5 paradigmas mentales urgentes de atender

Primera entrega

Allan Samayoa
3 min readNov 11, 2015

Vamos directo al grano, a atacar las cosas que posiblemente estén estorbando nuestro crecimiento actualmente, y para hacer una diferencia rápida y eficaz en tu vida es importante que entendamos que todo comienza en nuestra mente. Es allí donde se forman estructuras tan importantes para la toma de las decisiones correctas de tu vida, y si no las sabemos entender y controlar, pueden representar un verdadero lastre al desarrollo de nuestro potencial.

«…si aspiramos a un cambio significativo, equilibrado, tenemos que trabajar sobre nuestros paradigmas básicos». — Stephen Covey

¿Qué es un paradigma?

Es una forma de pensar estructurada y arraigada en nuestras mentes, que forma parte ya de nuestro subconsciente. Son esas ideas (no necesariamente nuestras) que damos por sentadas en la vida y de las cuales a veces ni nos percatamos que están allí.

¿Y cuál es todo el escándalo con estos benditos paradigmas?

Si no sabes entender, encontrar y reestructurar estos patrones de pensamiento de tu mente, es posible que logren socavar tu potencial hasta dejarte sin el impulso necesario y sin darte cuenta que estás en un lugar en el que realmente no quieres estar, pueden hacerte sentir tan cómodo con tu situación actual que no llegues a pensar que hay un mundo de oportunidades para el que decide tomarlas.

Veamos si puedo darte una mejor perspectiva de lo importante que es entenderlos… intenta recordar cuantas personas has escuchado decir «Es que yo así soy y así me voy a quedar» o cuando les preguntas el porqué de algo la respuesta es «porque sí» o «porque todo mundo lo hace así» o «siempre lo hemos hecho de esta manera, por qué cambiar hoy» o, tal vez, «si no está roto no trates de arreglarlo». Y ahora piensa, analiza la vida de las personas que recordaste y pregúntate ¿a quién te quieres parecer más? ¡Terrible! ¿Cierto?

Es por eso que quiero ponerte en alerta de 5 paradigmas mentales que son urgentes de atender si lo que quieres es desarrollar el máximo de tu potencial, hoy comenzaremos hablando del primero…

1. El paradigma del destino

En el desarrollo de nuestra infancia y juventud estamos marcados por las palabras, actitudes y ejemplos de nuestros padres, familiares, amigos, el entorno que frecuentamos, el país en el que vivimos, el barrio en el que crecimos y una larga lista que se extiende hasta bien entrados en la pubertad. Todos estos elementos externos terminan por encaminar más o menos nuestras decisiones de vida, y no siempre nos empujan por el camino que hubiésemos querido para nuestras vidas. Pero, ¿dónde está el paradigma que hay que atender? Pues precisamente, es importante romper con la idea de que el entorno que nos rodea, o los ejemplos que vimos al crecer, determinarán en que nos convertiremos. Ninguno de estos factores externos, que aunque tengan influencia, determinarán nuestro destino, a menos que se los permitamos. Si mi papá fue siempre un alcohólico, no tengo por qué serlo yo; si mi familia siempre fue de escasos recursos, no estoy destinado a ser igual. Y aunque muchas personas lo saben teóricamente, realmente terminan convirtiéndose en las personas que nunca quisieron ser por qué no han «atendido» este paradigma.

¿Cómo romper con el paradigma del destino?

Romper con este tipo de estructuras mentales no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Te dejo algunos datos que me han servido y espero puedan ayudarte.

  1. Debes entender que tus decisiones son las que construyen tu camino día a día, no tu pasado ni tu historia. Tu historia la escribes diariamente y depende solamente de ti escribir la vida que deseas, lo que te haya dejado el pasado solo es una oportunidad para utilizarlo de relleno hacia la vida que realmente quieres.
  2. Debes hacer un compromiso de auto evaluación constante que te permita revisar cuando estés cayendo en las telarañas de un paradigma, es importante que sea diario y honesto.
  3. Recuerda que los pilares de un paradigma están realmente en los hábitos, así que tomando acción consciente para hacer las cosas que sabemos debemos hacer y son correctas, nos permitirán construir un paradigma positivo. Ejemplo: Si en mi familia siempre se levantaron tarde, yo determino levantarme temprano; si en mi país es costumbre ser impuntual, yo determino ser puntual.

En el siguiente artículo trataremos el segundo paradigma, al que llamo «El Paradigma del montón»

«El día más grandioso de tu vida y la mía es cuando tomamos la responsabilidad total de nuestras actitudes. Ese es el día que realmente crecemos». — John C. Maxwell

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Allan Samayoa

Esposo y Papá • Diseñador y Animador 3D • Productor de TV • Emprendedor en @Pixelmediahn • Escritor ocasional