Cómo conseguir ser un maestro en aquello que realmente te gusta

David Porres
6 min readMay 26, 2015

Deja de buscar cursos online y aprende haciendo

“Buscar: Curso para aprender diseño responsivo y programación en JavaScript y último framework novedoso y maestro ninja en un día”

Déjame decirte una cosa: por más tutoriales que busques en Internet, por más logros que consigas en cursos online no aprenderás nada hasta que te enfrentes a problemas reales.

Los pasos que suelen seguir estos cursos son:

  1. Empieza poniendo esto
  2. Ahora añade esto otro
  3. Incluye esto que sino no funciona
  4. Copia estos estilos que te paso

¡Enhorabuena! Has seguido nuestros pasos correctamente y has completado la tarea que habíamos preparado meticulosamente.

No me malinterpretes. No estoy diciendo que no sean necesarias unas bases para comenzar pero si de verdad quieres ser maestro en algo deberás enfrentarte a situaciones reales, no tutoriales guiados.

Todos conocemos a alguien que añade a su curriculum o perfil en LinkedIn conocimientos sobre esa tecnología que empezó a aprender ayer. O aquellos que utilizan el término diseño responsivo porque está de moda pero no han programado un media querie en su vida.

Cuando un jefe de proyectos habla con otro jefe de proyectos CommitStrip.com

Aprendamos a diferenciar entre aprender la teoría para desenvolverte en la práctica, y pensar que la práctica va a ser lo que aprendiste en la teoría.

Si estoy escribiendo esto es porque he pasado por lo mismo, solo tenéis que ver mi lista de logros en Treehouse. No voy a negar que uno se siente orgulloso cuando le recompensan por algo que ha hecho — es más, lo considero absolutamente necesario.

¡Mira mamá!

Sin embargo, los ejercicios que proponen son lineales, guiados y preparados. Al terminarlos tendrás una falsa sensación de que ya dominas el tema pero la realidad se parece más a los ejercicios de matemáticas que hacías durante clase y nada tenían que ver con los del examen final.

Enfrentarte a un problema real — por ejemplo un proyecto personal sobre el nuevo framework que estás aprendiendo — te hará plantearte las cosas de otra manera.

Estoy hablando de proponernos un reto y superarlo. De no seguir una línea recta sino ver todos los caminos posibles y elegir el adecuado. De agotar nuestra mente para dar una solución a un problema. De aprender de verdad.

Con esto no aparecerá ningún mensaje o logro felicitándote por conseguirlo. Pero te aseguro, querido lector, que la satisfacción será mucho mayor.

Si estás comenzando puede que tengas miedo. Es natural. No sabrás por dónde empezar, te viene todo demasiado grande, no tienes inspiración. Tranquilo, si le preguntas a cualquier persona que lleve tiempo trabajando en esto te contestarán que les pasa exactamente lo mismo en su día a día.

¿Qué podemos hacer entonces? Fácil: empecemos robando ideas.

El arte de robar ideas

Vamos a aclarar primero el título. Una cosa es el plagio (copiar exactamente algo) y otra la inspiración (tomar un concepto y utilizarlo para crear algo nuevo). Lo primero implica una copia que degrada, imita y estafa la anterior y lo segundo conlleva estudio, honor y transformación.

Podrías decirme: “No creo que debamos robar ideas. Tenemos que ser siempre originales. Aportar nuestra visión e innovar siempre que podamos.”

Piensa que estás aprendiendo. Y has hecho esto desde pequeño. Mis clases de dibujo consistían en elegir una pintura que me gustaba de un álbum y recrearla en mi lienzo. O pregúntale a cualquier guitarrista. No empezó tocando sus propias canciones, se inspiró en los grupos que le gustaban o probablemente comenzó como todos: tocando Smoke On the Water de Deep Purple o Highway to Hell de ACDC.

Piensa ahora en la genética. Nosotros no somos sino una copia de nuestro padre, madre y ancestros. De la misma forma que tenemos genealogía familiar también tenemos genealogía de las ideas.

Es algo natural: todas las ideas tienen su base en otra idea.

Ilustración del libro “Steal like an artist”

“Somos, de hecho, una mezcla de lo que elegimos copiar en nuestra vida. Una suma de nuestras influencias.”

El arte de robar lo aprendemos desde pequeños y lo usamos en nuestro día a día: robamos ideas, robamos actitudes, robamos pensamientos. Vamos construyendo nuestro propio YO a base de robar.

Así que puestos a robar, robemos a los mejores.

Copia a tus héroes, aquellos que te inspiran. Busca actitudes y pensamientos en gente que es mejor que tú. Rodéate siempre de personas que te aporten cosas positivas, de aquellos que puedas aprender cada día una cosa nueva. ¿Qué te hace diferente a ellos?

Eso es lo que deberías amplificar y convertir en tu propio yo.

Aprendiz de todo, maestro de nada

Vivimos en la era de la información abundante. Entras cada día a Internet y tienes miles y miles de nuevas actualizaciones, nuevas páginas por conocer, nuevas herramientas desarrolladas, nuevas aplicaciones lanzadas. Nada es más angustioso que la idea de tener infinitas posibilidades. La idea de poder hacer cualquier cosa me resulta agobiante.

Muchas veces me he encontrado en la situación de encontrar una nueva herramienta o lenguaje de programación interesante y empezar a buscar sobre él. Enseguida tengo abiertas tropecientas pestañas en el navegador de otras herramientas relacionadas con la primera.

Céntrate.

Elige un camino.

Tu objetivo es ser maestro en algo.

Me gusta explicar esto de la siguiente forma: imagina que tienes un millón de piezas de Lego frente a ti que representan el tiempo o energía que tienes en tu vida. Puedes empezar a construir diferentes torres en distintas bases o áreas de conocimiento y al final tendrás muchísimas torres sin hacer. Si alguien te pregunta si puedes defender esas torres le dirás que sí, pero durante un corto periodo de tiempo.

Múltiples torres de poca altitud — aprendemos de todo un poco

La otra opción es utilizar tus piezas para construir una o dos torres y hacerlas lo más grandes posibles. Torres altas, robustas e infranqueables.

Una torre alta e infranqueable — nos centramos en ser maestro de algo

Nuestro objetivo es expandirnos verticalmente, no horizontalmente.

Para conseguir esto solo hay un método: “trabajar, trabajar, trabajar”. No hay atajos, simplemente haz cosas todos los días. Falla. Aprende. Falla. Aprende. Falla. Conviértete en el mejor.

Dibuja el arte que te gustaría ver, crea los productos que te gustaría usar, compón la música que te gustaría escuchar, escribe los libros que te gustaría leer — haz el trabajo que te gustaría ver hecho.

Ten esto en mente: el único sitio donde el éxito viene antes que el trabajo es en el diccionario.

Tú eliges: comodidad frente a trabajo continuo, estabilidad frente a continuos fracasos, aprendiz frente a maestro.

Gran parte del artículo está influenciado por el libro “Steal like an artist” que leí recientemente. Si quieres seguir aprendiendo sobre el tema te recomiendo encarecidamente la lectura.

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