parte, Cortés del Valle siguió comercializando su propio orujo de marca Hijoputa, aunque fabricado en Vitoria, y en junio de 2009 intentó registrar la marca en la Oficina de Armonización del Mercado Interno (OAMI) para así ampliar el mercado «por Europa e Hispanoamérica». Sin embargo, el registro fue denegado, la decisión recurrida, y en 2012 el Tribunal General de la Unión Europea rechazaba el registro alegando (¡oh, sorpresa!) que se trata de una expresión malsonante, incluso a pesar de las alegaciones de la empresa, que la entiende como cariñosa o jocosa.

Curiosamente, el nombre tampoco está registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEMP), por lo que ambos orujos productos conviven en el mercado con un etiquetado muy similar y el mismo lema: «¡Qué buenu ye!»

Espárragos Cojonudos

Foto de EatingVideo

La Oficina Española de Patentes y Marcas no tuvo problemas en registrar con el número 2.593.177 la marca Espárragos Cojonudos, lo que no ha evitado por supuesto que proliferen imitaciones. Aunque la empresa propietaria de la marca señala que su origen fue «una curiosa anécdota personal», corre la leyenda urbana de que fue el borbón Juan Carlos I quien calificó así un lote de excepcional calidad que le enviaron a palacio unos productores navarros.

Aprovechando la popularidad de tan elegante marca, se comercializan con ella otros productos relacionados, como conservas de legumbres y verduras, platos precocinados y salsas.

Chochitos Ricos

Foto de Mery Jane

Como bien indica el diccionario, un chocho es (entre otras cosas) un «confite, peladilla o cualquier dulce pequeño». Estas pastas con mantequilla y frutas de bosques son distribuidas por la empresa cántabra La Flor de Liébana, que por cierto aún no ha descubierto Internet.

El genio de la mercadotecnia que trabaja en ella tuvo la enorme idea de incluir en la parte trasera de la caja un erótico y pertubador poema que termina con la siguiente estrofa:

Chochito rico, qué rico,
atiende mi petición,
no me dejes sin probarte,
no rompas mi corazón.

Chochos charros

Foto de Liki Fumei

Los chochos charros o de Salamanca, siguiendo esa definición académica del término, son peladillas de color blanco con sabor a canela que se elaboran artesanalmente en varios tamaños en las confiterías de esta ciudad, donde resulta fácil encontrar carteles anunciándolas.

Orgasmos

Fotos de MDoc

Siguiendo el camino marcado por los Chochitos Ricos y con la sana pretensión de hacer dinero fácil, sendas empresas de Asturias y Cantabria fabrican dulces llamados Orgasmos, los primeros con un exótico toque de licor manzana y los segundos con crema de orujo (no sabemos si Hijoputa) y mantequilla de la tierra.

Cojones del Anticristo

Foto de Mauro Entrialgo

Espectacular y blasfemo nombre para unas simple pastas de té artesanas cuyo ingrediente principal es la avellana, típicas del Valle de Liébana. Como excusa para justificar la canallada cuenta que el Beato de Liébana tenía grandes diferencias teológicas con un «tal Elipando de Toledo» que al parecer era un «poco hereje», llegando su enemistad hasta tal punto de llegar a definirlo como «el cojón del anticristo».

Sinceramente, esperábamos más.

Tetas de novicia y pelotas de fraile

Foto de El Lobo Bobo

En la línea blasfema son dignas de mención dos especialidades artesanales de la localidad madrileña de Chinchón, muy fáciles de encontrar en las panaderías y confiterías del centro, y que al menos dan lo que prometen: pelotas y tetillas, con su pezón y todo.

Como variante, en Liérganes han aprovechado el tirón turístico de las cercanas “tetas” para elaborar unas galletas conmemorativas con las que cazar turistas usando el nombre. Demasiado obvio.

Pedos de monja

Foto de Gemma Clofent

La historia de estos dulces típicamente catalanes es de esas curiosidades que dan para reír o llorar. Se cuenta que los creó un pastelero italiano que trabajaba en Barcelona y que, como puede verse claramente por su forma, los llamó petto de monca (‘pecho de monja’), pero el sentido del humor de sus clientes transformó en seguida el nombre en catalán de pit de monja a pet de monja. ¡Qué jodido esto del naming!

Como no podía ser menos, existe una versión industrial totalmente despreciable y gráficamente escatológica.

Casquetes de Matarraña

Foto de Rosa María Sancho

Otra mala pasada del lenguaje, ya que a pesar de su pornográfico nombre las casquetas o casquetes de Matarraña son unas inocentes frutas de sartén típicas de esta localidad turolense y muy parecidas a las innumerables variantes de empanadillas dulces que se encuentran en la repostería tradicional de toda España.

Productos Acojonante

Foto de area103.es

En el Restaurante Asador Área 103, antigua Venta de Almadrones (Guadalajara), lugar de parada habitual de camioneros y automovilistas necesitados de combustioble o mingitorio, puede encontrarse la amplia gama de Productos Acojonante. Según sus propias palabras, se trata de una selección realizada «por toda la geografía española» de «productos en conserva y al vacío capaces de hacer sentir a sus comensales un sin fin (sic) de sensaciones a la altura de los gourmets más exigentes». Ciertamente acojonante.

Carajitos del profesor

Foto de natalon

Según cuentan en su página web, finalizada la Primera Gran Guerra en 1918 y casi a modo de celebrac​ión se fundaba en la villa asturiana de Salas La Casa del Profesor, un restaurante café de la época, lugar de tertulia y entretenimiento. El establecimiento vivió su época más dorada habiéndolo regentado el singular e irrepetible Falín, antiguo funerario y corresponsal de prensa que en su época de profesor de música amenizaba las tardes de tan ilustre local.

La Casa del Profesor elaboraba para los clientes habituales unas pastas de avellana a las que los emigrantes que había vuelto de las Américas convertidos en indianos no acertaban a poner nombre. Haciendo uso de un apelativo sudamericano, uno de ellos decía a Falín: «¡Dame un carajo de esos!», nombre que se fue quedando, si bien pasaron muchos años antes de poder registrar este vocablo, tachado de inmoral en su época.

Tetas de La Sacristana

Foto de gastronomia-tipica.com

Tetas de La Sacristana se autodefine como «un grupo de apasionados por el mundo del vino, el buen comer y el flamenco que se esfuerza todos los días por ofrecer los mejores productos y servicios a sus clientes.» Desde su página web comercializan una selección de vinos de la Alpujarra granadina para satisfacer los paladares más exigentes.

Malafollá

Foto de vinetur.com

También de Granada (como no podía ser menos con ese nombre) es el vino Malafollá, creación del enólogo de la Bodega Cuatro Vientos Francisco Molina, quien tuvo la inspiración de crear este vino y se le ocurrió embotellar la característica más emblemática del granadino. «Un carácter local, una forma de ser, un tópico creado, un ser de una tierra, una deformación de una expresión no ser malo, pero aparentarlo», reza la etiqueta de la botella.

Toman también su nombre de este vino una taberna y un café-bar de la capital granadina.

Conservas Potorro

Captura de potorro.es

Por mucho que se empeñen en explicar que un potorro es (en palabras de la mismísima RAE) un salero, esta marca de conservas 100% artesanas ha apostado toda su estrategia de marca y comunicación al obvio equívoco con el nombre coloquial para los genitales femeninos en euskera: potorro, ‘almeja’.

Aviso: tienen community manager graciosillo.

Cojón de gato

Foto de El racó del bon vi

Este vino toma su nombre de la variedad de uva autóctona española con la que se elabora, llamada cojón de gato, botón de gato o pito de gato. Lo produce la bodega Vinos Divertidos, situada en el Somontano (Aragón), a 700 m de altitud y cercana a los Pirineos. El clima es muy extremo, con altas temperaturas en verano y mucho frío en invierno, lo que le proporciona un carácter especial a los vinos.

Otros vinos producidos por la misma bodega son el Ojo de liebre y la Teta de vaca. Canela fina.

La Zorra

Foto de Enrique Cienfuegos

Según la versión oficial, el nombre de esta bodega y sus vinos se inspira en la clásica fábula de Esopo La zorra y las uvas. Porque claro, todos sabemos que una zorra es una persona muy lista, a diferencia de un zorro, que es… no, espera.

Perteneciente a la DOP Sierra de Salamanca, produce y comercializa cuatro vinos: La Zorra, La Vieja Zorra, Cabras Pintás y La Zorra Blanca. Apasionante.

Aceitunas Sarasa

Foto de Aceitunas Sarasa

Esta empresa familiar, hoy dirigida por la segunda generación, fue fundada por Rafael Rubio y Carmen Sarasa en el pueblo navarro de Andosilla en 1968. En sus 44 años de trayectoria su apuesta permanente por la innovación en productos y la modernización constante de sus instalaciones la ha convertido en una de las empresas de referencia en su sector.

Sobaos El Macho

Foto de floruca

La Casa El Macho comienza su actividad a mediados de los 50, cuando Gumersindo García González y Matilde Sainz Güemes, que regentaban una pequeña taberna-tienda en Selaya, empiezan a elaborar quesadas para la gente que visita el pueblo, sobre todo en fiestas. A finales de los 60, Matilde y Gumersindo comienzan a fabricar los sobaos en la panadería del pueblo, y posteriormente en un pequeño horno que compraron, vendiéndolos en la taberna-tienda. Actualmente la empresa se encuentra en manos de la tercera generación familiar.

Cejas ZP

Foto de chafardero

En 2008 el militante socialista y pastelero de la localidad palentina de Aguilar de Campoo Rafael Zamorano tuvo la ocurrencia de amenizar la noche electoral de ese año con unas pastas con el forma de las cejas circunflejas del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. «Tuve la idea cuando vi a los artistas en televisión haciendo el gesto de las cejas con la mano», declaró Rafael. «Hice varias pruebas y, al final, conseguí unas pastas de hojaldre con chocolate que gustaron mucho.»

Aunque inicialmente no se planteaba comercializarlas, el gran número de pedidos de diputados y políticos socialistas hizo que finalmente lo reconsiderara, por fortuna para todos nosotros los amantes de lo bizarro.

Pollas en vinagre

Foto de alerta digital

El artista Miguel Ezpania es un fan de las pollas en vinagre. Durante la visita de George Bush a España, en los felices tiempos de la guerra de Irak, el artista lanzó una serie limitada de conservas del citado manjar con el presidente de EE.UU. en su etiqueta ataviado a la moda del III Reich.

En 2013 participó con una nueva tirada de sabrosas pollas, esta vez dedicada a Mariano Rajoy, en la exposición Se alquila mercado celebrada en el madrileño Mercado de la Cebada. En su puesto pudieron contemplarse los controvertidos tarros con la efigie del presidente y otros afiches tocapelotas, con el logo de Lacospe, versión cospedaliana de la marca del cocodrilo, reconvertido en una simpática rata del alcantarilla.

En un momento dado de tan magno evento cultural «se presentó en el puesto un grupo de comerciantes del mercado, que deben ser del PP, y me han montado un pollo impresionante, que esto no se puede permitir en un mercado, que qué van a pensar los niños…», según relata el artista, que fue obligado a cubrir el puesto y posó con cara de enfado para los medios.

Quizá piense el discreto lector que estos ejemplos son exagerados y nada representativos de la moderna sociedad contemporánea española. No podemos desde aquí decir otra cosa más que con tamañas ilusiones se la va a comer doblada:

Foto robada a FinoFilipino

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Cazador de gamusinos, coleccionista de bizarradas, rotondismo violento